Capítulo 20

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Los rayos de sol deslumbraron la sala, un cuerpo tirado en el piso comenzó a moverse lentamente y los recuerdos de la noche anterior aturdieron su cerebro. El vocalista se había lanzado al piso a llorar hasta quedarse dormido en la alfombra, sin nada con que cobijarse muriendo de frío toda la madrugada, teniendo pesadillas horribles en donde Ken era el principal protagonista. Con mucho pesar abrió los ojos, se incorporo y saco el celular de su bolso del pantalón, ocho de la mañana, demasiado temprano para que los demás miembros despertaran. Leo se dirigió hacia las escaleras y entro con mucho cuidado a la habitación tratando de no despertar a Hongbin, se deslizo lentamente hacia el buro y tomo las rosas de Ken, bajo de nuevo con ellas en la mano y las arrojo al bote de basura, abrió cada uno de los cajones hasta encontrar los cerillos, tomo el contenedor, lo saco al patio y prendió fuego. Leo se quedo apreciando la bella vista y como las rosas se desvanecían de forma instantánea.

"Ojala mi amor por Ken pudiera morir tan fácil".

Después de estar unos minutos de pirómano y notar que ya no quedaba rastro alguno de las rosas. Leo tomo la manguera del patio y apago de inmediato el fuego, adentrándose de nuevo a la cocina y preparándose un buen café negro, tomo la tasa con mucho cuidado y regreso a la sala para sentarse en uno de los sillones largos con las piernas cruzadas y su mirada perdida en la televisión, que ni siquiera estaba encendida. El pelinegro disfrutaba cada sorbo de ese amargo café, sus labios resecos acariciando el borde de la tasa y el aroma Colombiano invadiendo sus fosas nasales. Torció un poco el cuello, la verdad es que no se sentía del todo bien, comenzó a estornudar y sentir un considerable frio, el haber dormido sin abrigarse le estaba pesando a su cuerpo.

Las horas pasaron sin que el pelinegro lo notara, poco a poco los miembros fueron bajando y haciendo sus respectivas actividades. N y Ravi habían acordado dar unas vueltas en el centro comercial que estaba cerca del departamento, querían caminar y despejarse un poco de tanto encierro, tenían unos cuantos días más libres y deseaban aprovecharlos. Hyuk y Hongbin por su parte, tuvieron una pequeña discusión en la cocina sobre la plática pendiente que tenían, el pequeño quería arreglar el problema de una vez por todas y en la habitación, pero el castaño se negó rotundamente, ofreciendo la opción de salir un rato en el auto y tomar un café.

-¿Por qué tenemos que ir a otro lado? ¿Acaso piensas asesinarme? -renegó Hyuk lanzando manotazos por doquier

-¡Déjate de juegos! Esto es algo serio Hyuk -se cruzo de brazos-. No quiero que nadie nos interrumpa, tengo cosas importantes que decirte.

-Podemos asegurar la puerta -alzo los hombros

-Saldremos en el auto y te callas, no quiero que me reniegues más. Mueve tu hermoso cuerpo escaleras arriba y ve a alistarte, te espero aquí en la sala a las 5.

El hermoso Hongbin se dio la vuelta y subió a su habitación, dejando al pequeño en la cocina confundido, aturdido y muy molesto.




***

Leo se encontraba en su habitación tomando una ducha, después de unos largos minutos en el agua tibia, salió de ella y se cambio en el baño. Había lanzado un par de estornudos más y el dolor de cabeza no cedía. "No quiero enfermarme". Salió con el rostro desencajado y se observo en el espejo. Lucía un pantalón para dormir a rayas verticales rojo con gris y una camiseta color tinto con el numero 55. Bajo a la sala y volvió a acostarse en el sillón largo de piel cubriéndose el cuerpo con una sabana.

-¡Estoy aburrido!

Una vocecita gritona y conocida se escucho bajar por las escaleras y gritar muy alegre. El vocalista Ken dio pequeños saltos hasta posarse justo en medio de la sala. Observo a Leo acostado y con un rostro de tristeza, no se miraba muy bien.

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