Capítulo 17

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Al otro día Adam había ido. Y Cass recuperó su humor alegre, aunque Theo seguía raro.

—¿Puedes, por favor, decirme qué te sucede? Desde ayer que estás así, ¿fue Stephen, no? —insistió Cass, por décima vez en el día.

—Juro que confío en ti, no pienses de aquella manera.

—No pensé de aquella manera ¿qué estás diciendo?

—Lo decía por si acaso.

Stephen apareció nuevamente frente a la banca.

Cass de reojo vio que Adam estaba con Hannah pero miraba hacia allí, frunciendo el ceño.

—¿Qué hay, chicos? —se sentó en el medio de Cass y Theo.

—Hey —dijo seco el castaño.

—Hola Stephen —saludó, Cass.

Cass volvió a mirar a Adam que ya no estaba. Miró hacia otros lugares pero tampoco estaba, ni siquiera estaba acostado en el césped como solía hacer.

De pronto sintió un brazo rodearla por los hombros, era el brazo de Stephen.

—¿Qué haremos hoy, Cassu? —preguntó alegremente.

—¿Cassu? Que horror —dijo la menor.

Theo frunció cada vez más el ceño si eso era posible, y corrió el brazo de Stephen. Éste último frunció el ceño igualmente.

—Hey, no seas celoso —dijo con una sonrisa divertida.

Cass sonrió porque Theo era una persona muy celosa.

—Te compraré papas ¿Quieres? —dice el rubio.

—No. Bueno, si quieres... —contestó.

Cass rió fuerte, e igual que Stephen.

—Él nunca resiste a ellas —dijo, la castaña.

Después de minutos, apareció Adam. Ignorando por completo a los par de chicos que se encontraban con ella.

—Cass, ¿puedo hablar contigo? —dijo, con los labios fruncidos. Se veía enfadado.

La menor lo miró con semblante confuso, luego volteo a ver a Theo y Stephen, su amigo sonreía y el rubio no tenía expresión alguna. Se levantó de todas formas.

Lo siguió hasta un punto de estar lejos de los chicos, Adam paró en seco y volteo hacia ella.

—Quería, eh, sabes... Quería. Bueno, jodida mierda —susurró nervioso—. ¿Qué tal si salimos? —preguntó de repente.

La castaña palideció.

—¿Nosotros?

—No, tu madre y yo, Cass —dijo sarcástico.

Cass alzó sus cejas.

—Ja. Ja. Creo... —agachó la mirada—. Que está bien, ¿dónde quieres ir?

—Sólo quiero salir a cualquier lado, sabes... Me caes bien. Quiero conocerte.

La menor se sorprendió ¿en serio le había dicho eso? Sintió que estaba sudando, literalmente.

—¿En serio? —preguntó ella.

—En serio —dijo él, respaldándose contra un árbol.

El reflejo del sol le estaba dando directo a sus ojos celestes a lo que los achicó un poco.

Cass lo miraba detenidamente, lo encontraba tan hermoso. Ella podría sentarse y admirarlo, todo el día.

—Hoy —dijo Adam.

PEQUEÑO GUSANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora