"Hogar dulce hogar"

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Sintió ruidos, movimiento. Se desperezo y estiró su cuerpo en la cómoda cama de su habitación; acarició con sus manos, las suaves sabanas blancas. Lentamente fue abriendo sus ojos y dejó que la luz del sol diera de lleno en ellos. Las cortinas de su cama estaban corridas, pero los rayos del sol se infiltraban sin ningún problema. Escuchó la puerta cerrarse y luego silencio; sus compañeras de cuarto se habían ido y ni siquiera se molestaron en despertarla. Si no hubiera sido por todo el ruido que provocaron, Emma estaría durmiendo plácidamente aún. Descorrió las cortinas y se levantó de su cama, observó la hora en su reloj de mesa y comprobó que faltaban unos veinte minutos para que comenzará su primera clase, luego de las vacaciones de navidad. Se dirigió hacia el baño, se aseó, vistió y luego de cinco minutos salió de la habitación, mientras se soltaba el cabello pelirrojo de la goma que lo sujetaba.
Camino apresuradamente por los pasillos de Hogwarts, hasta llegar al Gran Comedor. Cuando entró pudo ver que muchos alumnos seguían desayunando, así que no se preocupó por el horario y se acercó hasta el medio de la mesa donde se encontraban los Merodeadores, o por los menos dos de ellos estaban ahí.
-Buenos días- dijo ella con una sonrisa, mientras se ubicaba enfrente de Frank Longbottom y Nicholas Smhit, dos de los chicos que conformaban el famoso grupo llamado: Los Merodeadores.
Los chicos le devolvieron la sonrisa y siguieron comiendo. Emma buscó con la mirada una cabellera pelirroja; suponía que Molly Weasley se encontraría por allí y quería platicar con ella antes de que comenzarán las clases de la mañana.
Recorrió con sus ojos toda la mesa de Gryffindor; Molly se encontraba en la punta de la mesa, cerca de la mesa de los profesores, hablaba animadamente con sus compañeras de curso. Emma no sabía si ir y interrumpir su conversación, no es como si se conocieran hace mucho tiempo; mientras se debatía mentalmente sobre que hacer, James y Fred llegaban al Gran Comedor, con caras somnolientas y su uniforme mal colocado. El pelirrojo se ubicó al lado de Emma y James enfrente de ella, al lado de Frank.
-¿Se han quedado dormidos?- preguntó Frank con una sonrisa burlona.
-Sí, aunque si hubieras sido buen amigo te hubieras dignado a despertarnos- exclamó Fred y James demostró su apoyo con un gruñido ronco. Emma se giro y observó a los cuatro chicos sentados a su alrededor.
-Buenos días dormilones- dijo, mientras se servía un poco de jugó de calabaza en su vaso- Tienen mal colocado el uniforme- término de decir con una sonrisa burlona. Fred rodó los ojos y siguió devorando su desayuno, sin embargo James la miró fijo, serio; como si no hubiera olvidado su charla en el Expreso de Hogwarts. Emma le mantuvo la guerra de miradas, fue ella quien ganó y James se rindió, concentrando su vista en el plato. Volvió a mirar a Molly, tratando de que esta pudiera sentir su mirada y se girará a verla. Al final no consiguió que la pelirroja se dignara a verla. Se concentró en Fred, quien se estaba acomodando el uniforme, luego de haber terminado su desayuno; él la miro y sonrió. Depósito un par de tostadas en el plato de ella y le indicó que comiera con un gesto de cabeza. La metamorfomaga le devolvió la sonrisa y comió un poco de lo que el Weasley había puesto en su plato.
-¿Cómo has dormido Emma?- preguntó él, mientras trataba de arreglar su corbata.
-Muy bien, mis compañeras de cuarto no se dignaron a despertarme; de no haber sido por sus ruidos seguiría durmiendo- dijo, mientras tomaba con sus propias manos la corbata escarlata y amarilla del chico y le hacia el nudo- deberías aprender a hacerte un nudo como la gente Fred.
-Lamento no saber hacer el nudo de una corbata, sabias que es esencial para la vida- exclamó sarcásticamente y luego apartó las manos de Emma y se giro para hablar con Nicholas y Frank; ella sonrió y siguió comiendo.
Sintió como tocaban su hombro y se giro. Pudo ver a Molly detrás de ella, sonriendo.
-¡Oh! Hola Molly, iba a ir a saludarte, pero no quería interrumpir- dijo ella tímidamente.
-No te preocupes, no te había visto. ¿Cómo estas?- preguntó ella.
-Muy bien, gracias. ¿Y tú?
-Súper. Emma quería saber si ¿querrías almorzar con nosotras hoy? He estado hablando con mis amigas y han dicho que no tenían ningún problema- dijo mientras señalaba hacia la punta de la mesa, Emma fijo su vista en la dirección en que su amiga indicaba y pudo ver a dos chicas más saludándola con una sonrisa; ella correspondió su saludo y se giro para contestarle a Molly.
-Claro, estaría encantada de almorzar con ustedes- sonrió.
-Perfecto- exclamó ella, mientras aplaudía feliz- nos vemos a la hora del almuerzo- y se fue dejándole un beso en su mejilla. Molly era un año menor que ella, así que no compartían las clases, pero al menos sí los desayunos, almuerzos y cenas, además de los ratos libres.
Se volvió a la mesa y sintió como jalaban de ella para que se levantara. Se asustó, pero al reconocer unos ojos esmeralda muy conocidos, se tranquilizó. Albus tiraba de ella, para salir fuera del Gran Comedor.
-Emma te acompañó a tu clase- dijo él con una sonrisa, mientras la soltaba y se ubicaba a su lado, para caminar a la par con ella.
-Buen día Albus, ¿cómo te encuentras?- dijo ella mientras rodaba los ojos- Sabés existe la educación, creó que podría darte algunas clases- dijo ella sarcásticamente.
-Lo siento; es que debía hablar contiguo y lo único que se me ocurrió fue hacerlo ahora- dijo él.
-No pasa nada. ¿Qué tienes?- preguntó la pelirroja.
-Scorpius me ha dicho que le gusta Rose- soltó él, luego de unos minutos de silencio. Suspiro y se apoyó contra la pared del pasillo en el que se encontraban- no sé que hacer Emma. Lo he dejado ahí, sin contestar a lo que me ha dicho, porque no se que decirle- Albus tenía la mirada fija en el suelo, no parecía contento de lo que había hecho- se supone que como amigo suyo que soy debería apoyarlo y decirle, "genial Scorpius", pero no reaccione así.
-Albus...-dijo ella suavemente y apoyando una mano sobre el hombro de su amigo- sólo te dijo que le gustaba tu prima, no es el fin del mundo.
-Lo se, pero solamente pensé...-dejó la frase inconclusa, esperando que su amiga lo interrumpiera para corregirlo.
-¿Solo qué Albus?- preguntó ella.
-Pensé que tal vez sus sentimientos no estaban bien- soltó él.
-¿Porqué crees eso? Por lo que he visto podría decirte que Rose le corresponde bastante bien. Albus tienes catorce años....- la interrumpió bruscamente.
-Lo sé, lo sé- dijo mientras tomaba sus cabellos y tironeaba un poco- sólo que...imagina que tienen una relación, que pensara mi familia. ¿Aceptaran a Scorpius siendo un Malfoy?- preguntó él. Emma pudo ver la preocupación en sus ojos.
-Albus lo que sea que depara el futuro para ellos, no es tu asunto; y sí llegan a terminar juntos, tú estarás ahí para acompañarlos tanto a los dos, como a Scorpius sólo. No te preocupes por eso ahora, él sólo te dijo que le gustaba, no que estuviera enamorado. Así que ve y disculparte con tu amigo por haberte ido así y dile que te alegras por sus sentimientos- dijo ella mirándolo a los ojos fijamente- Eres su amigo y te necesita- sonrió al ver que las facciones en el rostro de Albus se relajaban.
-Gracias, gracias, gracias...- repetía una y otra vez, mientras la abrazaba contra él. Emma lo rodeo con su brazos y le correspondió el abrazo.
-De nada, ahora vete que sino llegaré tarde a clases y tu también- se soltaron y el azabache dejó un beso en su mejilla y se dirigió hacia su primera clase. Emma sonrió nuevamente, mientras se giraba y se dirigía hacia el aula de transformaciones.

