Capítulo 29.- Por favor, no me dejes. Parte 2

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Narra Nina:

Cuando abrí los ojos, no tenía muy claro lo que había sucedido, hasta que imágenes en mi mente comenzaron a aparecer de golpe y por último el accidente. Al ver todo con claridad me di cuenta que estaba en un hospital, nunca me gustaron los hospitales y la última vez que recuerdo haber estado en uno fue justamente hace 17 años. Me giré un poco y vi a mi madre sentada leyendo un libro.

-Mamá. -Susurré y ella inmediatamente dejo él libro de lado y me miró.

-Hija, al fin despiertas. -Me dice regalándome una dulce sonrisa y yo intento moverme.

-Tienes una pierna fracturada. -Me dice levantándose y acercándose hasta mí. -Es mejor que no hagas esfuerzo cariño.

Me veo la pierna izquierda y noto la férula en ella.

-¿Cuánto tiempo he pasado dormida? -Le pregunto a mi madre mientras ella regresa a su asiento.

-Un par de horas. El doctor nos dijo que solo tenías fracturada la pierna y los raspones que tienes en tus brazos y rostro. -Me dice ella algo agobiada.

-¿Nos dijo? -Le cuestiono y ella me mira con una sonrisa.

-Sí, cuando Natalie, Ian y yo estábamos en la sala de espera. -Me responde contenta.

-¿Ian y mi hija? -Le pregunto sin poder creerlo.

-Sí Nina. Ellos fueron los que te encontraron, Ian me llamó a mí y yo vine inmediatamente al hospital. Natalie estaba muy preocupada por ti. -Dice mi madre en tono sentimental. -De hecho fue la primera en entrar a verte. Me llamó abuela. -Menciona feliz.

-¿Dónde está? Quiero verla, dile que entre. -Digo de pronto llena de entusiasmo.

-Hija, ellos no se quedaron pero Ian dijo que regresarían hoy por la mañana.

Las palabras de mi madre solo me hicieron sentir mal, tenía la esperanza de que estarían ahí afuera pero no era así.

-Entiendo porque no se quedaron mamá, es la fiesta de Natalie. -Le digo triste.

-Nina no me gusta verte así, tu hija quería quedarse pero yo les dije que me quedaría toda la noche contigo. Además Ian me comentó que ella ya te ha perdonado.

-No quiero la lástima de mi hija, no esperaba que las cosas fueran así. -Le digo en tono desalentador.

-Pero como puedes pensar siquiera que es lástima. Si tu hubieras visto sus ojitos, lo angustiada que se veía y lo triste que salió después de haberte visto y decirnos que estabas profundamente dormida entenderías que no es lástima. Natalie te quiere. -Me dice mi madre explicándome pero me es muy difícil creer en eso.

-Me cuesta mucho creer en eso después de todas las veces que me ha rechazado, no mamá si mi hija me quisiera estaría aquí como yo lo estuve cuando ella enfermó. -Le digo seria. -Mi hija no me ha perdonado y no va a hacerlo me lo dejo muy claro antes del accidente.

-No creo que Ian me estuviera mintiendo, si me lo dijo es porque es verdad. -Dice ella firme.

-Quizá lo pensó por esto que sucedió, pero eso no quiere decir que ya me haya perdonado. Ya no quiero seguir hablando ¿podrías llamar al médico? Quiero hablar con él.

-Está bien. Enseguida vuelvo. -Dice levantándose y saliendo de la habitación.

A los pocos minutos la veo entrar con él.

-Su madre me ha dicho que quiere hablar conmigo. ¿Se siente mal? -Me cuestiona.

-No doctor, no se trata de eso. Quiero pedirle que me dé el alta. -Le digo y él me mira consternado.

Sangre de mi Sangre - NianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora