Capítulo 1.

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«El primer día de clases»

Para mí, el tiempo corría demasiado rápido. Parecía que apenas había sido ayer cuando una extraña lechuza de color marrón se había posado en el alfeizar de la ventana del despacho de papá. Al día siguiente, un hombre bastante curioso se presentó en mi casa y me entregó una carta. ¡Cual no sería mi sorpresa! Al enterarme de que era una bruja. Y o tomé como cualquiera al principio, como una broma, pero cuando hubo que ir a comprar los útiles me percaté de que no todo era ficción. Que había calderos, varitas, lechuzas, y venenos mortales.

Todos esos recuerdos me vinieron a la mente el día de hoy, que, hacia apenas unas horas había atravesado por séptima vez el umbral de Hogwarts, al entrar de nuevo al gran comedor me llené de nostalgia. Y recordé cuando el sombrero me puso en Hufflepuff, ¡Quien iba a decir! al entrar en la sala común, y después a los dormitorios donde vi mi uniforme, amarillo con negro, mis cosas y sobre todo a DeeDee, mi lechuza, comprendí porque siempre me había considerado un bicho raro ante los demás, o como los llamamos, muggles. Pero ya estaba ahí, ya era mi último año, ya sabía bastante sobre la magia. La mayoría de edad estaba próxima y, mi mundo había cambiado gracias a la magia.

Con tales pensamientos, me quedé profundamente dormida con una sonrisa. Y cuando iba en lo mejor de mi sueño, ocurrió lo de siempre:

Fui despertada de manera brusca.

— Charly, Charly ¡Despierta! —Decía la voz de mi mejor amiga, Elizabeth Dukes. Ella solía ser demasiado molesta por las mañanas, así que de mala gana abrí los ojos, veo la cara linda y bien formada de mi amiga, la cual estaba sentada a mi lado y me veía con sus enormes ojos verdes, cual aceitunas.

— ¿Qué quieres?— le pregunté mientras me enderezaba hasta sentarme.

— ¿Cómo que, qué? Charls, ¡Es el primer día de clases! No sabemos cuántos bombones anden por ahí, y tu aquí dormida y peor aún, yo aquí esperándote —Exclamo mí amiga con candor y comicidad, yo sonreí ante tales palabras y me levanté.

—Está bien, está bien, ya me cambio —Murmuré molesta.

— Ok, te espero en la sala común, pero ¡Date prisa! —Gritó Elizabeth ante mi lentitud.

— ¡Calma, calma mujer! No se irán a ningún lado —Le dije riendo, ella torció los ojos, me sonrió y salió, mientras yo me dedicaba a vestirme apresuradamente, No por mi amiga, sino porque me quedaba poco para desayunar y llegar a tiempo. Tenía en primera posición D.C.A.O y como siempre, tendríamos un profesor nuevo, anoche lo habían presentado en la cena, pero gracias a las distracciones de Lizzie no supe quien fue, esperaba, que por lo menos fuese un buen profesor.

Bajé de forma rápida y no vi a Lizz por ninguna parte ''Seguro que encontró a un galán'' pensé, pero mis pensamientos se esfumaron cuando vi el reloj, ¡Era demasiado tarde! debía correr para llegar a buen tiempo a la clase de D.C.A.O.

Parecía una loca corriendo por los pasillos, y me daba bastante pena pues los alumnos que me conocían me saludaban pero no podía contestarles el saludo.

Llegué al aula, cansada y un tanto sudorosa. Abrí la puerta y todos los alumnos yacían sentados en sus pupitres, pero no estaba el profesor, aun no llegaba, yo di gracias a Merlín pues no quedaría como una alumna mala y floja, así que con paso apresurado me acerqué al pupitre más cercano, me senté y cinco segundos después el profesor entró en el aula, yo no lo noté pues había agachado mi vista.

— ¡Buenos días! Perdón por el retraso, soy el profesor Remus J. Lupin —fue lo que escuché. Al percatarme de la presencia de profesor, de forma inmediata le miré; el mirarlo por primera vez fue una experiencia un tanto extraña, al ver que su rostro estaba conformado por cicatrices, y profundas magulladuras. Me impacté pero a la vez me serené verlo, no era feo, pero tampoco el más agraciado, se veía modesto y de carácter simpático, su sonrisa guardaba un enorme secreto, un misterio, cosa que a mí me fascinaba: los misterios. Su voz había sonado como eco en mis oídos, no sé qué me sucedió, pero hice caso omiso.

— Bien, hoy retomaremos un poco de lo que vieron el año pasado con el profesor Lockhart, para después introducirlos a su verdadera materia —Dijo mirando a cada una de las caras que estaban ante él, y pude notar que en la última palabra, sus ojos penetrantes y profundos, se me quedaron viendo, esa vista me causaba miedo y tristeza, cosa que solo había sucedido con los ojos de Severus Snape.

Bajé la vista, no podía mirarle más, pero podía sentir su mirada sobre mí. Comencé a sacar mis útiles con torpeza, las plumas se caían de mis manos y un libro se me resbaló al piso, al inclinarme para recogerlo, vi unos zapatos cafés a cintas, algo desgastados, definitivamente no era un estudiante, alcé mis manos para recoger el libro y luego elevé mi vista al profesor.

— ¿Sucede algo? —Me preguntó en un susurro.

— No, nada profesor —Respondí seria. El profesor asintió y regresó a su lugar.

Debo admitir que el resto del día, no pude olvidar sus ojos ni tampoco la micro charla que habíamos tenido.

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N/A:


¡Hola! Bueno, como a mi me gusta tener de todo en mi perfil, he decidido crear éste proyecto. Es un fanfic algo viejo, pero me han dado ganas de compartirlo con ustedes.

Espero les guste, y me dejen sus comentarios y sus votos, ñam.

PD: Remus Lupin es mi ap.


Cómo conquistar al profesor Remus J. Lupin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora