Adiós Sherlock Holmes

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"Hace mucho frío", ese fue el primer pensamiento que Anna tuvo cuando empezó a recobrar la consciencia. Sus manos estaban entumidas gracias a la presión que la cuerda hacía en sus muñecas, manteniendo sus brazos tras el respaldo de la silla en la que estaba sentada. Parpadeó y pudo, después de varios intentos, enfocar el lugar en el que estaba.

Ya más despierta empezó a tirar sus brazos para tratar, sin éxito, de zafar el agarre de la cuerda. El cuarto era de paredes grises y húmedas, Anna agudizó el oído, pero ni el susurrar de un grillo pudo escuchar. ¿Gritar? Era lo único que le quedaba, gritar para ver si de pura suerte alguien le escuchaba. ¿En dónde estaba? Una bodega, era lo más seguro, pero ¿Seguía en Inglaterra? Bien pudieron trasladarla a Nueva Zelanda, y ella no tendría ni idea. Sólo estaba ella en la habitación, frente a ella estaba una mesa de madera, y fin, eso era todo lo que tenía.

─ ¡¿Sherlock?!─ de pronto el alma se le fue al piso, ¿en dónde estaba él? ─ ¡Sherlock!

La puerta de la habitación se abrió lentamente, y un hombre de traje entró con cadencia, Anna frunció el ceño, el extraño le dedicó una sonrisita y alzó las cejas para indicarle con un dedo índice sobre los labios que guardara silencio. Estaba muy oscuro, mirarlo y poder analizarlo resultaba difícil, sino es que imposible.

─Al fin despertaste, ya era hora, el sol ya salió...─ tenía una voz grave, pero él se encargaba de darle tonos infantiles. ¿Era actor? Posiblemente, hacía muchos gestos al hablar y exageraba todo con los brazos.

─ ¿Quién eres tú? ¿Qué quieres?─ exigió la detective, el hombre sonrió lentamente y se acercó a la muchacha parándose detrás de ella.

─No seas aburrida, ¿quién eres tú? ¿Quién eres tú?─ le arremedó con sorna. ─ ¡¿Qué más da quién soy yo?!─ la chica dio un salto con el grito, este tipo debía ser bipolar. ─ ¿Quieres saber mi nombre? ¿Es que Sherlock no te o dijo? ¿No me mencionó?─ el extraño caminó y se posó delante de Anna, fingió un rostro de desilusión. ─Qué mal educado es Sherlock a veces, debería ser más gentil... Yo soy el que le ha dado toda esa fama...

─ ¡¿En dónde está Sherlock?! Si le tocas un pelo te mato...─ gruñó ella. El hombre abrió la boca formando una perfecta "o" y sus ojos negros se abrieron más de lo necesario. ─No estoy jugando...

─ ¿Y cómo me vas a matar? ¿Cómo lo harás atada a esa silla? ¿Ya te has dado cuenta de que el que tiene el único derecho de matar aquí soy yo?─ él extendió sus brazos vanagloriándose a sí mismo. ─ ¿Quieres saber mi nombre? Bien, pues soy Jim...

─ ¿Moriarty?─ la chica desfalleció en su propio asiento. Jim Moriarty tomó un rostro serio.

─Profesor Moriarty para ti. Sólo a Sherlock le permito decirme Jim, tenemos una relación más... Cercana.

─ ¿En dónde está Sherlock?─ insistió ella.

─Está vivo... Todavía. Si es eso lo que te preocupa, aunque de ti depende que siga así por el resto del día...

─ ¿Qué quieres de mí?

─Todo. Lo quiero todo de ti...─ estalló Jim con un sonido gutural y mirándola despectivamente.

─Ya, y supongo que lo que sea que quieras lo puedo hacer en esta silla.─ musitó ella apretando los dientes, ese tipo le daba miedo, no por nada Lestrade le había dicho que era el peor criminal del mundo.

─ ¿Eres muy lista o sólo idiota?─ se quejó Moriarty sentándose en la orilla de la mesa. Anna bufó.

─ ¿Qué quieres que haga para que dejes a Sherlock libre? Habla claro, no tengo tiempo para tus idioteces.─ Jim trató de guardarse la carcajada, pero no pudo y terminó por reírse con ganas.

Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora