VI

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A la mañana siguiente el ambiente es el de siempre, pero esta vez, tenemos a dos personas nuevas tomando desayuno con nosotros. Los hermanos Carol y Alejandro. Resulta que ellos vivían aquí antes de que yo llegara, pero no sé el motivo por el cual se fueron. Ahora necesitan un lugar para quedarse unos días mientras terminan de resolver algunos asuntos personales.

—Buenos días — Cristóbal entra por la cocina con unos apuntes en mano, últimamente ha estado estudiando mucho — hola enana — me besa la frente y toma asiento a mi lado.

Como costumbre, le sirvo una tostada y una tasa con café. Carol me observa de reojo, lo sé, porque yo también lo hago. Pero no solo me mira a mí, sino que también a Dereck y Bruno. El primero la ignora por completo, el segundo se muerde el labio nervioso e intenta no mirarla a toda costa.

—Dereck — mi rubio hermano se pasa una de sus manos por su cabello desordenándolo un poco, y bebe café antes de volver a hablar — ¿puedes llevar a Amy hoy?

—¿Y tú? — lo observo con una ceja alzada.

—No puedo — admite observándome directamente a los ojos — hoy entro más tarde, mi maestro se ha enfermado, y tengo mucho por estudiar aún. Lo siento.

—Espero que seas una buena compañera de viaje — sonríe de medio lado el pelinegro mientras se lleva su cuchara llena de cereal con leche, a los labios.

Terminamos de desayunar y cada uno corre a un vehículo para poder marcharnos. Me abrocho el cinturón de seguridad y cuando él sube, me giro para verlo. Le sonrío de una manera amplia.

—¿Qué? — prende el motor y le da un mordico a la manzana que tiene en la mano.

Dereck come mucho, sobre todo manzanas y yogurt con cereal. Me sorprende que no sea un adolescente gordo y con acné en el rostro.

—¿Qué pasa entre tú y Carol?

El chico pone en marcha el vehículo y saluda con un movimiento de cabeza a algún vecino que pasaba por ahí.

—Nada.

—Mientes.

—¿Por qué crees que miento?

—He visto las miradas que ella te lanza.

—¿Celosa?

—Demasiado — ruedo mis ojos y él ríe — ¿me dirás?

Dereck prende la radio y la canción que suena es Kindly calm me down de Megan Trainor. Él no se molesta en cambiarla. Supongo que solo lo hace para no responder mi pregunta o para que me mantenga en silencio. Resoplo, molesta.

—Solo para que sepas — sonrió un poco y lo miro — lo voy a terminar averiguando igual.

Ante mis palabras, solo ríe levemente y sigue manejando.

Al llegar, le doy las gracias por haberme traído y me marcho en búsqueda de mi amiga, la cual no me ha respondido el mensaje que le enviado esta mañana de si es que vendría. Angela no es de faltar de puro gusto, así que sospecho que si vendrá hoy.

—Buenos días — Chad aparece a mi lado, sonriendo como siempre — ¿te sientes mejor hoy?

—Si — beso su mejilla en modo de saludo — solo fue leve, nada por lo que haya que preocuparse.

Seguimos caminando hasta que llegamos a mi casillero. Ya que he faltado ayer, he tenido que pedirle a Angela que me lleve todos los cuadernos que debí haber utilizado, para poder pasar en limpio toda la materia nueva que los maestros pasaron, lo cual ha causado que mi mochila esta mañana pese más de lo normal. En fin, he venido a mi casillero para dejar todos esos cuadernos que no necesito.

#1 Mis 5 Idiotas |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora