Broken Arrow

Capítulo 31.

Después de un trayecto lleno de sonrisas y bellas palabras, llegaron sanos y salvos a casa. La oscuridad se había hecho presente y los vocalistas bajaron del auto un tanto cansados.
Ya eran las ocho de la noche y estaban un poco hambrientos, la habían pasado bien con la madre de Ken pero no habían almorzado.

Ambos entraron al edificio del departamento y se quedaron unos minutos frente a frente en el pasillo. Se observaban a los ojos sin querer separarse ni un solo centímetro, sabían que al momento de entrar por esa puerta sus caricias, besos, y palabras bellas desaparecían.
A pesar de que Hongbin y Hyuk conocían su historia; no era fácil para ellos ser abiertos de forma afectiva ante los demás.

Jaehwan moría de ganas por estrujar y besar a Taekwoon en diferentes partes de su cuerpo; sorprenderlo en las mañanas con el desayuno, dormir en la misma habitación, bañarse juntos, tantas ideas bellas que le pasaban por la mente.
Pero sabía que a pesar del amor tan fuerte que sentían; Leo seguía siendo un tanto tímido y reservado. Lo único que deseaba es que estuviera feliz, y si aun no estaba preparado para hablar sobre ese tema, para él estaba bien.

—Leo… no me quiero alejar de ti, quiero estar contigo más tiempo. Necesito abrazarte y besarte mas, no tuvimos la oportunidad de hacerlo por el lugar en el que estábamos —arrugo la boca y lanzo un pesado suspiro.

—Mmm lo sé. Ven aquí —enredó los brazos a su cintura, acercando su cuerpo hasta quedar muy pegados—.Podemos entrar y ver una película en la sala mientras nos tomamos de la mano —le beso la frente.

—Me encantaría. Y también aprovechamos para cenar, tal vez los chicos compraron algo.

—Es lo más seguro —lo miro fijamente a los ojos y comenzó a mover sus manos de arriba abajo acariciando sus costados. Esa simple acción provoco un gran escalofrío en la espalda de Ken, que solo pudo cerrar los ojos y morderse el labio.

—Uhmm… que delicado eres, me encanta como me tocas —le beso de forma tierna los labios, sin importarle en lo más mínimo su alrededor.

—¡Oh!, ¿En serio? —Deslizo una de sus manos por la parte trasera hasta llegar al borde de su pantalón y así acariciar por encima de la tela sus firmes glúteos —.Y esto, ¿También te gusta?

—¿Tu que… crees? —bajo su mirada y le sonrió tratando de ocultar su sonrojo —.Creí que querías ser cuidadoso; pero si sigues así las cosas se van a poner duras —lanzo una risita y coloco su mano en la nuca de Leo logrando de esta forma que sus frentes quedaran pegadas.

—Sé que es riesgoso y debemos cuidarnos. Pero debo confesarte que esto me excita —bajo su mano libre por el pecho de Ken hasta llegar al borde de su camiseta, y con suma lentitud metió su mano para acariciar la delicada piel del castaño, estremeciendo cada fibra de su ser, ocasionando que sus palpitaciones se aceleraran.

—Ahhh… no debiste hacer eso, ahora lo pagaras —Ken tomo de la camiseta a Leo y lo empujo hacia la pared de atrás, con sus cuerpos pegados y la adrenalina al máximo.

Ambos se besaban con pasión y desespero; sin dejar de tocar sus cuerpos. Ken enredo sus manos en el cabello de Leo y comenzó a deslizar sus dedos por su cuerpo cabelludo, jugueteando y jalando por momentos de el, mientras que Leo tomo las piernas de Ken y las enredo a su cintura sin dejar de acariciar sus glúteos, ese pantalón de licra entallado hacia que sus manos se deslizaran con tanta facilidad.

—Te quiero… me gustas… y te deseo tanto —soltó Ken en sus labios, al momento de separarse un poco para poder respirar.

—Nunca creí ser correspondido de esta manera —atrapo con sus dientes el labio inferior carnoso y rojizo de Ken.