Capítulo 16

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Suspiró frotando sus ojos. El papeleo estaba extendido por todo su escritorio. Perfectamente clasificado por niveles de importancia, pero aún así no dejaba de tener esa apariencia de tarea interminable.

Y es que, siendo el capitán, tenía mucho más que sólo trabajo de campo. La labor administrativa era indispensable y completamente necesaria para mantener a flote el equipo. Porque no sólo se trataba de los gastos realizados en cada misión, que incluían desde armamento hasta la comida, sino que, cada vez que la policía estaba cerca, él era el encargado de desviarlos.

Una de las cosas que les había prometido a cada uno de los integrantes de su equipo de élite fue su libertad. Sin importar que tantas leyes rompieran, mientras estuvieran en una misión, jamás caerían en prisión.

Y eso era justo de lo que se encargaba en este instante. El incendio de aquel club nocturno donde tenían al chico Harry, fue obviamente calificado como "provocado". Calum y Louis habían usado aceleradores como gasolina y alcohol que dejaron rastro. Al buscar a los culpables la policía estaba indagando demasiado sobre ciertos hombres de cabello castaño y negro respectivamente, que algunos testigos llegaron a ver.

Así que tenía que persuadir a los testigos para evitar su declaración, borrar vídeos y otros cuantos detalles. Era muy fácil decirlo pero hacerlo conllevaba el gasto de miles de dolares en sobornos. Ésta misión se estaba tornando bastante más consumista de lo que Liam había previsto.

Exhaló con el cansancio reflejado en los círculos negros debajo de sus ojos ámbar. Miró el reloj que reposaba sobre su escritorio. Las doce y quince. Era bastante tarde y Cara no llegaba de la oficina. Pensándolo bien, ni siquiera se había reportado en todo el día. Había estado tan ocupado que no había prestado atención al tiempo.

Tomó su celular y marcó el número. Al instante una voz automatizada respondió al otro lado de la linea.

"Lo sentimos, al número que usted marcó está fuera de servicio o descontinuado. Por favor intent...."

Colgó. Un mal presentimiento le azotó el pensamiento. En todos estos años de conocerla, Cara siempre, y se refería a siempre, respondía sus llamadas. Marcó nuevamente una, dos, tres veces. Esperó un momento cuando el teléfono fijo de su oficina comenzó a sonar. Sintió un poco de alivio y furia al mismo tiempo. Esa mujer de cabellos mieles de las iba a pagar por no contestar su móvil.

Levantó el teléfono sin decir una palabra, siendo esa su costumbre, esperando a que la persona dijera algo.

—Capitán, soy Garret Clayton— su voz era susurrante, teniendo de fondo un sin fin de voces y sonidos de sirenas de policía.

Garret Clayton era uno de los más importantes contactos que Liam tenía en la policía federal. Un hombre un poco mayor que él, de un metro ochenta.

Siempre fiel a Liam, le ayudaba con información y, lo más importante, manteniendo a la policía alejada de su equipo de élite. A cambio, Garret recibía una jugosa pensión y los favores de Liam a un precio "accesible". Por decir algo.

Conocía la apariencia física, nombres y antecedentes de todos los miembros del equipo de élite para que, en caso de ser atrapados, pudiera moverse de inmediato.

—¿Qué ocurre?— dijo con voz neutra pero firme.

—Es su chica, Cara Delevigne, ella... —

Los ojos de Liam se abrieron de par en par por un segundo, para después recobrar la compostura. Garret le dio los datos necesarios para salir cuanto antes al lugar de los hechos. De pronto Liam sintió que todas las noches en vela lo golpeaban de pronto, sintiéndose muy pero muy cansado.

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