Capítulo 72."Gritar"

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Urell entró a su habitación rápidamente buscando a Gabe con la mirada y urgiendo sus ganas de hablar con su amigo, y lo encontró recostado en su cama.

—Sé lo que hiciste, Gabe —le dijo al pelinegro que sostenía una sonrisa.

—Hola a ti también —dijo Gabe arqueando una ceja.

—¿En serio estás tan tranquilo? —preguntó Urell cruzándose de brazos.

—¿Y por qué no estarlo?... La vida es genial, asombrosa —dijo Gabe.

—No lo es para todos —dijo Urell

—Quita el hechizo a Astrid —dijo Urell cruzándose de brazos.

—No lo haré —dijo Gabe— Todo va a la perfección, ella me quiere.

—Claro que no... Sólo cree que te quiere. Eso no es amor en absoluto.

—¿Qué sabes tú del amor verdadero?

—Exacto —dijo Gabe arqueando una ceja— ¿Por qué la razón principal por la que te acercarse a Melody fue porque te enamoraste de ella en el primer momento que la viste y no por el obtener el tridente de tritón para tu madre?.

Urell tensó la mandíbula al recordarlo.

—¿Y no se lo has dicho tampoco a la pobre? —dijo Gabe.

El peliblanco no respondió.

—Es me temí... —dijo Gabe— ¿Tienes miedo a que te rechace si le dices la verdad?.

—Hablas de cosas que no entiendes —dijo Urell

—¿Ah sí? —dijo Gabe— ¿Y entonces por qué no le has dicho nada?.

—¡Porque no sé que dirá de mi si se entera que la razón por la que me acerque a ella fue por eso!, ¡Por el estúpido tridente de su abuelo!.

Fue ese momento cuándo escuchó a su espalda cómo alguien ahogaba un grito.

Se volvió para ver a Melody del otro nado de la puerta viéndolo incrédula.

—Mel... —dijo Urell.

—Increíble... —dijo ella negando y luego alejándose por el pasillo.

—¡Melody, espera! —gritó Urell pero ella ya había desaparecido. 

El peliblanco dio una mirada de furia a Gabe antes de tomar cazadora que estaba en la silla y salir de a habitación detrás de la chica.

***

—¡Melody! —gritó el peliblanco mientras la seguía por los casillero.

—¡No me hables! —gritó ella en respuesta.

—¡Por favor!, ¡lo que escuchaste allá no es cierto!, bueno si lo es o era... Pero ya no estoy interesado en eso.

La chica se frenó. Dándole la espalda.

—Eres igual que todos ellos —dijo ella— No te importa nada más que cualquier cosa que te beneficie a ti mismo.

—Melody, escucha... —Urell soltó un suspiró— Cambie, yo no quiero ese estúpido tridente... No lo quise nunca y jamás lo querías.

—¿¡Pero sí estabas dispuesto a obtenerlo para tu madre, no es así!? —Ella se volvió a él y vio el enojo en su rostro.

Pero Urell no respondió.

—Sí... Eso creí... Sólo aléjate... —dijo Melody antes de volverse e irse.

Urell vio cómo Melody se desaparecía de su vista. Y suspiró. Ella tenía razón, él había estado dispuesto a tomar el tridente y llevárselo a su madre.

La princesa de Auradon [Descendientes/Carlos De vil] LPDA1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora