Fraternizando con el enemigo

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John Watson se hallaba tras su escritorio guardando datos de su paciente recién consultado en la computadora. Ese día había tratado con toda clase de enfermedades raras y por demás, traumatizantes. Se estiró al terminar y vio con alegría que pronto estaría libre para poder irse junto con Mary a cenar a algún buen restaurante, quizá uno francés.

La puerta del consultorio se abrió y Mary Elizabeth, la agradable esposa del doctor Watson, entró con una sonrisilla cómplice, casi de burla. Se acercó al escritorio y su esposo le sonrió.

─ ¿Qué pasa, Mary?

─Amor, es tu siguiente paciente.

─Ay, no... Aún no acabo con los datos del señor Thompson. ¿Puedes decirle que me espere unos minutos, por favor?─ Mary negó lentamente, John frunció el ceño.

─No creo que le guste la idea de esperar, cariño. A juzgar por sus síntomas, sufre un ataque traumático de celos, de envidia e inseguridad. Además de que, asegura, trae la mejilla irritada.─ respondió Mary con una sonrisa, John empezó a sospechar.

─No necesita a un médico, necesita a un psicólogo...─ susurró John. ─ ¿Quién es...?─ pero John no alcanzó a terminar la pregunta cuando la puerta del consultorio se volvió a abrir y entró un hombre delgado y alto, de cabello rizado, con paso presuroso. ─ ¡Sherlock Holmes! ¿Qué infiernos haces aquí?

─Bueno, amor. Este es tu siguiente paciente...─ dijo Mary con sorna, se levantó y se acercó a Sherlock que detuvo su paso y le medio sonrió a la mujer, que con un gesto maternal le tomó de los brazos y le besó la mejilla antes de dirigir un guiño a su esposo y salir del consultorio. John frunció el ceño y vio a Sherlock. Aquél reanudó su ir y venir.

─Sherlock, ¿qué pasa? ¿Desde cuándo vienes a visitarme?

─No vine de visita...

─Pero qué considerado. Ya decía yo... ¿Qué quieres?

─Es ella, John. Ella.... ¡Ella!

─ ¡Ella! ¿Quién?

─La nueva detective...─ Sherlock arrugó la nariz ─Anna...

─Ash...─ John se apretó el puente de la nariz y se recargó en su escritorio. ─No me vengas con un drama sin fundamentos, Sherlock.

─ ¡Me pegó! Aún tengo roja la mejilla...─ John levantó la mirada, Sherlock le señaló su mejilla izquierda como si eso fuera la prueba infalible, el doctor negó.

─Te pondré una bandita...

─ ¡No entiendes, John!

─Entiendo una cosa: estás celoso.

─ ¡No estoy celoso!─ estalló Sherlock. John sonrió y se inclinó para sacar su recetario de un cajón, el detective se calló estudiando los movimientos del doctor. John comenzó a anotar datos en la receta.

─Mmm, veamos. Sherlock Holmes, 221 Baker Street, Londres... Mmm, diagnóstico: Celos. Tratamiento: tomar dos pastillas de humildad cada cuatro horas hasta eliminar los síntomas.─ John arrancó la receta del bloc y se la dio a Sherlock, tuvo que controlarse para no estallar en risa. Su amigo le miro con los ojos entrecerrados, hizo bolita la receta y se la lanzó a la cabeza.

─ ¡No estoy jugando, John!

─Yo tampoco, Sherlock. Sólo mírate, pierdes la cabeza sólo porque una muchacha te supera en inteligencia.

─ ¡No me supera en nada!

─ ¿Lo ves? Ni siquiera consideras la posibilidad... ¿Te imaginas lo que podrían hacer los dos si unieran fuerzas?

Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora