Capítulo 22

1.2K 153 136
                                    

                                           ❝Theo & Stephen❞


Theo caminaba por los pasillos a buscar a Stephen dónde quiera que se haya metido. Quería arreglar lo que sea que haya cagado, y le iba a pedir disculpas.

—¿Dónde se ha metido, este niño tonto? —preguntó murmurando para sí mismo, mientras comía papas.

Dobló por un pasillo, y se topó con el gimnasio. Escuchó pelotas rebotar contra la pared, y también que alguien encestaba en la canasta.

Así que entró, y encontró lo que tanto buscaba.

Stephen parecía enfadado y quería encestar en la canasta brutalmente pero se encontraba tan molesto, que la pelota no entraba.

—Hey, ¿por qué tan molesto? —preguntó Theo, acercándose a él.

Stephen se sobresaltó, volteo a ver a Theo frunciendo el ceño, y regresó a lo que estaba haciendo.

—No importa. Vete —dijo Stephen, seco.

—No, no me iré. No llegué hasta aquí para nada —le dice a Stephen, y se posicionó frente a él.

—Aún lado, te golpearé con la pelota —dijo el rubio, advirtiéndole.

—¿Y eso qué? Oh, vamos Steph. Sé que te molestaste por algo. Y te pido perdón, ¿de acuerdo? —dijo mirándolo fijamente.

Stephen pasa al lado de él, para llegar a las gradas y sentarse.

—¿Steph? —pregunta con una sonrisa divertida. Éste último voltea, y lo sigue para también sentarse aún lado de él.

—Sí, ¿qué tiene? —dice, restándole importancia.

—Nada —responde Stephen con esa sonrisa en el rostro.

—Vine aquí para pedirte disculpas —dice Theo.

—Está bien, se acabó eso —dijo el rubio, observando el perfil de Theo.

—Es que era la primera vez que te había visto tan serio —dijo Theo, mientras comía una papa—. Me asusté.

Stephen rió.

—No es para tanto. Sólo... No importa —dice, mirando hacia al suelo.

—¿Qué no importa? —pregunta Theo—. Stephen, mírame. No soy estúpido.

Stephen lo mira.

—No importa, ¿de acuerdo? Ahora dame una papa —dice, queriendo agarrar una papa de la bolsa que llevaba en la mano derecha Theo.

Theo aleja la bolsa riendo. Pero al final, Stephen consiguió agarrar una papa rápidamente y la llevo hacia su boca.

—Rubio estúpido —protestó—. Son mis papas —dice en un puchero.

Stephen le quedó mirando por unos segundos, como si el rostro de Theo lo tranquilizara de cualquier tormenta que se cruce por su camino. Y suspiró profundamente.

—¿Qué tengo? —dice Theo, a punto de poner una papa en su boca.

Stephen se dio cuenta de que lo estaba mirando demasiado tiempo, así que bajó la mirada disimuladamente.

—Eh... Nada, nada —dijo—. No tienes nada.

Theo asintió.

Stephen pensó que salir de ese ambienta, quizá le relajara un poco.

—¿Qué tal parque temático, eh? ¿Qué dices? —propuso Stephen sonriente y levantándose, quedando frente a Theo.

—Puede ser... —dice pensativo.

PEQUEÑO GUSANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora