Crítica al protagonista

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Es sabido por todo mangaka que para que una obra triunfe, lo esencial es crear un protagonista llamativo y con una personalidad que atraiga al público, así como un trasfondo para conocer sus defectos y virtudes. Naruto Uzumaki cumplió con todos y cada uno de ellos cuando la saga inicio: su cabello rubio se salia de lo común dentro de un protagonista de serie shonnen (en los 80's y 90's el estereotipo de héroe poseía cabello oscuro), el color en su indumentaria también lo hizo resaltar y por sobre todo estaba ese carácter ruidoso que hacía que todo mundo lo volteara a ver.

Seré sincera al decirles que en un principio su diseño me parecía un poco extraño y no me llamó mucho la atención, pero lo que me atrajo definitivamente para no dejar de ver la saga hasta el final, fue el pasado hasta cierto punto enigmático y trágico de un pequeño niño de 12 años, su tenacidad en demostrarle al mundo sobre lo equivocado que estaban sobre su persona, más que nada era el deseo de siempre superarse a sí mismo, tal vez por algo una de mis peleas favoritas durante el primer arco fue su pelea contra Neji. Uno de los puntos a resaltar de esta primera saga, es que Naruto no fue un héroe instantáneo sino que se fue forjando como tal: no vencía con facilidad a sus oponentes como Goku o Luffy, o aprendía las técnicas con una facilidad asombrosa como otros protas de manga, o tuviese la facilidad de impresionar a todo mundo con un gran potencial como Ichigo ¡era un auténtico perdedor quien debía ganarse su lugar en el mundo! Tanto su historia y habilidades, fueron desarrollándose a la par de sus demás compañeros, todos con sus dificultades, errores y carencias.

Aún recuerdo que todo le costaba más de la cuenta aprenderlo, siempre estaba Sasuke allí que iba un paso por delante de él, y en un principio sus propios compañeros de la Academia lo superaban por una notable diferencia. Naruto es el claro ejemplo de la perseverancia y, en términos narrativos, evitó con creces el caer en el típico cliché de ser un Gary Stu del manga (este término es el femenino de la Mary Sue, que se entiende como el personaje perfecto a quien todo le sale a las mil maravillas, es guapo y todos lo aman. En sí, Sasuke encaja más con esta descripción, pero de él hablaremos en otro post más a profundidad).

Muy bien, aquí viene el gran pero que tengo con el personaje y no deseo que me lo tomen a mal, es sólo lo que ví dentro de su desarrollo: en la segunda parte pareciera que esa torpeza desapareció para convertirlo en un héroe mucho más común. Las técnicas aún le costaba aprenderlas pero ya no tanto como antes, eso lo comprendo, mejoró como ninja y tuvo grandes maestros, cosa que de niño no ocurrió, sin embargo siento que lo simplificaron todo para que se volviese fuerte de forma más rápida. Porque en sí, todas esas técnicas pudo haberlas aprendido en los dos años que estuvo con Jiraiya y lo hubiésemos entendido, pasaron dos años y es el fruto de su entrenamiento, sin embargo a su regreso no volvió con una técnica nueva que impactase o el poder de controlar al kyūbi ¿todos queríamos ver cómo aprendía sus nuevos poderes? Supongo que algunos, pero a mí personalmente me hubiese gustado que el mismo aprendizaje de esos poderes se entrelazara de cierta forma con el desarrollo de sus otros compañeros porque los dejaron totalmente de lado, estancados y con un desarrollo imperceptible. Todo se centró en Naruto y Sasuke, algunas veces Akatsuki, otras veces Madara, al último Kaguya y de nuevo volvemos a Naruto y Sasuke. Al final, me gustó bastante la pelea de ambos en el Valle del Fin, debo admitir, más que nada por el simbolismo de reconciliación en una de las viñetas donde aparecen las estatuas.

Me quedó un gusto extraño al saber que Naruto no era el gran perdedor después de todo, que tal vez su perseverancia lo ayudó y mucho, aunque también influyó el hecho de que era la reencarnación de Asura Ootsutsuki, el niño de la profecía y básicamente el nuevo Sabio de los 6 caminos, el elegido en todo caso. Todo eso era su "destino" al fin y al cabo, existencia que él había negado en su pelea contra Neji.

Lo que rescato de todo, es el hecho de que Kishimoto puso mucho empeño en el desarrollo del personaje, la madurez de su personalidad hasta convertirse en padre al final de la saga (cosa que no tienen todo prota como Luffy o Gokú, sé que a muchos fans eso no les gusta pero sería muy tonto pretender que somos los mismos nuestra vida entera), esto hace que el personaje sea más creíble y humano, a la vez de salirse del cliché de pelear por ser más fuerte. La fuerza en Naruto no determina nada, la verdadera esencia de la obra se resume en una palabra: el perdón. Eso es algo que jamás he visto en ningún otro manga y lo considero digno de aplaudirse.

Saludos y hasta la próxima

#Monkey_D_Lucy

NARUTO (NH, NS, SS): Info, Debates y OpinionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora