Tuviste que ser tú .COMPLETA.

Capítulo 43: ¿Por qué esa sensación?

-Hola guapo. –intento acercarme a él para darle un beso pero me hace la cobra. -¿Qué?

-¿Quién era ese que te acaba de tocar el culo? –repite molesto.

-¿Y si hablamos de esto en otro sitio? –digo empezando a ver cómo captamos la atención de la gente.

-Responde, ahora.

-Es mi amigo Evan. –eleva las cejas, como si mi respuesta no fuese suficiente. Rematando con mi paciencia y soltando un bufido, añado molesta –Es gay.

Sus hombros se relajan y puedo ver como suspira. No me gusta darle explicaciones a nadie sobre su orientación sexual. No tiene que importarle a nadie.

-Ah, bien. –dice sonriendo aunque no del todo. -¿Por qué no me contestabas? ¿Y qué haces con él? –pregunta mirando a Max.

-Salí del examen y salimos fuera a hablar. No vi tus mensajes hasta hace un momento.

-Si ya. Cuéntale lo que has hecho después. –ríe Max y Noah me mira levantando una ceja.

-¿Qué has hecho después? –pregunta.

Creo que cree que Max le vacila, pero no tiene ni idea. Yo también me río un poco y agacho la cabeza algo avergonzada por mi locura de antes.

-Tu novia le ha partido la cara al margay. –suelta Max divertido.

-¿Perdón? –Noah me mira gratamente sorprendido. Su cabeza hace click y mira sonriente a Max. -¿Cómo, cuándo, por qué? Dime que lo has grabado, tío.

-Ojalá. –suspira Max. –Deberías haberla visto, se lanzó encima de él y empezó a abofetearle y darle golpes contra el suelo. Sinceramente, si no lo hubiese hecho ella, lo habría hecho yo.

-Me voy a hacer los deberes. –digo sintiéndome incómoda entre ellos dos.

Aún se hacen amigos y todo.

Lo que me faltaba.

Me giro y me marcho.

-Entiendo. Chica, menuda vida emocionante que tienes eh.- dice Evan soltando el humo de su cigarro.

-Y que lo digas... dame eso. –le quito el cigarrillo y me lo llevo a los labios.

No es un sabor precisamente agradable, pero noto como si el humo se extendiese por mi cuerpo relajando mis músculos. No fumo habitualmente, pero por las veces que lo he hecho con Max, soy capaz de hacerlo sin toser.

-Te he echado tanto de menos. –dice.

-Nadie lo diría. –río –Llevas aquí una semana y te ha costado buscar un tiempecito para mí.

-He estado ocupado. –ríe.

-No quiero imaginarme con quién.

Ambos reímos.

-¿Sabes? –me dice luego de apagar el cigarrillo.

-¿Qué?

-Me alegra verte con otro tío después de Izan. Pero no te veo muy entusiasmada. No sé. Pero es una simple opinión.

-No, no. Si es cierto. Pero me siento, extraña. Y no sé el porqué de esta sensación.

-¿Le quieres? –me pregunta

-Claro. Pero no sé si es un cariño obligatorio. No sé si me entiendes.

-La verdad es que no. –dice confuso.

-¿Alguna vez has oído lo de "llamar amor al miedo a estar solo"?

-Sí.

-Pues eso. Que desde que llegué al internado no he estado sola. Y me da miedo volverme dependiente. ¿Entiendes?

-Ah, sí. Pero a ver, ¿sois oficialmente novios?

-Nunca lo hemos dicho así, pero... prácticamente. Bueno él me llama novia, asique supongo.

-¿Y estáis bien?

-Sí, supongo. –repito.

-¿Supones?

¿Supongo? Claro que estamos bien. No ha pasado nada para que piense lo contrario.

-Sí, estamos bien. –afirmo.

-¿Entonces cuál es el problema?

-¿Debe haberlo?

-Si no estás cómoda con tu novio Ash, es un problema. –ríe.

-A ver, problema, problema no. Lo hablaré con él. –me encojo de hombros.

Posiblemente no le diré nada. Será una estupidez mía.

(...)

-Vaya, hasta que por fin te vemos, solicitada. –dice Chloe cuando llego al cuarto.

-Hola. –saludo sentándome. –No es que no me veáis, simplemente cuando vengo no estáis.

-Algo me dice que tiene cosas mejores que hacer. Como follarse a su guapísimo novio. –ríe Soph.

Yo río con complicidad.

-También voy a clase, no es por nada.

-Hija, así es imposible que te enteres de las cosas. –dice Paula saliendo del baño.

-¿Por ejemplo?

-Pues mira, Paula tiene oficialmente novio. –dice Sophia.

-¿Perdón? –la miro si creer.

-¿Ves? –me regaña.

-¿Me lo contáis ya?

-Alejandro y yo, estamos oficialmente juntos. Y Sophia se ha liado con Carlos.

-¿Perdón? –vuelvo a mirar a Sophia. -¿Cuánto tiempo he estado fuera? ¿Con quién te has liado tú Chloe?

Esta última agacha la cabeza y Paula y Sophia me miran mal.

-¿Qué pasa? ¿Qué he dicho? –pregunto sin comprender.

-El otro día le confesé a Andrés que me gustaba, y me dijo que era una buena amiga y que no quería perderme, pero que no me veía así.

-Oh dios, lo siento mucho. –digo.

-No pasa nada. –sonríe ella. –Él se lo pierde.

-Venga vayamos a cenar algo. –anima Paula.

(...)

Cuando subimos las escaleras me encuentro con algo que me deja momentáneamente bloqueada. Y bastante confusa.

Es Max besándose con Luna.