La princesa de Auradon [Descendientes/Carlos De vil] LPDA1

Capítulo 70. "Una pequeña pirata"

El muelle de la isla de los perdidos no era el mejor lugar para quejarse, pero Harriet no estaba de ánimos para pararse a pensar por eso.

Estaba completamente enojada con su hermana gemela, CJ. Había arruinado su catalejo favorito, su primer catalejo desde bebé. Lo había tenido durante trece años y ahora ya no. 

Sentía las ganas de tirar a su hermana por la plancha, pero sabía que era algo imposible a menos que ella tuviese su propio barco, cosa que no tenía.

Tenía que vengarse de otra manera. Pero aún así, no estaba del ánimo para ello.

Ella tomó una piedra que estaba cerca y la lanzó a lo poco de mar que había en la isla.

—Sí, eso no mejora mucho —murmuró ella.

—¿Estás bien? —preguntó una voz que hizo sobresaltar

Harriet se volvió para ver quien le había hablado.

Fue entonces que lo vio.

Un pequeño niño que parecía tener su edad, él la miraba algo nervioso mientras metía una botella de vidrio en un bolso que traía consigo.

Ella lo conocía, iba a su clase de Trampas para héroes II, había ingresado la semana anterior y tenía algo que ver de ser pasado de nivel por una gran calificación o algo parecido, según podía recordar Harriet.

Era el hijo de Cruella De Vil, recordó entonces. Su cabello bicolor también lo hacía algo obvio

—Lo siento, no era mi intención interrumpir —dijo el chico—. Ya me voy.

Harriet arqueó una ceja, un VK disculpándose, aquello no era algo que se viera todos los días.

El chico se empezaba a ir y entonces Harriet exclamó:

—¡Espera! —exclamó ella, a lo que rápidamente se tapó la boca, ¿de dónde había salido eso?.

El chico se volvió a ella bastante confundido.

—¿Me estabas espiando? —preguntó la pelinegra a lo que el chico se sobresaltó por aquel comentario, lo que fue bastante notorio.

—Yo no... —dijo nervioso—¡No pretendía espiar ni nada!, solo venía de paso y... olvídalo por favor, ni siquiera sé porque lo dije... ¿Podrías olvidarlo, sí?

El chico de cabello bicolor estaba dándose la vuelta cuando Harriet se levantó bastante divertida por aquella reacción, ¿qué clase de hijo de villano se portaba así?.

—¡Oye, niño! —exclamó la pirata. 

El chico se detuvo entonces, confundido por toda la situación.

—No voy a pegarte si eso es lo que crees —dijo Harriet—. Al menos que te lo merezcas, claro.

—¿No estás molesta? —preguntó el chico, ajustando su mochila con nerviosismo

—¿Entonces sí me espiabas? —le respondió la hija de Garfio.

—¡No, por supuesto que no!, yo solo venía de paso de donde los Goblins dejan el cargamento desde Auradon y te vi allí sentada, sólo eso. 

Harriet lo había olvidado, era el día de las sobras. El día que la basura de Auradon caía en la isla como nueva mercancía.

—¿Cómo te llamas? —preguntó Harriet acercándose a él.