14. El jefe

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La luz de aquella sala se encendió derepente cegandome por un momento, pero no me hacia falta mirar hacia el dueño de aquella maldita voz por que ya lo sabía.
Y en aquel momento todo en lo que creía se derrumbó, no entendía nada de lo que estaba pasando, no entendía que hacia él allí, ni mucho menos por que comenzaba a reírse por lo sería que era la situación.

Quizás él y el perro eran los normales y yo me estaba volviendo loca por todo lo que estaba sucediendo, pues no le veía la gracia al asunto.

En aquel instante daría lo que fuera por volver a mi antigua vida, todo lo que estaba pasando allí no me gustaba y sabia que el momento clave había sido reencontrarme con Sam. Y si lo hubiera sabido antes no hubiera querido vengarme de él, puesto que mi vida fuera del instituto no era tan mala.

-Pensé que estabas muerto.-Fui capaz de decir por fin mientras miraba a Henry de arriba abajo, dándome cuenta de que no parecía estar herido. Parecía estar mejor que nunca, en vez de la ropa que solía llevar se había puesto un traje que apostaría lo que fuera a que era un Armani.

-Y el Henry que tu conoces ha muerto, le diste el golpe de gracia el día que esos dos cabrones aparecieron en la cafetería diciendo todas esas cosas. Sabes...hay zorras y zorras en el mundo pero jamás pensé que tu estarias en esa lista, pero parece ser que eras la zorra número uno.

Tras decir esto Henry solto una carcajada mientras se cruzaba de brazos y la miraba, yo me estaba poniendo mala por momentos. Había pensado que lo habían matado por mi culpa, que lo habían echo sufrir hasta el último momento y cuando por fin se encontraban él le soltaba todas aquellas cosas sin tan siquiera pedirle una explicación por lo de la cafetería. Todo aquello era demasiado infantil para alguien de su edad.

Obviando mi estúpida venganza hacia Sam que planeaba desde el instituto, aquello era lo más infantil que había visto nunca.

-Escapemos de aquí antes de que nos cojan y te lo explicaré todo fuera....

Preferí ignorar aquellas palabras de Henry ya que seguramente las había dicho llevado por el dolor de sentirse traicionado, si lo hablaban mejor todo fuera seguramente que solucionarían las cosas o los malentendidos que podrían haberse creado en la cafetería.

Henry comenzó a reir de nuevo y yo me estaba empezando a poner enferma, me estaban dando ganas de darle un par de hostias y que así dejara de comportarse como el perro de una jodida vez.

-No me seas estúpida Katrina, pensé que eras un poco más lista. Si te habían dicho que yo había muerto por tu culpa, y es toda la verdad Henry murió aquel día en cuanto salió de la cafetería. Llevo mucho tiempo estando cegado por lo que sentía por ti, deje a un lado mi verdadero trabajo por ser tu mierda de hacker, no sabes cuantas veces te protegí sin que tu lo supieras. No te haces una idea de todo lo que hice por ti esperando que tu me vieras como algo más que un amigo. Pero mi paciencia se acabó, no me llamo Henry, fue la identidad que cree ya que te conoci en una especie de misión y finalmente me quede con esa identidad como si fuera la mía. Como bien sabe aprendí de ordenadores por ti, deje todo lo que tenía por ti. Y tu me lo pagas así.

-Henry.... -No sabia que decir, intentaba asimilar todas aquellas palabras, me sentía dolída, culpable por todo lo que le había echo pasar sin darse cuenta. Últimamente estaba siendo demasiado egoísta, pensando solamente en ella, no pensaba en lo que él pudiera sentir y ahora me odiaba. Aunque no podía culparlo, yo en su misma situación también lo hubiera echo teniendo en cuenta mi forma de ser.

-Callate Katrina, estoy hablando yo. No pensé que fueras tan zorra para estar intentando algo conmigo y que ba la vez estuvieras con dos tíos más, no me fiaba de Sam, pero joder encima estabas tonteando con el jodido boxeador. ¿Por que cojones aceptaste intentar algo conmigo?. ¿Sabes que es lo peor de todo? Que soy igual de vengativo que tu, quizás más aún, y voy a vengarme de ti...

-Tu me has mentido sobre tu identidad...-Fue lo unico que se me ocurrió decir para defenderme, el había sido demasiado bueno conmigo me había consetido y yo le pagana de aquella forma, no podía pedirle que no se vengará de ella.-Yo no estuve tonteando con ellos después de lo nuestro.... Fue antes.... Henry...

-Que no me llames Henry. Me llamo Alexander y... -Lo mire fijamente viendo como ladeaba la sonrisa mientras me miraba, jamás había visto en el aquella sonrisa tan malévola, podría darle hasta miedo ver la cara mala de Henry, Alexander o como fuera que se llamara.-Soy el jefe de la mafia. Y voy a utilizar mi cargo para vengarme de ti cada día de lo que quede de tu miserable vida.

Mi pequeña ladrona Donde viven las historias. Descúbrelo ahora