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Su risa resonó por todo el comedor. Molly no paraba de hablar como una loca, sobre una broma que le había hecho una vez a su hermana Dominique. Emma la escuchaba atentamente, pero no podía dejar de reírse a causa de las caras que ella hacia mientras relataba la historia.
Estaban almorzando y tanto Molly, como sus amigas eran muy divertidas. Una de ellas se llamaba Meghan Thomsson, era rubia de ojos verdes, sonreía cada dos por tres y hablaba tanto como Molly; la otra chica era Jane Shindler, era morocha y tenia ojos azules, no era tan habladora como Meghan y Molly, pero si era muy amigable. Sencillamente le habían caído bien desde el momento en el que se sentó con ellas; la recibieron muy bien y le preguntaron muchas cosas acerca de ella y Emma feliz las contestó, algunas las inventó ya que no tenía respuesta para eso.
Cuando Molly término de relatar la historia comenzó una plática con Jane, que estaba a su lado. Todo en susurros, como si estuvieran cuchicheando algo súper importante. Escuchó a Meghan gruñir y se giro en su dirección.
-Cuando se ponen así- dijo señalandolas- quiere decir que encontraron o algún chisme o chico sobre el que hablar- dijo ella mientras rodaba los ojos.
-Pense que te gustaban esas cosas- dijo Emma sonriendo por la reacción de la rubia.
-Pues no tanto- dijo, mientras hacia una mueca- ¿Dónde vives Emma?- preguntó ella curiosa.
-Eh...pues ahora estoy viviendo con los Potter, por un tiempo, hasta que los problemas en mi casa se calmen- dijo ella, confiando en aquella chica de ojos verdes.
-¿Tienes problemas en tu casa?- preguntó ella un poco cohibida. Emma le contó en susurros todo lo que había pasado con su madre y Kyle, emitió algunos detalles, como su problema con la comida y que intentaron violarla, para que no pensara que estaba trastornada. Meghan la escuchó atentamente y cuando la metamorfomaga término de relatar, ella le dijo que estaba feliz de que se encontrara bien y que le agradecía que pudiera confiar en ella.
Así fue como pasaron el almuerzo, entre risas y conversaciones en susurros, Emma encontró tres amigas, que aunque fueran un poco más pequeñas, la acompañarían el resto de sus días.

