"M" me deja caer sobre la cama cuando llegamos a la habitación en el hotel MileNorth. Tuve que hacer un esfuerzo enorme para no gritar ni desmayarme del dolor cuando cruzábamos el lugar para llegar hasta acá, debería ganarme un premio por mi grandiosa actuación, pero aún más él que tuvo que olvidarse momento de su regla de no pasearnos juntos y hacer de novio que carga a su chica pasada de copas; creo que eso es lo que menos importa ahora. Suelto un quejido de dolor al momento de querer acomodarme sobre el colchón, tener una herida en el brazo igual te deja imposibilitado que si fuera en el abdomen. O al menos para mí. Michael me da una breve mirada para asegurarse de que estoy bien antes de retirarse a realizar una llamada. Joder, su espalda ancha logra excitarme aún por encima del dolor. El hombre está jodidamente guapo.
-Joder, Scott, consigue un puto médico y mándalo a mi maldito penthouse -gruñe rabioso, yo parpadeo al escuchar su voz rasposa cargado de enojo-. No, no pienso llevarla al jodido hospital. Espero aquí mismo al médico en menos de media hora, si no iré por ti y te haré pagar por tus malditas decisiones.
Wow! Nunca lo había escuchado tan enojado. Se ve tan sexy.
-¡No puedo llamar a mi médico porque Armando va a enterarse! ¿Puedes dejar de preguntar estupideces y mandar a alguien para que atienda a Ally? -Michael está dando vueltas como león enjaulado, observa su reloj de pulsera y después cuelga la llamada-. Scott mandará a su médico, estará aquí pronto...
Yo asiento fascinada por su rostro fruncido, el hombre me ha dejado temblando como un flan y sus ojos negros están dilatados. No soy capaz de articular palabra. Michael se sienta a mi lado comenzando a ajustar más el pedazo de tela que enrolló en mi brazo para cortar la circulación y limpia la sangre con algunas servilletas que estaban sobre la mesa de noche. Su frente sigue fruncida y sus labios apretados me hacen preguntarme en lo que está pensando. Quiero decir algo, decirle cuán feliz estoy de verlo después de mucho tiempo, pero mi boca es incapaz de responder a las órdenes de mi cerebro. No puedo dejar de estar atónita por la enorme belleza masculina que posee. Es tan jodidamente perfecto. Sus ojos se apartan de mi herida y se posan sobre mis ojos. Nos miramos eternamente por unos segundos.
-¿Por qué estás mirándome así? -dice después de un rato- ¿Te he dejado impresionada otra vez?
Asiento de forma automática y no me arrepiento de hacerlo.
-Eres tan bello que duele -murmuro.
-Joder, Ally, ¿ya estás delirando? -coloca su mano en mi frente para verificar mi temperatura corporal, yo esbozo una sonrisa y niego. Él aprovecha que tiene la mano ahí para comenzar a acariciarme el cabello.- ¿Cómo te sientes? Estoy muy preocupado por ti.
-Estoy feliz...
-¿Feliz? -pregunta sin entender, observando mis ojos tratando de encontrar las respuestas a mi delirio. Sí, estoy delirando, pero no por el dolor, sino por el amor que estoy sintiendo en este momento. He esperado mucho tiempo para tenerlo solo para mí. Y aquí está.
Alzo mi brazo sano para acariciar su rostro perfecto, su piel se siente suave y rico al tacto que incluso él parpadea varias veces e inclina su cabeza en dirección a mi agarre. Lo está disfrutando tanto como yo. Sus ojos siguen conectados a los míos, ninguno quiere apartar la vista del otro y siento su respiración más cerca de mí. Quiero besarlo. No quiero dejarlo ir ni tampoco quiero salir huyendo.
-Estoy feliz de verte, te extrañé demasiado -susurro sintiendo que una lágrima cae y resbala por mi mejilla, él observa mi lágrima y procede a retirarlas con el dorso de su dedo índice. Entonces acorta la distancia colocando la punta de su nariz respingada en contra de la mía.
-Ally... ¿lo que dijo Leonardo es cierto? ¿Tú me amas? -pregunta de pronto.
Mis ojos se llenan de lágrimas y estas comienzan a caer unas tras otras. Tener esta conversación me la imaginé tantas veces. Por tantas noches imaginé tenerlo aquí frente a mí y con la posibilidad de entregarle mi amor, así que asiento dejando que mis lágrimas y mi cuerpo expresen todo lo que en este momento no puedo decir, siento un nudo en la garganta que no me permite gritarle que lo hago con cada fibra de mi cuerpo. Él me regala una pequeña sonrisa y cierra sus ojos, toma aire y luego me da un beso en la frente. Su beso se queda en mi piel como un sello que he estado esperado tener. Quiero sellarlo en mis labios también.

ESTÁS LEYENDO
"Atracción Peligrosa" ©
Fiksi PenggemarCuando la hermosa Ally Baker llega a la habitación 69, donde una mujer misteriosa la ha citado para encontrarse con un hombre que puede meterse en donde no debe, no se esperaba que él resultaría ser un hombre increíblemente atractivo, con unos estan...