VIII

21.5K 1K 112
                                        

Me parece lo más horrible de la vida que tu mejor amiga te saque de tu casa sin decirte el motivo de la salida, sobre todo si está es ir a comprar unos estúpidos vestidos, de una fiesta a la que no tengo pensado ir, pero ¿Cómo darles esa noticia a mis compañeras? Ellas están muy interesadas en todo esto. Recorren la primera tienda a la que hemos entrado con mucho esmero. Están decididas a salir con algo de aquí. Yo por otro lado, me encuentro sentada en uno de los bancos que hay para probarte calzados, observándolas de vez en cuando. Hay más chicas por aquí, todas con la misma idea en la cabeza; buscar el mejor vestido.

—No encuentro nada que me guste — susurra Angela, ya cansada tomando asiento a mi lado.

—¿Por qué tanta importancia buscar el mejor vestido? — la observo — ¿desde cuándo a ti te importa eso?

Ella se encoge de hombros en modo de respuesta y después se comienza a tirar unos hilos que sobre salen de su pantalón. Parece pensativa. Algo le está carcomiendo la cabeza, pero no me lo quiere decir ¿Por qué no? Las amigas no deberían tener secretos ¿en qué momento los comenzamos a tener nosotras?

—Me rindo — Adriana se acerca a nosotras, en su rostro se puede apreciar la molestia — no hay nada que me agrede.

En nuestro pueblo, no hay muchas tiendas de lujo como aquí, de hecho, es muy complicado encontrar un vestido muy fabuloso, pero eso jamás le importo a mi compañera a mi lado. Realmente no entiendo porque ahora sí.

—¿Qué haremos ahora? — curioseo — ¿iremos a otra tienda?

—Tu no has mirado nada — susurra Angela.

—A mi todo esto de los vestidos lujosos y llamativos no me interesan. Lo sabes — la miro — y pensaba que a ti también te pasaba lo mismo. Creo que me he equivocado.

Ambas nos quedamos viendo. Mi amiga no dice nada en modo de respuesta, pero parece avergonzada ante mis palabras. Después de unos segundos, me giro para ver a la chica que se encuentra delante de nosotras de brazos cruzados mirando todo a nuestro alrededor. No se ha percatado de nuestras miradas con Angela, me parece bien, lo que menos quiero ahora es que una desconocida se meta en cosas que no debe.

—Conozco otra tienda — susurra después, sus ojos han vuelto a brillar con emoción — vamos, es por aquí cerca.

Me paro rápidamente y comienzo a seguirla. La chica de castaño cabello, saluda a algunas personas que nos encontramos en el camino. Yo me dedico a mirar absolutamente todo. Me encantan los colores de las tiendas y siempre me quedo embobada mirándolas, lo que lleva a que me terminen empujando las personas. Esta más que claro de que si aquí te quedas parada, eres una molestia para los demás y te lo van a terminar demostrando con empujones nada suaves.

—De seguro aquí encontramos algo lindo — nos asegura antes de entrar al local.

Está lleno de vestidos. Repleto. No hay nada más que no sean vestidos. Ya hay algunas jovencitas por aquí, algunas acompañadas de sus madres y otras simplemente solas. Quiero a mi madre. Cojo mi teléfono y busco su contacto.

Te extraño☹

No espero una respuesta de su parte, pues sé muy bien que está trabajando y que no tiene tiempo para estar pendiente de su móvil. Busco con la mirada a mis dos compañeras, las cuales ya han comenzado a buscar la prenda ideal. Ruedo mis ojos por eso. Aburrida, comienzo a pasearme por la tienda, viendo los vestidos que hay. De reojo, veo como Adriana entra a un probador con algunas prendas en mano. Angela está hablando con una mujer ya de edad, seguro trabaja por aquí.

—¿Le puedo ayudar en algo? — pego un brinco en mi puesto y miro a la mujer que se me ha acercado por detrás. Ella sonríe un poco, se siente culpable por haberme asustado.

#1 Mis 5 Idiotas |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora