Capítulo 6

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Estoy tratando de romper con el contacto visual con todas mis fuerzas pero sus ojos cafés son como dos imanes. La intensidad con la que me mira es aún más potente que las otras veces. Esta vez es como si se clavara en mi interior para siempre, aunque tengo la intuición de que eso pasó desde el primer nanosegundo en que nuestros ojos se cruzaron. ¿Qué hace aquí? Entonces recuerdo las palabras de ambos hombres. Son rivales, estas empresas son rivales. Eso explica la enemistad que hay entre Scott y M. Una mujer que tiene a su lado coloca una mano en su brazo para atraer su atención, sin embargo, el hombre de los tirantes sólo acerca el oído pero no aparta la vista de mí. Debo admitir que la mujer es bastante guapa, su cabello es rubio claro, largo y ondulado. Es bellísima, sobre todo porque sus ojos azules son beneficiados por el color de su vestido brillante.

Tengo celos. Tengo envidia. Tengo ese asqueroso sentimiento de ser inferior a ella. ¿Será su novia? Me río para mis adentros. La idea de que este hombre esté disponible es ridículamente absurda, al igual que el hecho de que desee con todas mis fuerzas que lo esté. Quiero que esté disponible para mí... pero parece que esa mujer me lo ha ganado. Aparto la mirada y me concentro en comer el filete que me han traído, corto la carne y me lo llevo a la boca.

-¿Está bueno? -Me pregunta Scott con una sonrisa en el rostro.

-Mucho -corto otro pedazo y me lo como-. ¿Aquí sólo ponen esta clase de música?

Los cinco hombres se ríen, como si hubiese dicho algún chiste.

-Todos nos hicimos esa pregunta alguna vez -dice uno de ellos, el menos guapo de todos-. Pero déjame decirte que sí. Al final nos acostumbramos y nos termina gustando.

-Ya hasta es parte de nuestros gustos -agrega John.

Scott se ríe.

-Podríamos decir que a la mayoría de las personas de éste club le gusta la música Jazz.

El hombre de los tirantes se me viene a la mente. Específicamente anoche, cuando estábamos bailando cuerpo con cuerpo. Eso explica todo, todo de todo.

-¿Qué pasa si cambiamos la música por algo más movido? Podríamos hablar con el o los dueños.

-Tienes a uno de los dos al lado -dice el otro hombre que tengo a mi lado-. Scott Harrison.

Volteo a ver a Scott con la boca por los suelos. ¿Scott es el dueño de The Company? Claro, por eso se dio el lujo de llegar tarde. No me puedo creer que esté al lado del dueño del Club, soy su acompañante y me ha regalado su fortuna. Ya veo que el señor Harrison está verdaderamente hinchado de dinero.

-¿Y cómo se llama el otro dueño? -Todos se revuelven incómodos ante mi pregunta.

-Ally, déjame explicarte por qué hay dos dueños, ¿está bien? -Asiento y él continúa-. Como te dije antes, hay dos empresas unidas, así que cada dueño pertenece a cada empresa. Y aunque yo sea dueño de Gold Pleasure y el dueño de The Ónix no sea el dueño de The Company, uno de los socios del Ónix se ofreció a firmar este acuerdo para crear el club.

Arrugo la frente. No sé si me ha quedado claro.

-¿Estás diciendo que el otro dueño de The Company es simplemente un socio de The Ónix, y no el dueño de la empresa?

-Sí, eso mismo.

-¿Por qué? -Pregunto sin entender.

-Porque ese socio está más hinchado de dinero que todos aquí nosotros, y el dueño de la empresa ya tiene otras propiedades donde gana bastante dinero y resulta ser el enemigo de todos. Odia, detesta y desearía matar a cualquiera que desee alterar las funciones de The Ónix así que ni loco conviviría al lado de nosotros, de la empresa rival -Scott mira hacia las mesas negras, con odio en su cara-. Todos ellos son unos arrogantes, engreídos y por supuesto que el socio es más que todos. Es tan altanero.

"Atracción Peligrosa" ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora