Capítulo 41. "Confesiones"

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Carlos miró a toda la gente en el jardín y suspiró, aunque la fiesta estaba bien, no se quitaba de la mente en que su madre podría aparecer y arruinar algo mandándolo a hacer alguna tarea para ella, aunque fuera imposible debido al gran domo que cubría la isla de los perdidos.

"Todo va a salir bien, Carlos". Le había asegurado Evie con una sonrisa.

Eso esperaba, aún no estaba al cien por ciento convencido de todo eso, pero debía agradecer el gesto a sus amigos, se notaba el esfuerzo que hicieron por él.

Unos compañeros del Tourney se detuvieron a felicitarlo, entre ellos Herkie, hijo de Hércules, y Aziz, el hijo de Aladdin. Carlos agradeció el gesto.

Entonces se dejó reposar en uno los barandales en frente de los casilleros y suspiró sin dejar de pensar en su madre. ¿Qué haría ella ahora sin él en la isla?.

Carlos lo pensó detenidamente, tal vez Horace y Jasper hacían sus labores también. El chico agradecía estar en Auradon ahora, eso, hasta que escuchó una voz a su lado.

—Debo admitir, De Vil. Que esto no está saliendo tan mal, es una linda fiesta. —Carlos se volvió y vio a Gabe entonces Carlos puso su expresión dura.

—¿Qué quieres, Gabe? —dijo Carlos, verdaderamente no quería hablar con ese chico.

—¿¡Acaso no puedo caminar por la escuela y hablar con mis compañeros de clase!? —exclamó Gabe, haciéndose el ofendido.

—Si vienes a molestarme, entonces mejor vete. —dijo el chico

—¡Oh vamos, Carlos!, ¡es una fiesta!, no creo que sea adecuado estar con rivalidades. Hay mucha gente elegante, no quiero cometer ningún error —dijo Gabe y Carlos se sobresaltó al escuchar eso. El pelinegro rió al ver aquello—. Bueno... Aunque tú más que nadie sabes de eso... los errores.

El cuerpo de Carlos se tensó al escuchar eso y empezaba a sentir dolor en su pecho.

—Cállate... —dijo Carlos.

Gabe rió.

—No es para que te pongas así, es sólo una broma... Un error de mi parte si lo mal entiendes.

Carlos apretó su puño aguantando las ganas de golpear a Gabe. No quería escuchar ninguna palabra más de eso, Carlos sabía exactamente a que quería llegar Gabe.

—¿Chicos? —ambos escucharon una voz detrás de si y cuándo se volvieron, vieron a Astrid parada junto a ellos mientras los miraba extrañada.

—Astrid... —dijo Gabe.

—¿Está todo bien? —les preguntó ella

—Estaba hablando amigablemente con Carlos y deseándole un muy buen cumpleaños, ya sabes tratando de mejorar en lo bueno. ¿No es cierto, Carlos? —el pelinegro dio un puntapié al chico.

La princesa asintió.

—De hecho.. —dijo Carlos fríamente.

—Sabes... yo ya me voy, Harriet y Urell me buscan... Y creo que Harriet quiere hablar contigo Carlos —dijo Gabe. El peliblanco/negro iba a hablar y tenía ganas de insultar al pelinegro. Pero éste ya se andaba alejando de ellos.

Carlos sólo lo miró con cólera y rabia.

—¿Carlos? —dijo la princesa llamándola atención del chico.

—¿Ah? —dijo él.

—¿Estás bien? —preguntó ella, frunciendo el ceño.

Carlos le dedicó una mirada a la chica y tragó

La princesa de Auradon [Descendientes/Carlos De vil] LPDA1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora