1. Buscando la victima mas deseada

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Habían pasado años desde que había dejado el instituto, sabía que las cosas que pasaron entonces se tendrían que quedar en el pasado, en cosas de niños. Pero para mí no era así, me rompieron el corazón de forma dolorosa, se reían de mí, me señalaban y ya no sólo a mis espaldas.

Ahora lo tenía todo, un loft en todo el centro de la ciudad desde el cual tenía una de las mejores vista de la ciudad. Tenía un gran descapotable rojo, ropa, dinero, joyas. Y ahora un físico perfecto.

El acné se fue, el aparato también, dejando una bonita sonrisa perfecta. Las gafas fueron cambiadas por las lentillas de contacto, aunque a veces usaba las gafas lo hacía de una forma mucho más llamativa. Los hombres se giraban para mirarme, llevaba las gafas y las bajaba para mirar de reojo, sabia ser sexy, cosa que mi desgarbada yo del pasado no era ni de coña.

Seguía siendo bajita pero mi cuerpo había cambiado, tenía curvas y sabía como ser sexy a la vez que elegante.

Y os preguntaréis, ¿Cómo es que tienes tanto excito ahora? Pues muy fácil, mi trabajo me trae bastantes ganancias. No era un trabajo limpio, pero era eficaz.

Cuando estaba aún en el instituto me dedique a boxear, si una pequeña chica desgarbada boxeando, era un desastre al principio. Pero ese deporte me dio algo de seguridad, empecé a poder defenderme, fui más dura, realmente no cogí musculatura, pero sabía cómo moverme, dar donde más duele y no me refiero sólo físicamente. Examinaba mejor a la gente, encontraba sus inseguridades y atacaba. Si, esto no me hizo más popular en el instituto, pero me ayudó a sobrevivir a este al menos hasta que lo conocí a él.

Le pareció divertido reírse de mí, enamorarme y reírse de mí delante de todos.

Sé que esto no explica en que trabajo pero quería contar que me llevó a eso, poco a poco tranquilos.

Después del boxeo me dedique a la gimnasia rítmica, quería ser grácil y bella, pensé que con esto lo conseguiría y en cierto modo así fue. Aprendí a moverme con agilidad, a ser grácil y a que cada uno de mis movimientos fuera hermoso.

Lo que aprendí del boxeo más que lo aprendí de la gimnasia rítmica, añadido a todo el odio que tenía acumulado me llevó a convertirme en una ladrona de alto standing. ¿El por qué ladrona? Veréis en mi instituto entre por una beca, yo era pobre y todos los demás ricos, digamos que el odio que acumule todos esos años por ellos me sirvió para ser como soy ahora.

Gracias a ellos ahora lo tengo todo. Y me siento orgullosa de hacerlo, ¿Soy cruel? Puede ser, pero la coraza que me he creado yo misma me hace sentir más protegida, y siendo sincera vivo mejor sabiendo que todo lo que tengo lo he ganado robando a empresarios estafadores, políticos corruptos y un largo etc.

Espero no haberos aburrido mucho contando estas cosas, pero necesitaba que entendierais que me llevó a buscarlo a él. Él fue el golpe definitivo que me llevó a encerrarme en mi misma. No creáis que soy una estrecha, ni nada así, me he dejado llevar por los momentos de pasión, estuve con hombres pero con ninguno más de una noche. Ahora creeréis que soy una zorra, pero no es así, muy en el fondo no soy tan mala persona. Por su culpa no he podido tener una relación sana con ningún hombre, siempre acababa boicoteando las relaciones antes incluso de que empezaran.

No fue difícil encontrarle, se había convertido en modelo de una famosa marca de ropa interior masculina, siempre había sido físicamente perfecto y eso no había cambiado. Lo difícil fue investigar sobre su vida privada, pero soy una ladrona profesional y me he convertido incluso en una hacker, si soy un cerebrito de los buenos.

Tras descubrir donde vivía, quien era su pareja, que hacía en su tiempo libre, y en definitiva todo de él, me puse a espiarle, siendo como una sombra que lo seguía cada vez que salía de su casa, tenía que destrozarlo pero para eso tenía que conocerlo.



Mi pequeña ladrona Donde viven las historias. Descúbrelo ahora