Coffee

Vigésimo tercer café

Harry es la persona más competitiva en este mundo; luego de mí, por supuesto. Sus ojos verdes se clavan en los míos completamente desafiantes, sonriendo ligeramente antes de bajar nuevamente la mirada al tablero de ajedrez y por fin mover una pieza.

—Supera eso —dice satisfecho, acomodándose sobre el respaldo de la silla con sus brazos cruzados y sus desafiantes pupilas sobre mí. Principiante.

—Fácil.

Y comí su último alfil. Como dije: todo un principiantes. Me miró perplejo, evaluando el tablero para luego declarar, muy seguro de sí mismo, que yo acababa de hacer trampa.

—Es el quinto partido, Harry. Supéralo. No vas a ganarme.

—¿Quién dice? —enarca una ceja. Aún está cruzado de brazos con una mueca de resentimiento en su cara.

—Yo. Vamos a desempacar.

Y aunque el rizado se negó a acompañarme repetidas veces, terminé arrastrándolo conmigo a desempacar. Fue luego de veinte minutos que me di cuenta que algo importante faltaba. Busqué furiosa por todos los rincones del departamento pero jamás apareció.

—Relájate, nena. Ya va a aparecer. Ten paciencia —repetía Harry caminando detrás de mí, pero no había palabras que puedan calmar la creciente histeria en mi interior.

—Harry, esa carpeta es una reliquia para mí. Tiene un valor sentimental enorme.

Y cuando volvíamos a comenzar el circuito de búsqueda, el suspiraba. Hasta que finalmente preparó una taza de café y la puso en mis manos, obligándome a que me siente en el sofá.

—Respira. No es el fin del mundo.

Con un brazo de Harry rodeándome y sus caricias en mi cabello, además de los besos que dejaba en él, intenté asimilar que mi carpeta con todos los retratos de mi novio estaba perdida en algún lugar de Roma.

nota: hola!!!!!!!!!!!!!1!

después de un mes vuelvo a escribir. dios, las extrañé. espero no volver a dejarlas

la crisis de violet me hace acordar a meredith en juego de gemelas en el campamento (emojis riendo)

love you lots, so.

pd; soy un asco para los números ordinales mayores a 20, disculpen si están mal escritos