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Iba caminando por los pasillos en dirección a su sala común, cuando chocó con un chico de contextura ancha; parecía el doble que el tamaño de Emma. Cayó de culo al suelo y soltó un gemido de dolor, por el impacto del golpe. Miro hacia arriba y se encontró con un grupo de tres Slytherins; estos reían, mientras se tomaban el estómago. Supuestamente la situación era muy gracia para todos, menos Emma. Se levantó y los encaró.
-¿Qué es lo que te pasa? !¿Acaso estas ciego?!- preguntó\grito ella al mismo tiempo. El Slytherin con el que había chocado, dejó de reírse y la miro con una mueca asco.
-¿Como te atreves a hablarme así, sangre sucia?- exclamó él, escupiendo cada palabra. Emma no entendió el insulto, pero sin saber porqué, le afectó que la llamara así. Su cabello se torno negro y sus ojos se volvieron rojo fuego. La furia y el enojo que emanaba se podían sentir en el aire.
-¡A quién llamas "sangre sucia", asquerosa serpiente!- grito empujando con todas sus fuerzas a él Slytherin, este apenas se movio. El chico levantó su mano en forma de puño y la dirigió hacia la mejilla de Emma, esta no llego a reaccionar a tiempo y lo único que logró hacer fue abrir los ojos sorprendida, antes de que el puño impactara en su cara.
Cayo de bruces al suelo, por acto reflejo apoyo las manos en el frío suelo, las cuales amortiguaron su caída; se quedó allí tirada, sin la fuerza necesaria para levantarse, escuchó como los Slytherins se reían y se alejaban a paso lento, dejándola allí, como si fuera basura.
Se arrastro por el piso hacia la pared, se apoyó y se sentó. Le entraron unas ganas inmensas de vomitar; debía llegar a un baño. A cada paso que daba las arcadas aumentaban, con una mano apoyada en la pared sosteniéndose y la otra en su boca para frenar el líquido que amenazaba con salir de su boca. El golpe la había atontado más de lo que creía y el haber chocado su cabeza conta el suelo lo empeoró. Soltó un gemido, que pareció un gritó, no sabía si alguien la escuchó, deseaba que sí.
Encontró la puerta del baño y se metió rápidamente, sin darse cuenta que era el de chicos; se acercó al primer inodoro que encontró y metió sus dedos en su garganta, para facilitarlo. Sintió primero la bilis y después el vómito. Cuando término se apoyó contra el inodoro, llevó su mano a su cachete y ahogó un gemido, seguramente ya tendría un moretón en la zona golpeada; cerro sus ojos y descanso la cabeza en la parte de arriba del inodoro.
-¿Emma?- escuchó como alguien pronunciaba su nombre. Abrió los ojos alarmada y se encontró con el rostro horrorizado de James. Suspiro, imaginó que había visto todo desde que entró en el baño- ¿Porqué has hecho eso con tus dedos? ¿Qué te paso en el ojo? ¡Emma!...- dejó de escuchar su voz y se permitió deslizarse hacia el mundo de la inconsciencia. Luego le explicaría todo a James; cada vez más personas sabían su secreto.

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Bueno aquí esta otro capítulo. Esperó que les guste, mis queridos lectores. Creó que faltaran una 10 o 15 capítulos más para el final.
Saludos❤❤

Emma BlooderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora