Miro a mis lados, muchos de mis compañeros de salón ya han entregado sus exámenes, otros se encuentran concentrados en las preguntas, mientras que unos cuantos están observando sus teléfonos, buscando las respuestas. Miro al maestro, está más interesado en su móvil que en sus alumnos. Busco a mi amiga, está sentada dos puestos más delante que yo. Ella no luce muy interesada en la hoja que está en su mesa. Dejo que un suspiro se escape de mis labios. Intento recordar la materia que tanto estudie el día de ayer, pero a mi mente no llega ni la mitad de la información, la cual sí sé que me sabia. Maldita nota, me echo a perder todo mi día, pero no solo a mí, sino que también a mi intranquila amiga. Mi móvil suena en mi bolsillo ¿y si hago lo mismo que algunos de mis compañeros? Levanto la mirada hasta el maestro, ahora se encuentra riéndose de algo que está viendo en el suyo.
—Les queda media hora — señala el hombre y nos observa a todos unos escasos segundos para luego pasar a ponerse sus audífonos.
Me muerdo el labio y saco mi móvil. En el pueblo lo hice algunas veces, pero la mayoría de las veces estudiaba así que no había necesidad de hacer trampa. Miro mi examen una vez más, no estoy dispuesta a que me vaya mal en esta prueba, mucho menos cuando he estado estudiando mucho y se me ha olvidado todo por una estúpida nota.
Bueno, vamos a intentarlo.
Escondo mi móvil y comienzo a buscar las respuestas en él, a medida que voy leyendo la información que va saliendo, comienzo a recordar lo que ya me sabia.
—Bien — el maestro pega un grito y pego un salto en mi puesto — ya se ha terminado el tiempo.
Guardo el móvil y comienzo a guardar mis demás cosas. Miro a mi amiga y ella me la devuelve. El maestro comienza a retirar los exámenes puesto por puesto.
—Ya se pueden marchar.
Me acerco a la castaña, la cual me observa de reojo, al parecer ella tampoco hizo mucho en el examen, pero supongo que no pensó en hacer algo de trampa.
—No empecé bien.
—A mí se me olvido todo — susurro, ella se pone de pies — pero, no creo que me haya ido tan mal.
Ambas salimos en silencio, aun no suena el timbre, pero en cualquier momento lo hará. Algunos caminan en la misma dirección que nosotras, la cafetería, y otros se marchan a otros lados.
—No dejo de pensar... en la nota... — la castaña deja caer sus cosas en uno de los mesones del comedor — ¿has pensado en quien pudo ser?
—Bueno, teniendo en cuenta que a ti te han dicho algo ayer un poco sospechosos, solo he pensado en aquellas estúpidas.
Ella asiente con la cabeza. Chad aparece y guardamos silencio. Con todo lo que tengo en la cabeza, no me había acordado que la clase de recién, la compartimos con él.
—¿Me dirán que les pasa? — levanta una de sus cejas — me han dejado solo ahí y desde la mañana que andan muy distraídas.
Me muerdo el labio un poco y desvió mi mirada. Chad ha sido muy bueno con nosotras, pero aún no siento que le podemos contar lo que hemos hecho. Se que ser tan desconfiada, no es bueno, ya que de ese modo las personas que nos rodean se comienzan a cansar y se marchan, pero aun que se eso, no soy capaz de abrir mi maldita boca.
—Chad — mi amiga le toma la mano — es solo que... — me mira unos segundos y después cierra los ojos — hace un tiempo cometimos un error enorme, del cual nos arrepentimos todos los días.
Ella se queda callada, nuestro amigo solo nos mira serio. Yo bajo la mirada y aplano los labios.
—Y la verdad es que aún no estamos listas para decírtelo... y no es porque no te tengamos confianza... al contrario, es solo, que nos da vergüenza.

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#1 Mis 5 Idiotas |Editando|
Roman pour AdolescentsAmy Hemmer es una jovencita de sonrisa y mirada encantadora, pero entonces ¿Por qué la expulsaron de su antiguo colegio? ¿Por qué se vio obligada a abandonar todo lo que quería? Amy pasa de vivir en un pequeño pueblo a la ciudad, en donde tendrá qu...