Mayo 18 del 2016
Central de Ámsterdan,
Países Bajos.Una noche en la central, al lado de los muelles, se hayaba un refugio para indigentes creado por ellos mismos. Había de toda clase y con todo tipo de vicios, pero un muchacho al fondo, acurrucado a los pies de un muro de cemento, era el más interesante de ellos. Su nombre era Louis. Sólo Louis.
Estaba helando, por lo que se cubrió más con aquella hoja de periódico que acababa de encontrar en un tacho de basura. Inhaló profundo. El frío no lo mataría, pero necesitaba del calor que su cuerpo le proveía para pasar la noche. Claro que, nadie debía saberlo. Así que, cuidadoso de no llamar mucho la atención, cerró los ojos y se concentró en elevar la temperatura de su cuerpo, despacio...con cuidado...
-Oye niño. -alguien a su lado dijo, pero no lo despertó.-¡Hey! ¡Oye, ese periódico se está quemando!
Sus ojos se abrieron de golpe, apartándose del material y limpiando su hombro de todo rastro de cenizas. Observó el papel deshacerse en trocitos y ser arrastrado por el viento matutino. La luz del sol creciente lo cegó por momentos.
«¿Qué? ¿Ya amaneció?»
Y efectivamente, había tenido uno de esos descansos en que tienes tanto sueño y cansancio, que finalmente despiertas con la sensación de que no alcanzaste a dormir nada.
En fin. Louis se puso de pie, limpiando los rastros polvo que la grava y el cemento habían dejado en su ropa, tomo su mochila y rebuscó en el interior, encontrándose no solo con que su termo ya no tenía agua, sino con que todo este tiempo, había estado cargando con una manta.
Se cacheteó mentalmente y físicamente también. Había olvidado que en la ciudad anterior, la había "tomado prestada". Para mas que se murió de frío... Pero observando al vagabundo quien pocos segundos atrás lo había alertado, decidió entregársela a él, ya que calentaba sus frías manos con el poco calor que emanaba un pequeño trozo de papel quemado. El hombre le sonrió y con ojos tristes pero agradecidos dijo:
-Que Dios te bendiga, hijo.
-Cuidese. -Respondió él, portando su mochila y saliendo de un costado del puente. Saltó con fuerza y luego se aferró a la reja que le impedía llegar a la calle. La saltó e hizo un aterrizaje casi perfecto. Se felicitó por no haber tenido que usar sus poderes y mantener el perfil bajo, pero no podía dejar de pensar en ese hombre y en la manta, lamentándose no por haber perdido el objeto, si no por no haberle podido ofrecer nada más.
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New Generation » One Direction
FanficCuando un viajero en el tiempo alerta a la sede del gobierno británico que una invasión alienígena está en camino, naturalmente no le creen. Sin embargo, las cientas de pruebas que dejó con ellos dejaron muy en claro lo contrario. No podían haber c...