Las manos del moreno posaban en su cintura, sintiendo como lo quemaban lentamente. A estas alturas la respiración de Harry ya era entrecortada. Zayn le tomó del trasero, acercándole más si eso era posible, sujetando sus manos esposadas y llevándolas detrás de su cuello. Era un frenético roce de lenguas, acompañado ahora por sus manos aprentando ansiosamente el trasero del otro.
Dejó por un momento su boca, para dejar un camino de besos por su mandíbula, parando por el lóbulo de su oreja, tirando de esta hasta llegar al cuello. Tenía tantas ganas de dejar una gran mordida justo ahí, de probar su esencia, pero sabía que eso haría llorar al menor, por lo que se decidió a lamerlo, dejando un notable chupetón, paseando de vez en cuando sus afilados dientes por la yugular.
Zayn lo estaba besando tan bien, que Harry olvidó por completo el miedo que sentía, ahora sólo jadeos salían se su boca. Zayn sentía como sus palmas quemaban al siquiera imaginar tocar esa piel tan tersa debajo de la ropa.
Harry se tensó al sentir entre sus nalgas la erección que iba tomando forma, sin poder evitar que la misma suya empezara a crecer. Zayn se sentía desfallecer. Su cuerpo vibró al sentir la erección presionar su vientre. Ese niño bonito era un lujurioso, aunque lo negara. Sin perder tiempo bajó el cierre del pantalón, tomando firmemente el miembro del más pequeño, sintiendo su espalda arquearse en el acto. Comenzó a frotarlo de arriba abajo, deteniéndose en la punta para mover su pulgar en círculos, mirando el sonrojado rostro de Harry sin querer perder detalle, quien por su parte llevaba la manos a su boca, evitando hacer cualquier sonido, le daba vergüenza admitir que lo estaba disfrutando.
—Abre los ojos...
Abrió los ojos, viendo esos orbes mieles casi oscuros por la excitación, sabía que no podía quedarse ahí sentado si quería que le creyera, sabía que no podía dejar que el pelinegro hiciera todo el trabajo.
—A-Acuéstate...—pidió con voz temblorosa, torpe he insegura.
Zayn dudó, pero el semblante serio del otro le decía que hablaba en serio. Respondió con un fuerte mordisco en la clavícula, obedeciendo la iniciativa, dejando su espalda recargada en las sábanas, con Harry montado sobre él. Y debía admitir que era una vista bastante excitante del otro. Lo jaló del cuello, volviendo a juntar sus labios, esta vez de una manera ruda, salvaje y caliente. La manos de Zayn viajaron por la espalda del pequeño, hasta llegar a su trasero, el cuál apretó fuerte, provocando un respingo del otro.
—Y ahora, ¿qué se supone que vas hacer, bonito?
Ahora Harry llevaba el control y vaya que lo iba a aprovechar porque si se detenía a pensarlo definitivamente se arrepentiría.
—Esto.
Colocó ambas manos esposadas en el duro abdomen del moreno, comenzando a mover sus caderas de manera torpe y temerosa, frotando suavemente con su trasero la vibrante erección del pelinegro.
Bloqueó su mente, la parte racional dejando que sus instintos fluyeran libres, se acercó de nuevo, sus respiraciones chocaban cuando tenía suficientemente cerca el rostro cada vez más sorprendido y excitado del moreno.
Sintió como sus manos se aferraban fuertemente a su cintura, guiando su ritmo a uno más fuerte. Sabía que estaba mal, pero poco a poco Harry comenzó a relajarse, sabiendo que esa parte de su cuerpo que lo deseaba era mucho más fuere que sus falsas convicciones de buen juicio.
Sus manos, que hasta ahora habían estado prácticamente aferradas al abdomen bajo cobraron vida para comenzar un recorrido por la acanelada piel del torso.
Sin perder el tiempo, zayn comenzó a masturbar el miembro erecto del otro, de arriba abajo, de una manera rápida y tosca. Harry perdió el ritmo de las embestidas dejando caer su cuerpo, zayn se tensó al instante, sintiendo de inmediato el veloz palpitar de su corazón golpeando contra el suyo propio. Harry volvió a enredar sus brazos alrededor de su cuello, suspirando en su oído.
—¿L-lo estoy haciendo bien?
Zayn no respondió pero los movimientos de su mano sobre su erección se hicieron más rápidos, haciendo que Harry enterrara su cara en su cuello del otro, sin emitir sonido alguno.
—Vamos, quiero oírte...— la voz entrecortada sonaba demasiado sensual para ser cierto.
Y, ahora que lo había pedido de esa manera un tanto amable, olvidó ligeramente su vergüenza y comenzó a gemir bajo cerca de su oído.
—Yo...yo estoy cerca...
—Aguanta— gruñó zayn, bajando su pantalón hasta los glúteos he introduciendo el primer dedo.
—¡Ah! Sa..sacalo...—
No tardó mucho en sentir otro dedo en su interior, estaba doliendo y no pudo contener sus gimoteos por más tiempo. Una vez que tuvo tres dedos completamente dentro, el moreno tardó unos segundos para comenzar a moverlos, estaba muy apretado, sentía como se contraía alrededor de sus dedos, chupándolos hacia dentro.
Zayn sintió como su hombro se humedecía por las lágrimas.
—¿Estás bien?...— la pregunta salió de sus labios antes de procesarla y es que ¿Qué le importaba si estaba bien?
No podía pensar, se sentía un poco más que sólo unidos físicamente, y ni siquiera podía considerarse sexo totalmente. Por sí mismo, empezó a deslizarse de arriba abajo, con los dedos dentro de él. Escuchó un gruñido, y luego una mordida en su hombro. Los dedos ibann a una velocidad más rápida, inclinándolos para poder dar con ese punto.
Harry se separó de él arqueando su espalda, abriendo sus labios sin emitir sonido alguno. Lo había encontrado.
—Suficiente— dijo, tumbando al menor bajo su cuerpo. Tiró de sus pantalones junto a los suyos. Tomó las llaves que tenía en la bolsa de sus pantalones para liberarlo de las esposas quien lo miraba con un gesto lleno de confusión y excitación.
—Abre las piernas niño bonito...
Zayn lo tomó de la cintura, levantando su cadera, provocando que cerrara sus ojos fuertemente, sabiendo lo que venía. Sintiendo como el aire se le iba de la boca, y sintiendo su pecho subir y bajar en un ritmo alarmante. Pero Harry abrió los ojos al sentir al moreno acariciar torpemente su mejilla para bajar su mano y frotar suvemente sus pezones.
—So..sólo apúrate...—murmuró, con una mirada culpable en su rostro y su cuerpo deshaciéndose en espasmos.
Zayn sonrió excitado, recorriendo con su pulgar lo largo de la mandíbula de Harry.
—Lo hago cuando quiero— sonrió excitado, recorriendo con su pulgar lo largo de la mandíbula de Harry.
Lo miró a los ojos por última vez antes de escupir en su mano y envolverla alrededor de su miembro para lubricarlo y Harry sintió como la realidad lo golpea de repente, porque sabía que tres dedos no son nada comparado con su tamaño.
Zayn tomó ambas piernas, colocandolas en sus hombros, para alinearse en la húmeda entrada. Viendo como una mueca de dolor se empieza a formar en el rostro de Harry, quien ahora con sus manos libres, lo tomó del cuello para acercarlo.
—Du..duele...
Zayn repitió su empuje, ignorando sus quejidos, empujando hasta la mitad de su pene, sacándolo y metiéndolo de nuevo, ahora enterrándolo por completo
—¡Duele!
—Y...si no te..relajas ..más te va a doler— habló entre jadeos, abrumado por la estrechez. Empezando un movimiento repentino, cambiando el angulo de la penetración, logrando que Harry arqueara la espalda.
—¿Aquí?— preguntó ahora comenzando un vaivén más rápido y profundo.
—¡Ah! — las lagrimas de dolor ahora eran remplazadas por lágrimas de placer y vergüenza.
La agitación en el estómago era abrumadora. Su espalda dolía por tan arqueada que estaba y ni siquiera podía mantener sus ojos abiertos. De alguna manera no era igual a la salvaje primera vez que tuvieron. Porque, ahora cada vez que el pene de Zayn golpeaba contra su próstata sólo sentía hormigueos. Harry ni siquiera podía pensar que hay una palabra para describir cómo está haciéndole sentir. Sin saber en que momento bajó las piernas de sus hombros para enredarlas en la espalda baja, acercándole más.
Ya no había vuelta atrás. El ayer no importaba, y mucho menos el mañana. Porque ahora estaba completamente a merced de ese niño bonito.