Hannah
Mi mente no hacía más que leer, después que quede solitaria, decidí dedicarme a leer, ya que es mi pasatiempo favorito. Debí haber leído por mucho tiempo, porque ya se había oscurecido el cuarto por completo. Oí un golpe en la puerta, pero no le di mucha importancia. En par de segundos, la puerta se abrió rápidamente, dejando ver a Patrick con una sonrisa maliciosa. ¿Quién le dio permiso para entrar en "mi" cuarto de esa manera? Ya no podía soportarlo, además de misterioso, grosero y sin modales.
-¿Que quieres, Patrick?. - pregunté. - No puedes entrar en mi cuarto de esa manera.
-Necesito hablar contigo. -suspiró. - Vamos, no seas estúpida.
La ira se apoderó de mi completamente, odiaba que me tratarán así, aún peor Patrick, que no tenía ningún derecho de tratarme como si fuera una cualquiera.
-¡Como vuelvas a llamarme así, te corto los huevos!. - grité. - ¡No tienes ningún derecho de tratarme de esa manera!
-¡Claro que tengo derecho sobre ti, es más tengo todo el puto derecho, porque tu eres mía!
-¡¿Qué rayos te pasa en la cabeza, Patrick?! ¡Tu y yo no somos nada!
-¡Somos más que lo que imaginas, nuestras vidas están destinadas a estar juntas, porque eres mi compañera Hannah!
Mi cabeza era un todo un dilema, este hombre está verdaderamente loco.
-¡Patrick! ¡Por favor, vete de mi cuarto! ¡Solo has venido a insultarme! ¡Eres un completo imbecil!
Dicho esto, Patrick me estampó contra la pared y me besó ¡Me besó! ¡Y yo como tan idiota que soy, le correspondi el beso!
Me empujó hacia la cama y se puso encima mio, empezó a desabotonar mi blusa, y a besarme el cuello con sus cálidos labios. No podía sacar de encima a este hombre grosero pero seductor a la vez. La verdad no quería que parará en absoluto, estaba hipnotizada por este hombre guapo y imbecil.
-Eres muy sexy, Hannah.
Aquellas palabras me excitaron, aún más cuando sentí su miembro contra mi vientre, sintiendo una humedad en mi feminidad, Patrick juntó sus labios con los míos otra vez, pero este beso fue distinto, era cargado de deseo y pasión. Su boca tenia un sabor increíble, que deseaba querer besarlo más.
La puerta se abre dejando ver a la vista a Alice, Patrick y yo nos separamos rápidamente, aunque es demasiado tarde porque Alice ya nos había visto.
-¿De qué me perdí?. -pregunta alice. - Son unos pervertidos.
-De nada, en absoluto. -respondé Patrick. - Bueno... Yo mejor me largo, hasta luego Hannah.
-Adiós Patrick. - bufé.
Patrick sale del cuarto, dejándome con Alice. Mierda, de seguro me pedirá cada detalle de lo que pasó.
-Hannah, cuéntamelo todo. -espeto. - No te guardes los detalles.
-Esta bien.
Le conté absolutamente todo. Cada detalle, mientras que decía «eres una pervertida sin remedio, Hannah» Aunque ella es la mujer más provocativa que pueda existir. Al final del día, Alice y yo nos planteamos irnos a descansar. En mi intento de dormirme, no podía dejar de pensar en Patrick. Este hombre se está apoderando de mis pensamientos, será mejor alejarme de él.
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Quiero Oírte Gemir.
Hombres LoboHannah Howard una chica diferente a las demás chicas, estudiosa e inteligente, conoce al misterioso y extravagante Patrick Carter. Hannah enfrenta situaciones nunca antes vividas, experiencias un tanto extrañas e confusas pero sin pensarlo sus sent...