CAPITULO 15: FUEGO

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  Había un silencio en ese lugar, profundo e inquietante. La mente de Kagome estaba confusa, no podía articular ni una palabra, Inuyasha la observaba detenidamente, su rostro denotaba duda, era una decisión muy difícil que cambiaría completamente el rumbo de su vida. Ella siempre había deseado casarse y tener hijos, pero si decidía convertirse en vampiro eso implicaba que nunca podría procrear una vida, pero por otro lado lo amaba él. Ese amor era lo suficiente fuerte para hacerla feliz...al menos eso pensaba ella...

- Inuyasha...yo...-dijo al fin Kagome.
- Te entenderé si eso no es lo que deseas-dijo Inuyasha colocando un dedo en los labios de Kagome, sellándolos inmediatamente con un beso.

Mientras tanto, Inu no Taisho e Izayoi se encontraban en su habitación preparándose para dormir en sus respectivos ataúdes, en ese momento entró una mujer de piel pálida, ojos rojos y cabello negro.

- ¿Quién eres?-dijo el padre alarmado.
- Yo soy Kagura...y soy quien los llevará a la verdadera muerte.
- Aléjate de nosotros...
- ¿Eso será valentía o estupidez?-dijo Kagura sacando unas dagas.

En otra parte. Sango y Miroku se encontraban sentados en la cama que por supuesto no ocuparían para dormir sino que igual que Izayoi e Inu no Taisho dormirían en ataúdes solo que ahora se encontraban charlando.

- ¿Qué crees que diga Kagome?- dijo Miroku.
- No lo sé, espero que acepte...creo que me quede con un poco de hambre.
- Bien, ¿Quieres que salgamos rápidamente?...sino podrías debilitarte.
- Esta bien- dijo Sango levantándose junto a Miroku, pero alguien ya les estaba esperando.
- ¿Quién eres?-dijo Miroku poniéndose frente a Sango, entonces de entre las sombras salió una niña de ojos negros y cabello color blanco, su rostro era inexpresivo-¿Qué quieres?
- Yo soy Kanna y cumplo ordenes de Naraku...ustedes van a morir.
- Eso crees tú-dijo Miroku, entonces le susurró a Sango- Escúchame Sango, cuando te de la señal te irás de aquí...corre y no mires atrás, busca un lugar donde puedas esconderte, ¿Entendiste?
- Pero...Miroku-dijo Sango sorprendida.
- Tú eres muy importante para mi...incendia esta casa-dijo Miroku, Sango lo miraba de forma melancólica.
- Sí...
- Creo que y hablaron lo suficiente...-dijo Kanna, sacó rápidamente dos dagas de sus ropas, Miroku sujetó los dos brazos de Kanna.
- ¡Ahora Sango!-dijo gritándole a la chica, la cual inmediatamente salió corriendo de la habitación.

En el pasillo, Inuyasha y Kagome seguían besándose, Sango llegó pero lo que vio no le gustó nada Naraku se estaba acercando a ellos.

- ¡Inuyasha! ¡Kagome! ¡Cuidado!-gritó Sango, lo cual provocó que los jóvenes se separaran, Naraku ya estaba muy cerca de ellos con una daga en su mano, Inuyasha trató de esquivarlo y cubrió a Kagome con su cuerpo pero no lo logró del todo.
- ¡Ah!-gritó Inuyasha, la daga le había dado en su brazo.- ¡Maldito!
- Esto se acabó Inuyasha...este es el fin, yo te convertí pero creo que ya viviste demasiado-dijo Naraku sacando otra daga. Inuyasha tomó una de las espadas que tenía una de las armaduras que se encontraban en el pasillo.- Eres un estúpido...¿Crees que vas a matarme con ese juguete?
- Ya se que no-dijo poniendo detrás de él a Kagome.
- Inuyasha...tu...tu brazo...
- No te preocupes...esto no es nada para mí...-dijo Inuyasha.- ¡Sango! ¡Kagome! ¡Váyanse!
- Pero Inuyasha...
- ¡Vete!-dijo Inuyasha, ella sintió deseos de llorar, pero corrió hacia Sango y comenzaron a alejarse de ahí.
- Inuyasha... ¿Crees que todo es tan fácil?-dijo Naraku burlándose.
- Nunca me ha agradado lo fácil...
- Muy bien –dijo Naraku tomando otra espada y con otra la daga- ¿Listo?
- Yo siempre-entonces comenzaron a atacarse, pero ninguno de los dos podía asestar un golpe.

Mientras que Sango y Kagome habían llegado a la cocina.

-¿Qué buscas en un momento como este?-dijo Kagome.
- Miroku me dijo que huyera y que incendiara la casa.
- ¿Eh? ¿Por qué?
- Porque esa es una de las formas en que puede morir un vampiro.
- Pero si hacemos eso ellos...
- Ya lo sé...pero quiero creer en él...-dijo Sango.
- Conmovedoras palabras para un vampiro-dijo una mujer aplaudiendo burlonamente.
- Kairy.-dijeron las otras dos chicas.
- Ya no tienen de que preocuparse, morirán aquí.
- ¿Por qué nos traicionas?-dijo Kagome.
- Todo esto es tú culpa, zorra, te odio...tú me quitaste a Sesshomaru-dijo Kairy furiosa.
- Entonces no tengo remedio-dijo Sango.
- ¿y qué piensa hacerme una vampiresa casi recién nacida?-dijo Kairy.
- Esto...-dijo Sango prendiendo el mantel con un encendedor rápidamente.
- ¿No puedes hacer algo mejor?-pero lo que estaba alrededor también comenzó a incendiarse a parte de que Sango había encontrado casualmente varias botellas de alcohol. (No me pregunten de donde salieron) y se la arrojó cerca de Kairy.
- Maldición –dijo Kairy al notar que sus ropas se comenzaban a incendiar y trataba de apagarlas. Entonces Sango tomó la mano de Kagome y entre las llamas salieron corriendo, no sin que tomaran otras botellas más y unos cerillos. Esparcieron el líquido y entonces arrojaron varios cerillos que provocaron rápidamente varias llamas que se esparcieron por todo el lugar. Entonces las dos chicas salieron de la Mansión, esperando a sus amados.

