Capítulo 37.- Perdóname

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Narra Nina:

Enterarme de que había perdido el bebé que ya crecía dentro de mí me devastó. Estaba tan ilusionada con la posibilidad de volver a ser madre y de contarle a Ian sobre mis sospechas, que escucharlo de labios de Natalie me dejó muy mal.

¿Hasta dónde podía llegar el odio de una persona? Nicole intentó matarme por el solo hecho de recuperar algo que había perdido años atrás. Mi familia, no solo me lastimó sino que gracias a su maldad esa pequeña vida que se estaba formando dentro de mí se extinguió.

Me encerré en mi mundo y mi dolor, no quería estar cerca de nadie, quería que me dejaran sola. No tenía ánimos y mucho menos fuerzas para continuar con mi vida.

Sabía que allí afuera tenía una familia, una familia que me amaba, un madre cariñosa, un esposo amoroso y una hija maravillosa pero no podía dejar de sentir dolor, no podía dejar de sufrir por esta pérdida.

Al llegar a casa no tenía ganas de nada, apenas y comía, me la pasaba llorando y durmiendo y de vez en cuando miraba a mi familia.

Mamá intentó hablar conmigo pero la verdad no tenía cabeza siquiera para discutir.

-Hija deberías bajar a cenar con nosotras, salir de estas cuatro paredes te sentará bien, estar aquí encerrada no. -Dijo mi madre sentada en el borde de la cama.

-No quiero mamá, por favor no insistas. No me siento con ánimos. -Respondí sin ganas.

-Nina no puedes estar así todo el día. Ian, tu hija y yo te necesitamos. La casa no es la misma si tú no estás alegrándonos con tu sonrisa mi amor. -Expresó mamá para después pasar una de sus manos por mi cabello. -Aunque sea baja a cenar a Natalie le dará mucha alegría.

-Por favor mamá, déjame sola. No tengo ganas de escucharte. No tengo ganas de ver a Natalie; no tengo ganas de ver a nadie, solo quiero dormir me duele la cabeza. -Dije irritada.

-Está bien cariño, te dejaré descansar. -Musitó mi madre para después dejar un beso en mi sien.

Esa misma noche Ian me encontró tirada en el suelo de la habitación llorando.

Solo había una persona a la que culpaba de este sufrimiento y esa era Nicole.

Otra noche más había pasado. No sabía ni siquiera en que día estábamos, tan mal estaba que no tenía noción del tiempo que había transcurrido. Hacía ya una semana que había salido del hospital, miré el reloj despertador que estaba en la mesita de noche y marcaba las 6:00 AM. Lunes, un lunes que me sabía cómo a cualquier otro día.

Me incorporé en la cama y miré a Ian dormir plácidamente, la noche anterior estaba tan cansado que fue el primero en quedarse dormido

Me puse mis pantuflas color rosa, mi bata y entré al baño, estaba haciendo mal, me estaba comportando como una persona inmadura. Necesitaba hablar con mi familia, pedirles perdón por tenerlos en completo abandono durante este tiempo.

Cuando salí del baño me di cuenta que Ian ya estaba despierto.

-Buenos días mi amor. -Dije con una sonrisa mientras me acercaba hasta él para besarlo.

Ian me miró confuso en principio pero después me sonrió y correspondió a mi beso.

-Buenos días mi vida. -Dijo mientras fijaba sus hermosos ojos azules en mí y frotaba su nariz con la mía. -Veo que estás mejor. -Me dice y yo asiento.

-Quiero pedirte perdón por este tiempo que he estado tan mal. -Expresé sinceramente.

-Yo no tengo nada que perdonarte preciosa. -Me contesta para rozar los nudillos de sus dedos sobre mi mejilla. -Entiendo que estabas mal y que necesitabas tiempo.

Sangre de mi Sangre - NianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora