Capítulo 8

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—¡Arggh!ahogaba gritos de dolor apretando los dientes, pero a pesar de ello la forma en la que se retorcía dejaba en evidencia la agonía que sentía.

—Tranquilo Z, ya casi está— era lo único que podía decirle para intentar tranquilizarlo, por más mentira que fuese aquello.

Josh forzaba las pinzas una y otra vez, escarbando entre la carne del hombro del moreno que no soportaría mucho mas. La bala se había quedado dentro, rozando apenas el hueso, pero incrustándose lo suficiente para que su extracción fuera problemática. Para un doctor tan preparado y habilidoso como lo era Josh Devine hubiese sido pan comido en las condiciones adecuadas. Pero a pesar de lograr conseguir el material estéril necesario, la anestesia fue lo único que no pudieron encontrar. Por ello fue necesario usar correas para atar a Zayn a la camilla, porque, de lo contrario se levantaría y molería a golpes al inocente cirujano.

—Niall, más gasas— el rubio, ejerciendo como enfermero, limpió la zona recibiendo un fuerte quejido por parte del moreno.

Malik apretaba los puños, la mandíbula y los párpados con tal fuerza que bien podrían desgarrarse en cualquier segundo. Había pasado tantísimo tiempo desde la última vez que recibió una bala que ya había olvidado lo jodidamente espantoso que dolía, y prefería no ver hacia su hombro porque ¡La sangre lo deslocaba! Podría fácilmente nadar en litros y litros de sangre de sus enemigos, pero, la suya lo ponía un poco, demasiado, nervioso.

Con cada movimiento sentía horribles punzadas de dolor, en momentos sentía como si se fuese a desmayar, pero, para su mala suerte no ocurría. Parecía que el karma le estaba regresando un poquito de todo el mal que había hecho. ¿Contenía la respiración o vaciaba sus pulmones? Ya ni de eso estaba seguro. Lo único que sabía con certeza era que si no tuviera esas correas restringiendo sus movimientos habría matado a Josh desde los primeros minutos.

—Listo— suspiró el doctor cuando dio la última punzada a la herida cerrada.

El resto le correspondía a Niall. Vendar y esterilizar el equipo usado. Zayn se relajó ligeramente, por fin esa horrible tortura había terminado.

—Ahora, vamos con la herida del antebrazo— y eso fue lo último que Zayn escuchó antes de perder la conciencia.

***


Despertó muy desorientado. Ni siquiera el embriagarse con alcohol lo noqueba de esa forma. Intentó moverse pero todo el cuerpo le dolía demasiado. Miró de un lado para el otro, intentando saber dónde jodidos se encontraba. Hace unos minutos o por lo menos le pareció, estaba agonizando en una camilla y ahora está acostado en un colchón cualquiera, sin camiseta y unas cobijas sobre su cuerpo.

¿Cuándo cambió su lujosa habitación por este simplón cuarto?

—Ah.... ya despertaste... —

Esa voz. Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo. Soltó un quejido, hasta eso dolía.

—¿Qué haces aquí niño bonito?—
dijo apenas. Quería girar la cabeza para mirarlo y ver aquella expresión pero el malestar era demasiado intenso.

—¡Eso es lo que quisiera saber!— respondió él —Sólo me trajeron aquí y después de un rato tú también llegaste... —

Esos hijos de puta. ¿Por qué jodidos lo habían metido en la misma habitación que el prisionero? Con la condición en la que se encontraba sería mucho más fácil para el chico sólo asesinarlo y salir de allí.

Pero en todo caso...

—¿Por qué no lo hiciste?

—¿Qué cosa?

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