En la habitación de los padres de Inuyasha, el padre de Inuyasha había conseguido arrebatarle una daga a Kagura y la había herido profundamente, de uno de sus costados corría sangre, pero Inu no Taisho no había salido muy bien librado, tenía una herida profunda cerca de su cuello, Izayoi estaba bien, el ataque había sido dirigido hacia ella, pero su esposo se había atravesado.
- Cariño... ¿Estás bien?-dijo acercándose a su esposo.
- Sí...-dijo sujetándose de la herida, salgamos de aquí.
- No podrán hacerlo...-dijo Kagura muy débil.
- Tú ya no puedes hacernos nada-dijo con dificultad Inu no Taisho, pasó un brazo por el hombro de Izayoi y comenzaron a salir.

Miroku había sido herido varias veces por Kanna, la cual mostraba una gran tranquilidad.

- "¿Y ahora qué hago?"-pensó Miroku.
- Creo que ya nos tardamos demasiado...-dijo Kanna- Despidete.- Después de eso se ve botar sangre dentro de la habitación.

Inuyasha seguía batallando con Naraku, la Mansión se iba quemando cada vez más, devorando todo a su paso, el fuego ya estaba cerca de ellos.

- Parece que este será el fin, Inuyasha.-dijo Naraku.
- Lo dudo...-dijo Inuyasha volviendo a atacar.
- Moriremos aquí...o mejor dicho...tengo que acabarte rápidamente para poder salir...-dijo Naraku un poco desesperado por la rápida expansión del fuego.
- Pues no tengo opción, lo importante es que tú te quedas..."Perdóname Kagome...pero parece que de nuevo te haré sufrir, es que no tengo opción"-entonces atacó un brazo de Naraku hiriéndolo de gravedad, pero justo en ese momento las llamas cubrieron el lugar.
Kagome y Sango estaban fuera de la casa viendo como aquella hermosa Mansión comenzaba a derrumbarse y el fuego crecía conforme pasaba el tiempo.

- Inuyasha...por favor...sal-decía Kagome con lágrimas en los ojos y colocando sus manos en forma de rezo.
- Kagome, mira-dijo Sango, Kagome volteó...eran los padres de Inuyasha, Inu no Taisho estaba mal herido pero poco a poco se iba regenerando.
- Veo que están bien-dijo Izayoi.
- Sí-dijeron ambas.
- Me alegra, ¿Dónde están los chicos?-dijo Izayoi, las dos chicas se miraron tristemente.- No me digan....¿Ellos...siguen adentro?-las chicas asintieron.
- Esto es malo-dijo con dificultad Inu no Taisho- pero lo único que nos queda es esperar.
- Sí-dijeron las mujeres. Al poco tiempo, Miroku salió corriendo, en cuanto Sango lo vio salió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
- Sango...
- Me preocupaste...-dijo Sango llorando.
- No diré que fue fácil...ella me atacó varias veces...pero al final pude ganarle-dijo Miroku.
- Que alegría... ¿Dónde está Inuyasha?-preguntó Izayoi.
- ¿Eh? No lo sé...-dijo mirando hacia la casa- ¿Quién le ataco?
- Naraku-dijo Kagome, esto preocupó aún más a todos.
- Miroku, espera-dijo Sango sosteniendo a Miroku que ya se preparaba para ir por su amigo.- Haz perdido mucha sangre, estás débil..aunque vayas no servirá de nada...
- Tiene razón-dijo Izayoi- Yo también estoy preocupada pero Inuyasha siempre ha sido fuerte.

Justo en ese momento la casa se vino abajo y las llamas cubrieron todo el lugar.

-¡Inuyasha!-gritó Kagome y quiso correr hacia las ruinas.
- ¡Kagome! ¡Es peligroso!-dijo Sango jalando a su amiga. Varios vecinos se habían acercado y llamado a los bomberos que intentaban contener las llamas.
- ¡Suéltame! ¡Quiero verlo! ¡Quiero ver si esta bien!-gritaba Kagome, Miroku la sujeto.
- Kagome, hay que esperar.-dijo Miroku
- Esta bien.-dijo calmándose un poco. Pasó a una hora y sólo encontraron cenizas. No había rastro de Inuyasha o Naraku.

Kagome se sentía muy mal, parecía que se lo hubiese tragado la Tierra. Los Taisho decidieron irse a otra casa que tenían, invitaron a Kagome a irse con ellos ya que su madre la había echado de casa y no tenía otro lugar a donde ir. Los Taisho se fueron a descansar y le pidieron a Kagome que también lo hiciera, ellos se fueron a una cámara oculta en el fondo de la casa, aunque no era una casa común y corriente porque también era una enorme mansión. Kagome se recostó boca arriba en una habitación que le asignaron y comenzó a llorar.

- Inuyasha... ¿Por qué?...Regresa...te necesito. Yo si quería...quería estar por siempre contigo-decía sollozando Kagome.-No me importaba como...sólo quería estar a tu lado...no me importaba ser como tú...Te amo...:inukag:  


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