Tú tan revolucionaria
y yo tan zen
pero hasta los desconocidos
nos miran con arte
cuando te deshielas,
cuando bajas la guardia
y apagas el busca de las dudas, cuando retiras tu ejército,
entonces quiero salir corriendo y borrarle la prisa a Madrid, bajarle el sueldo a tus jefes, curarme la alergia a los gatos, casar a tu novio con otra,
presentarte a mi psicóloga, follarnos escuchando a Chaouen, pagarnos la jubilación.
Diego ojeda-
La suave respiración continua de su hermano la tranquilizaba, para permanecer a su lado en aquella pequeña habitación que no era la de Caleb.
Sólo era una copia.
Cómo todo aquél falso cuadro familiar, llevaba tres días junto a su hermano sin hacer nada más que comer y dormir.
Sin escuchar a Daniel o a Kayla que estaban con ella gran parte del día.
Caleb había entrado en un especie de coma. Su intolerancia a aquella fruta pequeña y peluda fue suficiente, y todo por culpa de Luke.
-Charlotte. - una mano la despertó balanceando su hombro. - Debemos ir a entrenar, tenemos que ganar un torneo. -
-¿Para que? - soltó con la voz ronca. -¿Recuerdas cual era mi objetivo? Alejar a mi familia de ése monstruo antes de que pasara esto...-
-No puedes fallarme ahora, Charlie. - suplicó Daniel, se había dejado un poco más de barba y le favorecía mucho. -Vamos. -
Charlotte sonrió y se levantó. -Está bien, necesito un poco de aire. -
-
-¿Que ha pasado con mi trabajo? - preguntó ella acariciando el cuero negro del Jeep.
-Luke fue a hablar con Mathew, él no quiere que trabajes. - explicó Daniel llegando al gimnasio abandonado, con las manos pegadas al volante. -Yo sigo trabajando allí, mi padre no me ayuda mucho económicamente. -
-¿Donde está tu familia? - preguntó ella cerrando la puerta del vehículo.
-En la mansión. - respondió secamente, cerrando el coche. -No nos hablamos. -
Ella alzó una ceja, confusa.
-¿Por que? - preguntó Charlie caminando detrás de él, que ya se había metido en el gimnasio tras abrir la puerta de un empujón.
-Prefiero no hablar de ello.- dijo quitándose la camiseta, dejando a la vista su cuerpo musculado y tatuado.
Ella se quitó la sudadera y la dejó sobre su mochila, vistiendo un top negro que cubría su pecho y dejaban ver su vientre plano, junto a unas mallas negras ceñidas.
Vio como ésos ojos grisáceos la escaneaban de arriba a bajo y casi pudo sentir un sofoco traicionero.-Imagina que soy Luke. - dijo de pronto él, rompiendo aquella extraña atmósfera. -Soy Luke Flynn, el hombre que ha dejado en coma a Caleb. -
Ella alzó los puños en posición de ataque y obedeció, revivió los días anteriores en su mente y la taquicardia empezó desencadenando temblores y sudor frío.
Cerró los ojos, lo esencial es visible para el corazón.
Y comenzó la danza.
Charlotte se lanzó hacia él y Daniel esquivó el golpe que iba a asestarle en el estómago, golpeando con el codo a la chica en el rostro.
Gimió pero aquello no le impidió lanzarle una patada a él en el costado, se tiró al suelo y la hizo caer al patearle las piernas.
Charlotte se subió sobre su cuerpo sudado y en tensión para inmovilizarlo con las piernas haciendo muchísima fuerza, y cuando él no pudo moverse más dejó de forcejear.
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Mi vida, mis reglas ©
Romance"Tienes el don de acabar en prisión o montar una revolución" Charlotte Flynn, de diecisiete años, lucha por sobrevivir en éste sistema y huye del mayor narcotraficante del lugar, su padre. Hasta que un día aparece Daniel Sryder y le ofrece el billet...