PEQUEÑO GUSANO

Prólogo

Sigo preguntándome todos los días por qué tienes un gusano de mascota. Otras personas tienen, no lo sé, hasta una tarántula. Pero tú no, tú tienes un gusano. Pareces diferente y distante la cual es lo que me atrae de ti.

—¿Eres tonta o qué? —preguntó molesto Theo, sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué decías? —pregunto.

Él suspira.

—Sé en lo que estás pensando y créeme que no conseguirás nada con sólo pensándolo —aconsejó—. Puedes levantarte e ir...

—¿Y decirle qué? —interrumpí.

—Decirle... Mmm... ¿Hola Adam, cómo estás? —dice haciéndose el despreocupado.

—Oh, claro. Para ti es tan fácil, porque cuando fuiste por primera vez a hablarle a Jane, lo único que le dijiste fue "Hey, m-me gustan tus tetas" —dije imitando una voz más grave y recordándole ese momento vergonzoso.

—Escucha, eso fue el año anterior y fue porque estaba tan nervioso que mis testículos sudaban de puta madre. Pues no cuenta, Cass —se defiende el castaño.

Nos encontrábamos sentados en la banca del campus. Por supuesto observaba a Adam, estaba cómo ¿tomando sol? Bueno, sólo estaba acostado en el césped. Y el frasco estaba a su lado.

De pronto un chico alto y moreno se le acerca. Adam se levanta y yo pienso que están tensos y van a pelear. Adam sólo puso mala cara, musitó algo y el chico moreno se marchó.

Theo también lo observó.

—Yo creo que el moreno fue a decirle una estupidez —dijo.

—Yo también. ¿Cuál es su problema? Él no molesta a nadie, por eso mismo nadie tiene que molestarle —dije completamente molesta, mirando como el moreno les decía algo a sus amigos.

—Cálmate, Cass. Aunque ellos piensen que Adam es estúpido, no lo es. Sabe defenderse.

—Tienes razón. Bien, vamos por algo de beber.

Nos levantamos para marcharnos y doy una última mirada hacía Adam que está mirando hacía el frasco. Y pienso que, nunca se liberará de ese Pequeño Gusano.