❝Ellos dicen que es raro que tengas un frasco en tus manos, y que dentro de el haya un Pequeño Gusano.
Realmente a mí no me parece raro que tengas esa clase de mascota, ¿sabes?
Me encanta que no molestes a nadie, sólo estás ahí... Pensando en quién...
Estaban sentados en el borde de la acera. En el medio de la noche, uno junto al otro sin decir ni una sola palabra. La música se escuchaba a los lejos.
Tenían que hablar. Lo harían pero, ¿cómo empezar? Cass definitivamente no se sentía ahora mismo a gusto con ella misma. Estaba apunto de haber cometido un gran error que era haberse acostado con Charlie. ¿Qué gracia tenía? Ni siquiera le agradaba, sólo lo iba a hacer porque... ni ella sabía por qué. Sólo lo hubiese hecho y ya. Total era sólo sexo, como si no lo hubiese tenido. Pero con la persona que ella ni siquiera amaba. Hubiese sido tan cruel de parte de ella. No era así.
—Qué fiesta, eh —dice ella y sonrió algo triste.
Adam giró hacia ella y le sonrió con una media sonrisa.
—Lo siento no fui invitado.
—Lo siento por eso.
—Descuida tampoco me hubiese invitado.
—De todas maneras estás aquí. Y estoy junto a ti —dice Cass y chocó su hombro con el de Adam.
—¿Quieres arreglarlo? —preguntó ella—. ¿Quieres qué, una vez por todas, todo esto funcione?
Adam la miró por unos segundos y giró con cuerpo y todo, tomándole la mano y la entrelazó con la suya.
—Claro que quiero. He estado pensando mucho en esto y... llegué a la conclusión que soy un completo inútil expresando a veces mis sentimientos y ocultándolos no lograré nada, Cass. También he llegado a la conclusión que estoy enamorado de ti y que no puedo estar un segundo más lejos de ti. Es... es...
—¿Es?
—Insoportable.
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—¿Lo es? —musitó ella.
Adam asintió.
—Siento... Siento que debería estar a tu lado, ¿sabes? Estar junto a ti, estar... Estar juntos. Estar bien y juntos y...
—Dejar de lastimarnos tanto —dice ella en un tono de voz bajo bajando la mirada—. Sólo...
—¿Sólo qué?
—No quiero salir herida.
—¿Crees qué yo sí?
—No dije eso... Sólo no quiero estar mal por ti. No quiero ser traicionada, yo en ser-
—No lo serás —afirmó—. No puedo prometerte ser el mejor en todo, o que todo será color de rosa en nosotros dos Cass. Pero puedo prometerte, en serio, puedo prometerte que jamás te traicionaré. ¿De acuerdo? Jamás lo hice y jamás lo haré.
