12: Sin rencores.

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Jess retrocedió unos pasos y se quedó inmóvil frente a Hoager. Leslie y Agus todavía observaban desde el puente, el tiempo parecía transcurrir lenta y pesadamente.

Tras un siglo y medio de espera, Scott se puso en pie, se tocó el labio ensangrentado de nuevo y preparó la mano para dar un duro puñetazo a Jess, ante la mirada de todos.

-¡Espera Hoager! No lo hagas. -Le dije poniéndome enfrente suya.

-¡Quita del medio mariposón! .Me empujó Gary haciéndome caer al suelo.

Leslie y Agus intercambiaron miradas de sorpresa por enésima vez, pero no eran capaces de acercarse a donde estaban todos, seguían en el puente. Se sentían seguros y protegidos por Terabithia. Una cálida brisa alborotó el pelo de Jess.

-Sabía que no tenía que ir con vosotros. -Les dije desde el suelo.

Scott y Gary se miraron y comenzaron a reír inevitablemente.

-Muchas gracias estúpido europeo. -Hoager me hizo una reverencia mientras Gary me daba una fuerte patada en la pierna.

-¡Ahhh! -Mi alarido de dolor hizo eco en el misterioso bosque.

Docenas de cuervos salieron de sus nidos graznando irritablemente mientras seguía revolviéndome por el suelo.

-¡Ya basta! -Gritó Leslie a la desesperada corriendo con P.T. en brazos.

Se puso junto a Jess y volvió a gritar.

-¡ P.T. ataca!

El Príncipe Terrien saltó rabioso de los brazos de Leslie persiguiendo ferozmente a los abusones de clase.

Fulcher y Hoager desaparecieron por el largo e interminable camino.

-¿Estás bien? -Me preguntó Jess mirando mi pierna fijamente.

-Si, esto no es nada comparado con lo que sufría en el fútbol.-Le expliqué comenzando a caminar suavemente, pero con una ligera cojera acompañándome.

-Será mejor que volvamos a casa. Jess si tienes tiempo, termina lo de mañana por favor. -Le suplicó Leslie mientras se alejaba vagamente conmigo por el camino.

-Yo me quedo ayudándote Jess.-Le susurró Agus a Jess.

-¡Gracias tío! -Le respondió eufóricamente Jess chocándole los cinco.

Mientras tanto, yo seguía quejándome de la pierna.

-¿Seguro qué estás bien? -Se preocupó de nuevo Leslie por mí.

-Sí, sí, tranquila, además me lo tengo bien merecido. -Le respondí tristemente.

Leslie frunció el ceño y me cortó el paso. Estiró su dedo índice hacia mi mentón y me levantó la cabeza obligándome a mirarla a los ojos. A esos grandes y preciosos ojos.

-No se te ocurra volver a decir eso. -Retomó el camino.

La miré con incertidumbre y avanzamos en silencio hacia casa.

-¡Ya estamos en casa! -Gritó Leslie exaltada.

Leslie subió a su habitación y yo a la mía.

Me encontraba bastante mal, estaba triste y de nuevo un sentimiento de soledad, invadió mi mente.

*Ahora sí que estoy solo, pero esta vez de verdad*.

Comencé a pensar en todo lo ocurrido. Por mi culpa, esos macarras habían descubierto ese misterioso lugar. Me habían engañado como un tonto. Supieron desde el primer momento, como manipularme. Me sentía totalmente estafado. Había atravesado fases desde mi llegada a Estados Unidos, bastante duras, pero esta era completamente diferente. No tenía ni a mi familia, ni a mis amigos. Hoager y Fulcher me utilizaron y Leslie se había convertido en mi único apoyo. Me sentía como uno de esos pañuelos que después de ser utilizados solo una vez para sonarse los mocos, se tiran a la basura o al suelo como si no hubiese pasado absolutamente nada.

Un puente hacia Terabithia 2: "No digas adiós si no es para siempre".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora