Capítulo 22

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Se pasó las manos por el cabello castaño mientras sus ojos ámbar notaban la simplicidad del cuarto en el que estaban. Exhaló pesadamente mientras se dejaba caer en la cama. Se sentía exhausto. Habían decidió pasar la noche en un hotel de paso, ya que, quedarse en la casa de la excéntrica maestra de Louis podría ponerla en peligro.

Louis y él en una habitación, mientras Calum y Michael dormirían en el cuarto contiguo. Y no es que exista la posibilidad de que los hubiera separado de esa manera a propósito. Pero sabían que Louis y Calum no se llevaban del todo bien.

Se quitó la camisa, doblándola pulcramente y colocándola en un pequeño buró de madera. Sus zapatos los colocó al pie de la cama, y se recostó en la cama, mirando a la nada. Quería dormir y soñar con despertar en su lujosa habitación, que más que reflejar una buena posición económica, reflejaba recuerdos. Buenos y malos, pero al fin eran experiencias junto a su equipo, junto a todos ellos.

Para antes de que se diera cuenta ya se encontraba sumergiéndose en un profundo sueño que amenazaba con durar.

***

Louis entró a la habitación. Había salido a recorrer las calles en su moto y terminó realmente cansado. Casi desplomándose por el esfuerzo mental del día anterior.

Seguramente su capitán le golpearía si supiera la hora en la que iba llegando, ya que no era seguro salir y mucho menos en su situación. Pero al llegar le sorprendió verlo acostado en una de las camas, rodeó caminando lentamente, mirando el cuerpo que reposaba tranquilamente envuelto por las sábanas blancuzcas. Lo miró y no se pudo contener a alzar su brazo, y con toda la precaución del mundo, pasó sus dedos por los cortos mechones que cubrían su frente. ¿Cuándo había empezado a sentirse así hacia él? Era cierto que todo el tiempo sentía algo cuando estaba cerca suyo. Decir que su capitán le "llamaba la atención" era poco. Sus síntomas eran mucho más graves. Su piel se erizaba cada vez que había un contacto inadvertido entre ambos, se estresaba cuando Liam era muy frío, pero ni que decir lo que sintió cuando posó su cuchillo en el cuello de su maestra. Disimuló, pero para el ojiazul no pasaron inadvertidos sus celos.

El amaba a su capitán, pero no un amor como el que le tiene Michael, Calum o Cara. Era distinto, y lo supo desde el momento en que ese maldito de las siete cruces tenía un arma en su nuca.

Se acercó un poco más al cuerpo del otro, sentándose en un extremo de la cama, disfrutando de su suave cabello. Pero se detuvo en seco al ver como de apoco su capitán iba abriendo los ojos al sentir las caricias. Liam levantó la mano, Louis se tensó, porque estaba seguro y no podía creer, que seguramente su caricia sería devuelta por esa grande y cálida mano.

Pero lo que en realidad llegó a tocar su rostro fueron los nudillos del más grande.

—¡¿Pero qué demonios capi..?!— intento gritar, pero al instante Liam lo tomó de cuello de la camisa para estampar bruscamente sus labios junto a los de él.

Louis abrió inmensamente sus ojos, sus cuerpos vibraron ante el acto, no valía la pena cuestionarse, ambos lo sabían por la manera en que sintieron los cálidos labios necesitados del otro, sabiendo que ese nuevo sentimiento había llegado para quedarse. Recorrieron cada centímetro de la cavidad bocal. Era como si al cerrar la puerta, se sintieran deseosos de satisfacer su corazón. Porque se besaron tanto que sus labios dolían.

Y de la misma manera que lo acercó, lo separó. Miró sus ojos azules, dilatados y brillosos, luego sus labios rojos he hinchados. Lo miró y sin contestar nada, se giró dándole completamente la espalda. Hubiera querido irse pero, después de ese beso, no se podría poner de pie con la apretada erección que lo delataba.

—Ca-Capitán responda...

—Déjame tranquilo...— respondió más serio que de costumbre.

Los ojos azules del más bajo, de manera casi imperceptible, estaban acuosos y algo opacos. Liam al escuchar los sollozos volteó y sintió como si el aire abandonara por completo sus pulmones. Louis estaba... llorando. Se quedó un segundo, eterno al parecer, congelado en su sitio. Era la primera vez que lo veía de esa manera, tan, vulnerable.

—Louis... ¿Qué pasa?— lo tomó suavemente de la barbilla, haciendo que le mirara.

—Yo... no lo sé— colocó su mano sobre la de su capitán, sosteniéndolo cerca de su rostro  

—Lamento haberte golpeado ¿de acuerdo?

—N-No es eso— respondió retirando suavemente la mano de Liam, ocultando su mirada de él.

—¿Y qué es?— preguntó con un poco de temor, a que él se haya puesto así por haber tomado sus labios a la fuerza.

—Es sólo que... me gustas.

Liam sintió que todo el mundo se quedó en silencio, dejando esa frase flotando en el ambiente. Tenía los ojos abiertos, con una expresión de asombro en la cara. Era cierto que quizá se sentía igual respecto a ese chico de ojos azules, pero sabía que estaba mal, estaba prohibido esas relaciones en su equipo de élite. Pero por alguna extraña razón, esos pensamientos se esfumaron en el momento que sus ojos se desviaron a esos delgados labios rosados que había besado hace unos minutos.

Sin dudarlo, atrajo al más pequeño hacia su cuerpo, atrapando sus labios con un beso que sabía a felicidad. Ambos sintiendo extraña euforia mezclada con nerviosismo que se siente en la boca del estómago cuando te declaras y eres correspondido.

  ***


—¡Dije que no!— respondió exasperado.

Era, a su parecer, la enésima vez que declinaba las propuestas indecorosas de cierto rubio que, tan imperativo como siempre, no lo dejaba en paz y volvía minutos después con la misma cantaleta.

—¡Por favor Josh!— se acercó, pegándose a la espalda de más alto —Yo sé que también quieres hacerlo...

—Estamos en una situación de peligro y tú vienes a sugerir que lo hagamos. ¿Estás loco?— Josh estaba desesperado, pero no alejó al rubio, al contrario, lo acercó aún más a su cuerpo.

—Josh... ¿Es que no te has dado cuenta en qué clase de negocios estamos? Siempre, y me refiero a siempre, estamos en peligro. Y sí, estoy loco... pero loco por sentir tus manos en mi cuerpo y tu boca en...

—¡Niall!— Josh con las mejillas sonrojadas lo tomó de la barbilla, y deslizó sus labios hacia los suyos para acallarlo. Niall lo recibió con alegría de saberse ganador de la mayoría de sus peleas.

Se dice que todas las personas que entran a tu vida llegan por una razón. Cuando era pequeño, Josh pensaba que crecería, estudiaría, tendría un trabajo honrado y se casaría con una jovencita conservadora y muy decente. Quizá tendrían muchos hijos y un gato. Después llegó Zayn, cambiando su prespectiva de la vida por completo. Se dio cuenta que la vida conlleva sufrimiento, aveces demasiado. Así que modificó su visión del futuro,

Pero después llegó Niall a su vida, de una manera muy peculiar, pero sin duda memorable. Fue entonces cuando pudo combinar ambas versiones, y comprendió que la vida no se trata de blanco y negro, ni el bien y el mal. Es una compleja combinación de colores lo que la hace irrepetible y única.

Al enamorarse de de Niall sufrió mucho, sintió que todo lo que había creído de sí mismo, sobre todo referente a su sexualidad, se iba al caño.

Pero con un simple beso, con una sonrisa de ese juguetón rubio sentía como si todo fuera tan simple como amarlo. Tan sencillo como mantenerlo a su lado y que el resto del mundo se fuera al diablo.

Te amo Josh...sintió un escalofrío al escuchar la voz entrecortada de su rubio declarando su amor una y otra vez

"Yo tambien te amo, Niall" pensó, uniendo sus labios con los de su novio en un segundo beso eterno.

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