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(L)


Luego de esa charla con el señor Yagami y Light, una enfermera llegó para decir que el horario de visitas había terminado. Light me acompañó hasta la entrada del hospital. Me dirigía al auto para irme de una vez al hotel, pero Light quiso interrumpir.

-Ryuga- me llamó -, ¿qué debo hacer para demostrar que no soy Kira? ¡Por favor, ¿qué debo hacer?!

-Si no eres Kira no hace falta, todo seguirá su curso y la verdad saldrá a la luz.

-¡No puedo soportarlo! Ponte en mi lugar, ¿cómo te sentirías de que te acusaran de ser Kira?

Tuve que pensarlo un momento, realmente no soy bueno con esto de ponerse en el lugar del otro...

-Debe ser realmente espantoso.

-¿Por qué no me encierras un mes en un lugar sin televisor ni contacto con el mundo exterior y me vigilas constantemente?

¿Quién estaría dispuesto a medidas tan extremas para limpiar su nombre?

-No tiene caso. No puedo privarte de tus derechos humanos elementales, además, sería ridículo que el investigador aceptara sugerencias de su sospechoso.

-Entiendo.

Watari abrió la puerta del auto para mí y subí. Dejé que cerrara la puerta y miré a Light a través del cristal. Bajé el cristal para hablar con él.

-No te preocupes tanto. Ten paciencia y si no eres Kira, será evidente. Tras escuchar esa conversación entre tú y tu padre, casi creí que no eras él. Light, por favor cuida bien al señor Yagami.

-Ah, una cosa más. Sé que accedí a ayudar en la investigación, pero no podré hacer mucho hasta que mi padre se halla recuperado.

-Sí, por supuesto. Hasta luego.

Watari puso el auto en marcha. Me limité a subir el cristal y volver a mis deducciones.

Yagami Light, ¿no eres Kira?


(Light)


Ryuzaki es L, contra quien he estado luchando. ¿Cuál será su verdadero nombre?

-Ryuk.

-¿Ah?

-Nunca me sentí maldito desde que encontré la Death Note, de hecho, ni siquiera se me había ocurrido. Soy más feliz que nunca. Gracias a este poder, crearé un mundo perfecto.

-Ah, francamente no me importa si te sientes maldito o feliz de tener la libreta. Esas tonterías sentimentales son cosas de humanos, pero... Es usual que los humanos que entran en contacto con un shinigami solo les espera infortunio.

Comencé a caminar y Ryuk a volar a mi lado.

-Qué interesante, pero eso no sucederá en mi caso.

-Espero que tengas razón.


(Sora)


Me encontraba en mi habitación, viendo televisión y comiendo algunos dulces. Nada fuera de lo normal. Me quedé sin dulces en determinado momento y mamá entró en ese mismo momento.

-Sora, ¿qué tal si salimos al cine más tarde?- me dijo con una sonrisa.

-Me parece buena idea, mamá.- le sonreí.

Ella vio mi cama y luego todo mi dormitorio.

-Sabes que no me gusta consentirte, ya tienes 19 años, pero... ¿Por qué no vas y te compras más dulces esta vez?

Sacó algo de dinero de un bolsillo y se acercó a entregármelo.

-¡Gracias, mamá!

Tomé el dinero que me ofreció, era mi cumpleaños y sabía que ese gesto era una forma de celebrarlo. Salí de inmediato y corrí hasta la tienda más cercana para comprar dulces. De regreso a casa comí algunos, pero comencé a sentirme angustiada.

A pocos metros de casa, vi a un hombre salir del interior, iba corriendo y su ropa iba manchada de sangre. Dejé caer los dulces al suelo y corrí hasta la casa, solo para encontrarme a mi madre en el suelo, sumergida en un charco de su propia sangre. Caí de rodillas, empapándome las rodillas con su sangre y las mejillas en lágrimas.

De pronto me encontré de pie, cargando con varias maletas. Mi padre estaba en una puerta abierta, tendiéndome la mano en señal de bienvenida, y detrás de él, dos harpías me clavaban sus más profundas miradas de odio. Dejé caer las maletas e intenté correr lejos de la casa, pero cuanto más me esforzaba por alejarme, la casa estaba más cerca.

Ya cuándo parecía que no había escapatoria, quise dejarme caer al suelo como si muriera, pero antes de inclinarme lo suficiente para caer, alguien se apareció delante de mí. Ese alguien me ofrecía unos tulipanes y una paleta. Me enderecé para verlo, encontrándome con Ryuga Hideki. Estiré mi mano para tomar lo que me ofrecía, pero una luz segadora lo inundó todo.

Desperté a causa de la luz encendida en mi habitación. Me senté en la cama y logré ver a mi padre parado en la puerta. Lo vi cerrar la puerta y acercarse a mi cama.

-So-Chan, lamento haberte despertado.- me dijo.

-No me llames "So-Chan", ya no tengo 5 años, no soy la niña amorosa que era cuándo traicionaste a mamá y nos dejaste solas.- le dije frunciendo el ceño -¿Qué haces aquí?

-Sora...- dejó salir un suspiro -Entiende que eso quedó en el pasado, quiero poder ver a mi hija y que sonría para mí cuando lo haga.

-Consiguete una hija que lo haga. ¡Oh, espera, es verdad! Ve a pedirle a Rin que sea tu hija sonriente, seguro se alegrará de no ser solo la hijastra.

-¡Sora!

-¡Lárgate!- espeté y me recosté abruptamente, haciendo temblar la cama y tapándome hasta el cuello con las frazadas.

Papá soltó otro suspiro de frustración y observó el dormitorio por algunos minutos, hasta que vio el cuaderno y el álbum de fotos sobre mi mesa de luz. Antes de que yo pudiera siquiera decirle algo, tomó el álbum y comenzó a ver las fotografías de Ryuga Hideki.

-¡Oye, deja eso!- volví a incorporarme en la cama.

-¿Quién es este? ¡Por Dios, qué pésima postura! ¡¿Y eso son ojeras?! Mejor no hablo de su cabello.- comenzó a decir.

-¡Devuelve eso!- me levanté para ir a quitárselo.

-¡So-Chan, no me digas que este es tu novio! ¡Esto no es aceptable, no se ve como el yerno que yo quiero! ¡Y ni siquiera eres capaz de presentarlo!

-¡No es mi novio, ya deja eso, es de una investigación importante!

-Ah... Qué aburrido...- suspiró y dejó el álbum de regreso en su lugar original.

Luego de esto, sólo se despidió y se fue. Fui hasta la puerta para colocar bien el seguro, tomé mi mp3 de la mesa de luz. Volví a acostarme, esta vez escuchando música y reflexionando sobre todo lo sucedido desde mi primer contacto con L.

Tomé el album de fotos y vi nuevamente las fotos de Ryuga Hideki... Admito que Ryuga tiene su encanto, no es nada feo... 


Death Note: return & change.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora