-No deberíamos darle la noticia en este momento...está muy delicado y quién sabe que le ocurra con una impresión así -Escuchaba las voces lejanas pero claras. Sentía el cuerpo tan pesado como un bloque de concreto. ¿Qué está ocurriendo? . Abrió los ojos con un esfuerzo casi sobre humano, topándose con un techo completamente blanco. Miró por el rabillo del ojo. Una ventana que le brindaba la vista clara del atardecer.
Escuchaba un sonido constante que lo estaba irritando. Bip..Bip..Bip...
Miró al lado de la ventana. De ahí provenían las voces. Podía reconocer a los hombres que estaban tan enfrascados en su discusión, que no notaron cuando abrió los ojos.
-Se va a enterar de todas maneras y se va a molestar bastante si sabe que se lo ocultamos...- respondió el de cabello largo.
-Sí, será mejor que muera de la impresión ahora ya sobrevivió a las balas ¿verdad?- contraatacó sarcástico el otro.
-¡Quieren callarse de una maldita vez!- apenas podía articular las palabras, el pecho le dolía demasiado y cada vez que intentaba respirar era como una puñalada.
-¡Señor presidente!- dijeron los tres hombres a la vez.
Se acercaron a la camilla con una expresión de sorpresa. Nick Grimshaw, con una férula en el brazo derecho iniciaba desde su hombro, su cabello despeinado le daba un aire de estés impresionante, que, con su buen humor que lo caracterizaba, era de sorprenderse. A su lado, Ashton Irwin, con una expresión seria pegada en su cara y un gran vendaje en el antebrazo izquierdo. Y por último, Luke hemmings, con un gesto de ira.
-¿Qué demonios ha ocurrido?...¿dónde estoy?- los tres jóvenes se miraron entre sí, debatiendo con la mirada quien hablaría.
-Déjenmelo a mí- respondió Ashton, sabiendo que los otros no dirían nada -Ahora está en un hospital señor. Está...algo delicado. El día de ayer hubo un ataque en la compañía. Según la policía fueron terroristas los que lo hicieron...-
-¿Hubo muertos?- interrumpió el presidente, deseado ir al grano de una buena vez.
-Sí, señor. Por desgracia los hubo- hizo una pausa, intentando bajar la tensión del momento, sin lograrlo en absoluto -De las dieciséis personas que se encontraban en la sala de juntas, hubo siete muertos, tres personas ilesas y cinco heridos. Nosotros incluido- dijo señalándose a Nick y a sí mismo.
-Pero, ahí falta una persona...-
respondió el hombre de cabellos grises después de un momento de sorpresa.Hubo un silencio bastante incómodo en la habitación. Los tres jóvenes apartaron la vista, rehuyendo la mirada de aquel hombre. No lo comprendía ¿por qué no decían nada? ¿Por qué no respond... De pronto sintió que el aire le faltaba. El sonido que captó al inicio se volvió más frecuente. La máquina marcaba los latidos de su corazón que señalaba un aumento en ellos demasiado alarmante.
-¿Dónde está Harry?- el silencio lo golpeó nuevamente -¡Hablen de una jodida vez!
-Él... su hijo fue secuestrado por los terroristas. La policía aún no encuentra ningún rastro por donde iniciar. Es como si la tierra lo hubiera tragado...- Ashton estaba siendo demasiado directo.
Y el corazón del presidente lo resintió, latiendo desbocadamente. Su respiración de volvió superficial. Nick salió corriendo en busca de un médico. Parecía que le daría un ataque en cualquier momento.
-¡Consigue un teléfono, ahora!-
Pasó una hora para que el presidente se recuperara de la taquicardia que le dio al saber que su querido hijo había sido secuestrado. Tardó un rato más en convencer a la enfermera y a sus empleados de que ya estaba mucho mejor. Presionó a Ashton hasta que le consiguió un celular.