Capítulo 24. "Los nuevos compañeros"

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La limusina llegó mucho antes de lo que habían pensado, los cuatro chicos ahora estaban dentro del vehículo camino a Auradon Prep. Se había recreado la escena del día cuando Mal, Jay, Evie y Carlos se fueron, todos los ciudadanos estaban alrededor de la limusina mientras murmuraba cosas. Los cuatro chicos entraron rápidamente mientras los demás se despedían de ellos, Harriet pudo ver a su hermana casi asesinandola con la mirada mientras entraba en la limusina.

Los padres de los chicos le gritaban las últimas cosas que debían hacer antes de arrancar.

Empezaron a husmear en la limusina, incluso abriendo un compartimiento con comida y otras cosas que ellos nunca habían visto en su vida, Urell y Gabe empezaron a arrasar con ello y guardando en sus bolsillos para luego. Las chicas tomaron tampoco, llevándose la sorpresa de su aquello estaba realmente delicioso.

—¿Y sabes quién es la princesa a la cuál tu padre te ordenó enamorar? —preguntó Holly a Gabe mientras le daba una mordida a una galleta.

—Sí —Gabe asintió mirando a la castaña—, la llegué a ver algunas veces por el canal real de Auradon, salía junto a su hermano en el fondo siempre que la familia real salía en algún evento, mi padre siempre los veía. Sin embargo, no recuerdo su nombre exactamente.

—Oh —dijo Holly—, ya veo.

—Supongo que ya estás pensando en algo para empezar ¿No? —le preguntó Harriet, y el chico le dedicó una mirada antes de sonreír incrédulo.

—¿En serio crees que debo tener algo preparado?, mirenme. Esa chica caerá ante mi, ya lo verán.

—No está mal estar precavido. —murmuró Urell seriamente mientras miraba por la ventana como iban pasando.

—¿Y tú por qué tan serio? —preguntó la pirata—. ¿Pensando en lo que te dijo tu mami?

—¿No es obvio? —preguntó el peliblanco—, planea que vaya por el tridente de Tritón, el cual debe estar a más de cien metros de profundidad en el océano, y yo apenas y dejó que el agua me llegue a los tobillos. No sé nadar, y me da pánico, ¿Cómo pretende que lo consiga?.

—Vale, no pienses en eso todavía. —dijo Gabe—. Ya lo resolveremos.

Durante esa mini charla, Harriet apretó el botón de un control que había encima de una mesita, y vio que detrás de ella una especia de mini pared bajaba, para poder dejar ver al chofer y a la ventana frontal.

—Que genial —dijo la pelinegra mientras examinaba el control remoto.

—¡Miren eso! —exclamó Holly señalando la parte delantera del vehiculo, quien estaba horrorizada de repente.

Los otros chicos se volvieron para ver como la limusina se acercaba directamente al puente roto de la isla todos sabían que no había forma de cruzarlo, ¡por algo estaba roto!. Él pánico de caer al fondo del océano invadió a los chicos.

Y más que todo, a cierto peliblanco.

—¡Es una trampa! —gritó Urell antes de que los cuatro chicos entraran en pánico y gritaran.

***

—Aún puedes retractarte de eso, Ben —dijo Evie acercándose al rey por la espalda—. Devolvamos a todos a la isla y problema resuelto. Además, aún no ha llegado la limusina.

Ben se volvió a Evie y la miró firme.

—Evie... —dijo Ben y la chica le mató con la mirada antes de alejarse murmurando cosas que el no pudo escuchar, pero estaba seguro que no estaba alargando su nuevo saco.

—No puedo creer que ni Carlos, ni Evie, ni Jay, ¡ni mis padres! quieran hablarme. —dijo Ben caminando a donde su novia y su hermana estaban sentadas.

La princesa de Auradon [Descendientes/Carlos De vil] LPDA1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora