Cluedo

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Hola, hola, un capítulo más. Gracias por comentar y votar, ojalá les guste este capítulo y me digan qué les pareció. Me inspiré en la canción que anda por multimedia, ojalá les guste U2. Gracias por leer :3


Pasaron los días y Sherlock no mencionó nada acerca de lo que había sucedido con Evan. Pronto el tema se volvió tabú a tal grado que mencionar el mensaje o mencionar el nombre del niño ya parecía ser pecado mortal. Anna había tratado sin éxito se sonsacarle información a John y a la señora Hudson, pero nada. No parecía haber nadie dispuesto a responderle o a querer iluminar su ignorancia, tanto que se dio por vencida.

A pesar de ello, la actitud hacia del detective hacia la chica iba cada vez mejor. De vez en cuando la llevaba a sus terapias e iba a recogerla. Podían platicar un poco más a menudo sin estallar en una discusión. John aprovechaba cada oportunidad para poder insistirle a Sherlock que confesara su "amor", pero el detective parecía aferrado a guardarse sus sentimientos, "en el caso que los tuviera" aclaraba siempre él.

Después de un mes de recuperación y terapias, Anna había podido por fin recuperar sus piernas y poder andar como nada. Aunque no podía correr, no como ella quería, ni como los casos lo requerían. El detective solía exasperarse demasiado cuando esto pasaba, así que siempre la dejaba atrás.

─Bueno... Creo que ya son todas mis cosas.─ dijo la detective bajando por las escaleras y entrando al departamento de Sherlock, éste asintió dándole la razón y suspiró. No había querido aceptar que muy en el fondo deseaba que la chica siguiera viviendo con él, su orgullo y sus ganas de no querer aceptar sus sentimientos amorosos, que para él siempre habían sido una gran desventaja, le hicieron mostrarse indiferente. ─Va a ser extraño dormir sola de nuevo.─ dijo Anna como si no quisiera la cosa.

─ ¿Qué?

─Nada, yo... Bueno, voy arriba, si quieres algo me llamas.─ susurró la detective y Sherlock se limitó a asentir. Cuando la chica salió cerrando la puerta, Sherlock caminó hacia su habitación y hurgó por ahí para revisar si de verdad ya se había mudado todas sus cosas. Iba a volverse a la salita cuando vio un pedazo de papel fotográfico asomándose apenas de debajo de la cama, el detective se agachó y tomó lo que era una fotografía partida a la mitad.

En ella aparecía un hombre de ojos azules, de unos cincuenta años, su mano posaba sobre el hombro de una niña de cabello castaño y ojos azules como los del hombre. La niña no estaba completa, sino que estaba partida por la mitad. Alguien había roto esa foto con mucha dedicación, pues tenía el eje perfectamente a la mitad del papel. Tanto la niña como el hombre sonreían a la cámara. Sherlock se acercó el papel a la nariz y olió el perfume de Anna.

El detective cerró los ojos cuando su aroma penetró en él. Supo inmediatamente que pertenecía a ella, se sentó en la cama y se quedó mirando atentamente a la mitad del retrato de la niña, en ella se veían reflejados los rasgos de una infancia feliz. Una infancia que él no recordaba en su propia vida. Suspiró y se hincó en el piso para observar debajo de la cama en búsqueda del pedazo faltante de la foto, pero no lo encontró por ningún lado. Anna no rompería una foto de sus padres, de eso estaba seguro, fue cuando le dio la vuelta al pedazo de foto y sintió que su mundo se trastabillaba por un segundo.

En la parte trasera estaba escrita una única letra: J. Una jota mayúscula hecha con tinta fina y permanente. Sherlock cerró los ojos y se llevó los dedos al puente de la nariz para apretar firmemente y tratar de relajar su angustiado cerebro. No podía ser él, no podía. Anna estaba en Estados Unidos, del otro lado del mundo. Era casi imposible que él...

El detective se levantó y caminó fuera de la habitación y posteriormente fuera de su departamento. Subió las escaleras hacia el dormitorio de Anna, sin molestarse en llamar a la puerta. Encontró a la detective arreglando su cama.

Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora