16: Misión rescate.

995 29 45
                                    

Nada pudimos hacer para salvar a Agus de las zarpas de esas criaturas aladas. Empezaba a creer que esto era más real de lo que ya pensaba. ¿Qué quería decir Jess con que esto era más real de lo que uno se puede imaginar? ¿Acaso todo lo que imaginabas en Terabithia se volvía aquí real? Comencé a perder los nervios. ¿Dónde se habrían llevado a Agus? ¿Qué harán con él? Cientas eran las preguntas que sobrevolaban mi mente. Empezaba a tener miedo hasta de mis propios pensamientos, no me sentía seguro ya en Terabithia.

-Hay que ir a buscarlo. -Dije merodeando por los interiores del castillo a punto de tirarme de los pelos.

-¿Estás loco? ¡Es muy peligroso! -Me gritó Jess nervioso.

-¡No podemos dejarle ahí! -Volví a insistirle.

-Tranquilos. Guardad la calma. Enviaré a un escuadrón de guerreros a observar el terreno donde se sitúa y por el que se mueven los esbirros y el propio Señor de la Oscuridad. Si está despejado, iremos cuanto antes. -Trató de tranquilizarnos severamente Leslie.

-¿Y si es peligroso? -Preguntó Jess.

-¡Iremos igualmente! -Leslie asesinó a Jess con la mirada.

Se levantó un viento gélido e incómodo. Y una nube tapó el sol provocando una penumbra absoluta en las periferias del castillo.

Acudimos al puente para avisar a los guerreros. Ahí seguían, firmes. Zumbando sus diminutas alas. De repente, uno de ellos se acercó hasta nosotros.

-Mi reina, no traigo muy buenas noticias. Perdemos soldados, estamos a la espera de un nuevo contraataque. -Informó el guerrero a Leslie.

Leslie se mantuvo en silencio un instante.

-Avisa a un grupo de doscientos guerreros y prepara la expedición. En cinco minutos salimos hacia tierras prohibidas. -Ordenó la reina retrocediendo en dirección al castillo.

-Como desee mi reina. -El guerrero se alejó de nuestro lado y se volvió a reunir con los suyos en la entrada de Terabithia, protegiendo el reino ante alguna posible amenaza.

-May Belle, será mejor que tú vayas a casa, esto puede ser peligroso.-Le pidió Jess a su hermana.

-Pero Jess... yo quiero ayudar...

-¡May Belle, no! -Gritó Jess señalándole el camino que tenía que tomar la pequeña.

May Belle cabizbaja, retrocedió lentamente hasta el puente, pero una sombra emergió de la oscuridad clamorosa en la que se había quedado el bosque y aprovechó para aparecer y desaparecer en milésimas de segundo. May Belle había desaparecido junto a una ráfaga helada de viento. La sombra se la había llevado hacia las entrañas del bosque. El Señor de la Oscuridad se la había llevado sin que pudiéramos hacer nada para remediarlo.

-¡May Belle! -Jess gritó desconsolado su nombre un par de veces y se arrodilló en los matojos secos que había en la entrada del reino.

Leslie dubitativamente se acercó a su figura fría, triste y desfigurada por el rapto de su hermana pequeña.

-Jess, ya van dos. Ahora sí que debemos de hacer algo rápido. O Terabithia acabara cayendo de nuevo en garras del Señor de la Oscuridad.

Yo, en cambio, seguía distante, sin creer nada de lo ocurrido. Cierto era que veía Terabithia y a sus terabithianos, pero creía que era fruto de mi imaginación, ¡De mi subconsciente! ¿Acaso nuestras mentes eran tan potentes, que estas criaturas y este mundo, se habían hecho completamente reales?

Jess apartó la mano de Leslie, y ésta retrocedió unos pasos. Miró a su alrededor y se secó una lágrima que atravesaba su rostro.

-Quiero 500 guerreros en la expedición. Salimos ahora hacia tierras prohibidas, no podemos perder el tiempo, es bastante arriesgado quedarnos sin hacer nada. El Señor de la Oscuridad está al acecho. Estaros al tanto de cualquier situación y movimiento brusco o extraño. ¡En marcha!

-¿500 guerreros? ¡Jess! ¿Te has vuelto loco? Nos estamos llevando a casi todo nuestro escuadrón a tierras prohibidas. Es muy peligroso. ¿Qué pasa si no volvemos? Terabithia estará al descubierto de cualquier ataque. -Dramatizó la situación Leslie ante las duras y serias palabras del rey y soberano de Terabithia.

-Leslie, es mi hermana. Quien no arriesga no gana, y creo que esta es una situación clara para arriesgarnos en esto. Toda Terabithia corre peligro, la vida de los terabithianos penden de un hilo si nos quedamos quietos. Somos su salvación, debemos hacer algo. Ahora sí, me he dado cuenta. Le prometí que no le iba a suceder nada malo, y ha tenido la misma suerte que Agus. A saber que clase de tortura están recibiendo. Con o sin vosotros, me voy a encargar de liberar tanto a May Belle, como a Agus de las garras de ese ser. -Jess con esas palabras, hizo un llamamiento al escuadrón de guerreros y emprendió camino hacia los recónditos del bosque.

-¡Espera! -Leslie le detuvo agarrándolo fuertemente del brazo.

Jess se volteó y espero respuesta.

-Vamos contigo.

Jess sonrió y retiro un mechón de pelo de su frente.

-Sabía que podía contar con vuestra ayuda.

Emprendimos camino. Atravesando el Pinar furtivamente, poniendo la mirada en todos los rincones de ese escalofriante y pacífico lugar, como si estuviéramos acechando a alguien o en este caso a algo. Íbamos en grupos, los guerreros se habían dividido en tres grandes grupos y cada uno de nosotros nos encontrábamos en cada uno de ellos.

Escuchaba el dulce zumbido constante de los guerreros sobre mi cabeza. Me encontraba algo fatigado y aturdido. Tenía miedo de que corriera la misma suerte que Agus y May Belle. El Señor de la Oscuridad se hacía más fuerte y cada vez éramos menos. ¿Será el fin de nuestro reinado y del de Terabithia? Espero que no, no iba a permitir que sucediera eso. Y mucho menos Jess y Leslie.

Ambos, se situaban cerca nuestra. Un guerrero había dado una señal de previo aviso. El peligro acechaba en el bosque. Me sentía observado y vigilado. Cada paso, cada movimiento... pensaba que podría ser el último. Estaba totalmente escoltado por más de cien guerreros. Su deber era proteger el reino y a sus majestades, supongo que morirían por mí y por cualquiera de la Corte.

El guerrero cabecilla del grupo, sobrevoló el cielo para vigilar nuestro perímetro y del de los otros dos grupos. En cuanto lo hizo, bajó zumbante hacia mis oídos.

-Señor, el grupo dos no responde, será mejor que nos despleguemos hasta la Arboleda de los 7 Gritos. ¿Qué le parece?

-De acuerdo, pero vuelve a asegurar el perímetro, puede que se hayan desviado de su camino.-Le ordené algo atragantado por los nervios.

El guerrero volvio a bajar a informarme sobre la situacion.

-No hay respuesta mi príncipe. He avisado al grupo uno, nos reuniremos con ellos en menos de diez minutos.

-Está bien, avisa al resto y emprendamos camino hacia la Arboleda...

La Arboleda de los 7 Gritos, era conocida por su robusta y oscura maleza. Habían sido 7 los reyes que habían pasado por el trono de Terabithia. Y esos 7, habían sido enterrados en aquella arboleda, o eso relataba la leyenda. El grupo dos, era el liderado por Jess, habían tenido complicaciones, o eso parecía. Espero que lo que la leyenda argumentaba en sus runas, no fuese cierto: "Si rey de Terabithia eres, no oses atravesar la arboleda si morir no quieres. Una bestia de los dioses vendrá y su reina en el trono, nunca más le tendrá".

Si Jess atravesaba la arboleda vivo, algo malo podría sucederle. Estaba totalmente y terminalmente prohibido merodear esa zona. Era un lugar sagrado de la realeza. Y puede que mortal para cualquier ser que estuviese vivo. Era un lugar... sobrenatural, de otra naturaleza, del inframundo. Los reyes de Terabithia no habían tenido un buen lugar en los recuerdos de los terabithianos. Tuvieron una estrepitosa trayectoria como reyes y su paso por el trono está mancillado por falsedades y pactos en contra de los terabithianos. Fueron unos reyes mezquinos y desagradables para el pueblo. Hasta que llegaron Jess y Leslie, les han dado otro nombre al reino.

Ese lugar podría estar habitado por los espíritus de éstos y un encuentro con el actual rey de Terabithia no sería del agrado de esos entes.

¿Le habrá podido ocurrir algo a Jess?

-¡Aaaaaaarrgghhhhh.....! -Un grito ahogado hizo eco en todo el bosque.

Era de Jess, algo malo le había sucedido...

Un puente hacia Terabithia 2: "No digas adiós si no es para siempre".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora