Capítulo 16: Confusiones, duchas y un secuestro exprés.

533 46 4
                                    

Paula Pov

Me despierto hacia las doce de la noche, me acosté temprano, asique ya no tengo sueño. Ninguna de las chicas está en su cama. Ni Chloe, ni Sophia, ni Ash... Escucho correr el agua de la ducha, asique me imagino que hay alguien allí. Seguramente es Ash, ya que, me habría avisado si se hubiera ido.

La puerta se abre y sale envuelta en una toalla, toda cubierta de vapor y con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Y a ti qué te pasa? –pregunto sonriendo y arqueando las cejas.

-Nada, que soy feliz –dice enseñando todos los dientes.

-¿Por qué dejaste la luz del baño encendida?

-Ah... eso... pues... –de repente sale Max envuelto en una toalla que tapa desde su cadera hasta sus rodillas. Abro los ojos como platos.

-No le mires tanto ehh –me dice Aisha dándome una palmadita en el hombro.

Max se pone adorablemente rojo y medio tose, medio ríe.

-Pero qué mono eres. –dice ella acercándose a él.

-Yo mejor me voy, por el bien de mi estómago. –me quejo antes de que se besen.

Salgo y les escucho reír. A ver, me encanta ver a Ash feliz, porque Max parece un buen chico, que bueno, no le conozco mucho, pero parece majo. Lo que pasa es que me dan cierta envidia cuando les veo. Max y ella llevan liados desde la excursión de geología, como tres semanas, dicen que no son novios, pero casi como si lo fueran.

Necesito mimos.

Empiezo a caminar sin rumbo. Pero tengo que andar con cuidado para que no me pille el conserje. Al doblar la esquina me choco con alguien y caigo al suelo de culo.

-Pero qué patosa eres.

-Coño, hay que andar con cuida... –me quedo sin palabras al ver a la persona con la que me acabo de chocar.

Alejandro.

-Anda levántate. –me tiende una mano, pero se la rechazo. –Bueno, ya veo que la princesita puede sola.

Le miro sin expresión solo un segundo. Pero me da tiempo a fijarme en lo terriblemente guapo que es. Ay se fuese un poco más como Max.

Me levanto, me estiro un poco la falda con las manos y cuando quiero pasar de largo y seguir, me sujeta el brazo.

-¿Qué pasa? ¿La princesita se quedó muda?

-La princesita va a patearte como no te calles. –digo con cansancio mirándole.

-Huy huy huy, ¿Pero qué modales son esos? –dice chasqueando la lengua.

-Ay, cierra la boca.

-¿Pero qué prisa tienes?

-Es que me aburre tu rollito de malote, ¿Sabes?

-Jo, yo que creía que te encantaba. –dice haciendo un puchero.

-El "yo creía que" y el "yo pensaba que" son familia de la ignorancia. –pongo una sonrisa irónica e intento irme otra vez. –Ay mira, estoy cansada. Deja que me valla ¿Sí?

-Pues no, porque me vas a hacer un favorcito. Además, me debes una cita.

Paso por alto lo de la cita porque se lo acaba de inventar.

-¿Qué es lo que quieres? –le miro entrecerrando los ojos.

-Ya lo verás.

Empieza a andar, y por mucho que no quiera, la curiosidad me puede asique le sigo. Además no tengo nada mejor que hacer.

Tuviste que ser tú .COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora