Capítulo 30.- ¿Aceptas casarte conmigo?

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Narra Ian:

Ver a Natalie abrazando a Nina, llamándola mamá y pidiéndole perdón era la escena más hermosa y conmovedora que mis ojos han visto.

Me sentí feliz por ambas. Al fin estaban justas madre e hija, juntas sin mentiras de por medio, sin rencor y diciéndose lo mucho que se quieren.

-Ian ¿Podrías llevarnos a mi madre y a mí a casa? -Me preguntó Nina separándose un poco de Natalie y apoyándose en sus muletas.

-Por supuesto. -Le sonrío y me acerco a ella. -¿Me permites que te lleve en mis brazos hasta el carro?

-Estoy bien, Ian puedo caminar. -Me responde ella.

-Anda mamá deja que mi papá te lleve en brazos. -Le pide nuestra hija. -Así no te cansas con las muletas.

-Natalie tiene razón Nina, deja que Ian te lleve. -Dice Michaela. -A ver dame las muletas, yo me las llevo.

-Está bien, ya que tanto insisten. -Contesta sonriendo.

Su madre le quita las muletas y yo inmediatamente la tomo entre mis brazos. Nina coloca sus brazos alrededor de mi cuello y yo la veo fijamente perdiéndome en sus hermosos ojos marrones que tanto amo mientras ella me sonríe dulcemente.

Le pido a Natalie que saque las llaves del coche de la bolsa de mis pantalones y así lo hace, después nos dirigimos al estacionamiento y una vez que mi hija abre las puertas del carro estoy a punto de colocar a Nina en el asiento copiloto.

-No papá. -Dice Natalie. -Deja que mamá se vaya conmigo atrás, no me quiero separar de ella.

Volteo a ver a Nina y ella me sonríe, segundos después la dejo en el asiento trasero y Michaela se sube adelante conmigo.

Una vez que llegamos a la casa de Nina, me bajo para abrir la puerta de Michaela y luego abro la de Nina, la tomo nuevamente en mis brazos y camino hasta la entrada mientras su madre abre la puerta y entramos.

-¿Me puedes dejar en la sala? -Me pregunta ella y yo la volteo a ver.

-¿No prefieres mejor que te deje en tu habitación? -Ella niega con la cabeza y yo me acerco hasta uno de los sofás que hay en la sala para dejarla.

Después veo a mi hija y su abuela acercarse hasta donde estamos.

-La casa es hermosa. -Dice nuestra hija mirándonos. -Mamá ¿podemos hacer una pequeña cena aquí, está noche? Así celebramos mi cumpleaños en familia.

-Claro mi amor. -Le responde Nina con entusiasmo.

-Bueno entonces está noche será de celebración. -Digo con anhelo. -Espero esta noche no solo tengamos un motivo si no dos para celebrar.

-¿De qué estás hablando Ian? -Me cuestiona Michaela. -Ya lo sabrán esta noche. -Yo me tengo que retirar a la constructora pero estaré aquí a las ocho en punto.

-Yo me quedo aquí papá, no me pienso separar de mamá. -Dice Natalie en tono responsable.

-Está bien princesa. -Digo acercándome para despedirme de ella con un beso en la mejilla y después hago lo mismo con Michaela y finalmente con Nina.

Salí y me fui rumbo al trabajo, resolví todos los pendientes y cuando terminé decidí ir a una joyería y buscar el anillo indicado para Nina. Una vez que lo encontré le entregué mi tarjeta de crédito a la señorita que me atendió y luego me dirigí a casa.

Durante el trayecto estuve pensando en que tenía que vender mi casa. Si Nina aceptaba casarse conmigo tenía que llevarla a vivir a una nueva. Un hogar en donde comenzáramos a vivir nuestra historia al lado de nuestra hija y no en la casa que había compartido con Nicole.

Sangre de mi Sangre - NianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora