Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]

Estúpido señor Wood

Sherlock estaba muy impaciente, se trató de comunicar con Mycroft, pero su hermano mayor parecía muy decidido a ignorarlo. Justo en ese momento, justo cuando más lo necesitaba... Anna no decía nada, parecía que seguía en shock, y el detective sospechaba que su hermano menor tenía la mitad de culpa en ese problema. Algo más le pasaba, pero no había manera de abrirle la boca cuando ella se ponía en su plan.

─Sigue sin contestar...─ gruñó el rizado en su décimo sexto intento de comunicarse con Mycroft. Anna apenas se movió, harto como estaba, Sherlock optó por botarle a la cabeza La Divina Comedia en su edición de bolsillo, libro que encontró primero a su alcance.

─ ¿Qué te pasa, Holmes?─ gritó la chica volviendo de golpe de lo que parecía un profundo sopor. Sherlock le hizo mala cara.

─No me estabas escuchando, además... ¿Qué demonios tienes?

─Eso a ti no te importa...

─Si no me importara no hubieses venido aquí a mitad del día. ¿Qué tienes?

─Alguien me estaba siguiendo.─ Sherlock giró la cabeza tan rápido que el cuello le tronó, con una mueca de dolor se puso de cuclillas frente a Anna, recargando sus manos en los muslos de ella.

─ ¿Quién? ¿Por qué no me habías llamado? ¡Anna, dime por qué no me habías dicho!

─Te llamé, pero siempre tuviste el buzón.─ replicó ella frunciendo el ceño.

─Ah... Es cierto, lo puse... Bueno, el punto, ¿quién te estaba siguiendo?

─Un anciano...─ Anna no hubo terminado de hablar cuando Sherlock ya se había puesto de pie haciendo ademanes con sus manos.

─Joder, Anna, me preocupas en vano... ¡¿Un anciano?!

─ ¡No era cualquier anciano!

─Ah, seguramente eso es una preocupación mayor. ¿De qué asilo se escapó?

─ ¿Quieres callarte?

─ ¡No! Tengo preocupaciones más grandes y tú sales con...

─Ese anciano me persiguió en una carrera, ¡¿qué anciano conoces que pueda aventarse de un microbús en movimiento sin matarse?! ¿Cuál conoces que pueda perseguirme a mí corriendo como desquiciada?

─Este...

─Ninguno. Apuesto a que no es un anciano...

─ ¿Por qué no lo sometiste y descubriste quién era?

─Ajá, ¿y si llama a la policía? ¿Qué les iba yo a decir? Es mi espíritu que tenía venganza contra este viejo... He venido desde el más allá para golpearlo.─ Sherlock rodó los ojos y  empezó caminar por la habitación sin decir nada más. Anna suspiró y se recargó en el respaldo del sillón. El celular del detective sonó y Sherlock se aventó cual gato para cogerlo de la mesita.

─ ¡Holmes!

─Sherlock...─ dijo la voz siempre controlada de Mycroft. ─Sherrinford...

─ ¡A buena hora me avisas! Si quieres ya dime el año siguiente...

─Acaba de venir al Club... ¡No hagas escándalo! Alguien podría escucharte... Ya sabes que sólo personas muy cercanas conocen la historia...

─Bien, pues a esa lista ya auméntale el nombre de Anna.

─ ¡Sherlock, eres un zoquete! ¿Cómo pudiste permitir que ella se enterara?

─Ella llegó de improviso y lo vio. Y claro, aquél no soportó la tentación de pavonearse enfrente... ¿Qué querías? ¿Qué lo metiera al armario o le pusiera encima un adorno para fingir que era una lámpara?