Seguían besándose apasionadamente, sentían que ya no podían más con el sentimiento que había surgido. Ella acariciaba su largo cabello, mientras que él besaba su cuello, era muy extraña esta pareja; todo había surgido de la nada. Solamente querían entregarse a todas esas sensaciones que sentían, sus cuerpos ya no podían más. Sesshomaru comenzaba a subir una mano por su falda cuando se escuchó el ruido de la ventana de Kagome abrirse que provocó que la agitada pareja se detuviera.
- Sesshomaru...Kagome – dijo la persona que estaba en la ventana a punto de llorar. - ¿Así que hablabas en serio, Sesshomaru?
- Kairy...
- ¿Kairy? –preguntaba la azabache.
- Te odio Kagome, y a ti también Sesshomaru–dijo saltando por la ventana inundada de lágrimas.Sesshomaru y Kagome se miraron el uno al otro, hasta ese momento no habían caído en la conclusión de lo que estaban haciendo no estaba bien, esto era demasiado extraño.
- Sesshomaru... ¿Quién era?
- Una ex novia que transforme en una de nosotros hace tiempo. Creo que será mejor que me retire.
- Si...Se despidieron de un beso en la mejilla. Él salió por la ventana no sin antes decirle:
- Kagome...quiero que sepas que espero que no te sientas mal con esto, eres muy importante para mí.
- Gracias, pero creo que sería mejor que no nos acercáramos por un tiempo.
- No me pidas eso. No creo que pueda contenerme demasiado.Sesshomaru salió por la ventana rápidamente, siguió caminando por la calle hasta encontrarse con una joven, se acercó a ella y la jaló a un callejón para beber su sangre y después dejarla en el suelo, inmediatamente siguió su camino. Mientras que Kagome se sentó en su cama, pensaba en esas extrañas sensaciones que nunca había sentido, pero en ese momento la imagen de Inuyasha apareció en su mente.
- Es cierto... ¿Por qué no lo pensé antes? ¡Que tonta! ¿Cómo es esto posible? Ya ni yo misma me reconozco, pero Inuyasha... ¡Ah! ¿Qué debo hacer? En que lío me metí...
Mientras tanto, en la mansión Taisho. Se encontraba un joven recargado en el respaldo del sillón observando el fuego de la chimenea con detenimiento, en ese momento entró otro muchacho mayor que él, lo observo unos segundos y después habló.
- Sesshomaru
- ¿Qué quieres?
- ¿Dónde estabas?
- Espera un momento...estas raro...puedo percibir en ti un aroma dulce...es muy parecido a...- Adiós –dijo haciendo caso omiso a las palabras de Inuyasha, dejándolo muy pensativo,
- "Sesshomaru, ¿Qué me esta ocultando?... Esta fragancia es... ¡No puede ser!" –dijo tomando un abrigo y saliendo rápidamente.En el parque, se encontraba Kairy sentada en una de las bancas, se sentía muy mal por lo que había visto.
- Flash Back –
- "Sesshomaru entró en esta casa y no ha salido, ¿Qué estará haciendo?" – mientras pensaba eso se acerco a la ventana.
- ¡No puede ser! ¡Kagome y Sesshomaru! –dijo viendo a la pareja en una situación muy intima, ella comenzó a derramar lágrimas – Así que sí te perdí, Sesshomaru.
- Fin del Flash Back –- ¿Por qué Sesshomaru ama a Kagome? – se dijo a sí misma.
- ¿Qué dices? –dijo una voz masculina tras ella.
- Joven Inuyasha.
- Kairy...contéstame- dijo sujetándole de los hombros.
- Es que te pondrás furioso.
- No importa, dímelo.
- "Es mi oportunidad"- pensó.
- ¿Vas a decírmelo?
- Yo vi a Sesshomaru con alguien.
- "¿Alguien?" Eso es normal, a Sesshomaru le encanta primero seducir a sus presas.
- Pero, no era cualquier persona...era...
- ¡Ya dime todo de una maldita vez!
- ¡Vi a Kagome y a tu hermano besándose a punto de hacer el amor!
- ¿Qué...qué dices? No eso es imposible.
- Es cierto, yo los encontré besándose y acariciándose en casa de Kagome.
- Maldito Sesshomaru. Adiós Kairy.
- ¿Qué harás?
- Eso no te incumbe.
- ¡Claro que sí! ¡Yo amo a Sesshomaru!
- ¿Crees que yo dejaré que Kagome esté con él? ¡Ni muerto!
- Yo te ayudaré.
- Que no.
- De esa forma tú estarías con Kagome y yo tendría libre el paso con Sesshomaru. Por favor.
- Luego nos vemos. Lo pensaré. –dijo caminando.
- Sí – dijo ella quedándose en la banca con los ojos sumamente hinchados por tanto llorar. – No lo permitiré...aunque tenga que morir alguno de los dos.
El vampiro atravesó rápidamente las calles heladas y vacías de la ciudad, un vacío equivalente al de su corazón, se estaba cegando nuevamente, ni él mismo sabría que haría al llegar hasta allá.
Mientras tanto, Kagome se estaba terminando de dar una ducha, estaba únicamente con una toalla envolviendo su cuerpo, mientras que se cepillaba su larga cabellera azabache y pensaba en lo sucedido, estaba sentada en su cama, tan sumida en sus pensamientos que no notó que una persona entró sigilosamente a su casa y en un instante apagó la luz y a ella rápidamente le tapó la boca para que no gritará.
Kagome observó al hombre que tenía ahora sobre ella y que le hacía permanecer en silencio, sus ojos se asombraron al observar a esa persona la cual le hacía una señal de que se callara con la mano desocupada.- Ya lo sabía, tú y Sesshomaru estuvieron muy cerca el día de hoy...
- "¿Cómo pudo saberlo?" – pensaba Kagome, mientras mostraba cierto nerviosismo en los ojos.