Broken Arrow

Capítulo 24

Los ojos del vocalista brillaban de una forma diferente; jamás percibida por algún miembro antes. Había rabia, venganza y odio. Ken frotó una vez más su rostro para quitar ese pegajoso postre y lanzo una ricita que confundió a todos los miembros, lucia como un demente. Un gran suspiro salió de sus labios y sin mencionar palabra se lanzo directo a él. Lo tomo del cabello jalando con el doble de fuerza de lo que Hongbin había hecho, el castaño se retorcía debajo del vocalista mientras Ken seguía golpeándolo como un loco, desde sus costillas hasta las piernas, Hongbin no tenia escapatoria y lo primero que se le ocurrió fue rasguñar el rostro del vocalista logrando que sangrara de su mejilla.

Todo sucedió en cámara lenta para los demás; solo habían sido segundos pero pareció eterno. Leo tomo de la espalda a Ken y con mucho esfuerzo lo separo de Hongbin; alejándolo de la cocina y sentándolo en la sala junto a él.

-Lleven a Hongbin a su habitación y no lo dejen bajar. Me quedare con Ken.

La despedida de soltera había terminado, ya no había nada que festejar. Después de ese bochornoso y doloroso evento, todos lucían muy confundidos y con sus corazones heridos. Ver que dos de los miembros se golpearan de esa forma tan horrible había sido algo impactante para todos. Eran amigos, se querían y respetaban, pero lo que había sucedido hace minutos sin duda fue la gota que derramo el vaso. Existían peleas como en todos los grupos, nada podía ser perfecto; pero Hongbin y Ken habían sobrepasado los límites esa noche.

Los demás miembros subieron y dejaron en la sala a Ken y Leo solos; rodeados por una gran oscuridad. El pelinegro se levanto del sillón y encendió el interruptor de la sala; logrando percibir con claridad el rostro de su amado. Tenía algunas gotas de sangre en sus mejillas y el cabello completamente arruinado, estaba manchado de pies a cabeza y se encontraba muy serio. Ken no había dicho ni una sola palabra desde que lo separaron; lucia tan distraído, como en otro mundo.

Leo subió a la habitación de Ken y bajo con un poco de ropa. Se dirigió a la cocina y regreso con unas toallas húmedas para comenzar a limpiarlo. Tomo asiento justo frente a él y acaricio de forma delicada con las yemas de los dedos su rostro; quito algunos residuos de Cupcake y luego prosiguió a frotar con la toalla. Cuando su rostro quedo limpio y libre de chocolate; tomo un algodón con alcohol y lo paso por las pequeñas heridas de sus mejillas. El cuerpo de Ken temblaba ante cada roce del algodón; pero su mirada no reflejaba dolor y seguía sin pronunciar palabra.

"¿Dónde está mi Ken alegre y ruidoso?"

Termino de limpiar su rostro y lo miro fijamente.

-Te voy a quitar la ropa y te pondré una nueva.

Leo no recibió respuesta por parte de Ken; así que suspiro y desabotono con mucho cuidado la camiseta. Su torso había quedado al descubierto; mostrando algunos estragos de la batalla, su pecho estaba enrojecido y tenia marcas de arañazos, Leo no lo podía creer. Ver a Ken de esa forma lo estaba afectando demasiado. Llevo sus dos manos al pecho del menor y froto el lugar lastimado con mucho cariño y delicadeza.

-Mira nada mas como te dejo esa bestia

Le coloco la camiseta limpia y comenzó a abotonarla. Después acostó el cuerpo inerte en el sillón y desabrocho sus pantalones, los bajo y puso unos holgados de rayas mucho mas cómodos. El pelinegro llevo su vista a las piernas de su amado para ver si tenía heridas, por suerte sus piernas seguían tan blancas y hermosas como siempre. Rodeo su torso con ambos brazos y volvió a sentarlo en el sillón para después abrazarlo con mucha fuerza.

-Por favor Ken háblame, me estas preocupando demasiado -su voz se había quebrado, el dolor que sentía en esos momentos era inexplicable. La persona que el amaba estaba herida, lo habían lastimado y él había sido un vil espectador mas -. Perdóname por no defenderte Ken; perdóname por no detener a Hongbin a tiempo.