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Niall abrió los ojos de golpe y se reincorporó en la silla en la que estaba, recuperando el aliento. Su corazón bombeaba acelerado y le costaba respirar debidamente. Su cabeza no procesaba ninguna información, sólo el pánico. Observó a sus alrededores para darse cuenta de que estaba en la misma sala, con las mismas personas y extremadamente bien.

—Te lo dije, un mal sueño.

El irlandés observó al castaño a su izquierda, sin comprender realmente lo que sucedía. Su primer instinto fue tocarse el cuello y seguidamente el torso, comprobando que tenía el resto de su cuerpo completo. Mas al levantarse la camiseta, esa sensación de tranquilidad se desvaneció rápidamente al descubrir algo que no creyó posible: una cicatriz que le atravesaba casi completamente el abdomen.

—¿Qué...es esto? —musitó atónito, con la respiración agitada.

—Una cicatriz muy fea.—respondió Louis.

—Yo... ¿morí?

—No te preocupes, lo asimilarás pronto—respondió mientras bebía lo que parecía ser café con leche—. Quizá eso te enseñe a no buscar problemas donde no los hay... Toma.—De manera amable, le extendió una bandeja con lo que parecía ser su desayuno: huevos revueltos con pan tostado y leche de soya.—Debes reponer fuerzas.

—No... No lo entiendo.—Su cabeza era incapaz de procesar toda esa experiencia. Todos sus recuerdos eran borrosos y su apetito estaba en la mierda. ¿No había sido un sueño?

—No hace falta que lo hagas. —extendió la mano amablemente y le ofreció una vaga sonrisa.—No me he presentado aún; Mi nombre es Louis.—El rubio observó con recelo el gesto, sin saber si aceptarlo o no.—Adelante, tómala. Yo no muerdo.—Niall observó por detrás de Louis al rizado de mirada verdosa, quien parecía prestarle más atención a su desayuno que a cualquier otra cosa. Niall aceptó fugazmente el gesto y Louis soltó una risita.

Después de lo de anoche, Liam fue el único en tomar precausiones. No había podido dormir en absoluto debido a sus extravagantes compañeros de cuarto. Y con el temor de ser asesinado mientras dormía, tuvo que conseguir un trozo afilado de uno de los vidrios que habían roto para poder dormir tranquilo. Y en lo único que podía pensar en el momento era en regresar a su celda y hacer un nuevo trato, repasando las distintas y posibles rutas de escape que observó camino aquí. Tenía nuevas posibilidades de huir.

Harry de algún modo lo sabía. Liam olía a miedo en casi todo momento, por su respiración pesada y sus veloces palpitaciones. Además de que era el menos platicador del grupo y eso no hacia más que llenarlo de curiosidad. Y por supuesto no solo a él, sino tambien a Louis y Niall, quienes le siguieron la mirada al castaño hasta dar con el temeriso hombre del que ni sabían su nombre.

—Oye, hermano. ¿Y tú cómo de llamas?

Liam levantó la mirada del plato de comida y se dio cuenta de que todos lo observaban expectante. Observó al rubio imprudente que le preguntó y aligeró su garganta tragando saliva.—Mi nombre es Liam...Payne.

—Muy bien, Liam Payne. ¿Y cuál es tu "habilidad particular"?

—Eh... Yo realmente no...

—Creo que estuvo mal hecha la pregunta, Niall. —Louis se interpuso.—Lo correcto sería: ¿Tienes tú alguna habilidad especial? Ya sabes, ¿como nosotros?

Liam se quedó callado unos segundos, meditando.—No.

Eso tomó a todos por sorpresa.

—¿Entonces qué haces aquí?

—No...No lo sé.

—¡Pero claro que lo sabes! —exclamó en burla el rubio—No encierran a cualquier pendejo con un puñado de fenómenos a menos que haya hecho algo increíblemente mal. —Louis y Harry observaron despectivos al rubio.—¿Qué? ¿Desde cuando les ofende el término "fenómenos"? —Observó de reojo a Harry.—En especial a algunos de nosotros...

New Generation » One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora