Protege tu corazón (Lauren y tu ; 2da temp ERDE)

Rehabilitación

-Bien, aquí tienes tus piernas por unas semanas- dijo mi primo entregándome una muletas canadienses, a diferencia de una normal esta te sujeta desde los brazos dándote mas seguridad

-¿También alquilaste esto?-

-No, estas las tengo desde que me quebré hace unos dos años-

-Oh- asistí-Gracias primito-

Tomé las fuerzas necesarias para poder levantarme de la cama y poder pisar el suelo frio. Lauren se paró a mi lado asegurándose que pudiera hacerlo sin problemas, enganche a mis brazos y me puse en posición

-Bien, veamos como manejo estas cosas-

Avanzando lentamente sintiendo mis piernas muy débiles no tardé en agarrarle la mano al sistema. Llegando hasta el pasillo miré a Lauren quien tenía una sonrisa en su rostro.

-Ey soy buena-

-Si, a mi me preocupa las escaleras- dijo la ojos verdes con una mirada divertida

-Será un desafío- dije interesada y me acerqué a los escalones -Muletas, pies, muletas, pies-

Repetía por cada paso que daba, tranquila y con Lauren atrás mío sosteniéndome prácticamente de la blusa que tenía.

-Si te caes te agarro-

-Si me caigo muero ahorcada por ti- reí mientras pisaba el último escalón -Desafío cumplido-

Acercándonos a la mesa del comedor vimos que Chris ya había dejado el almuerzo preparado para ambas. Yo tomé mi asiento y vi como le hablaba a mi cuidadora.

-Bien, escucha Lauren, aquí tienes la lista de los días de rehabilitación- le dijo alcanzándole el papel -Tienes la piscina, el gimnasio en la otra habitación y las medicaciones están en la heladera- señaló el electrodoméstico -Estas son las llaves de la casa- las dejó en la mesa - En mi habitación están los televisores de las cámaras, y el acceso a las alarmas para desactivar o activar ¿Si?-

-Bien- contestó la de ojos verdes entendiendo

-Oye también me lo puedes decir a mi-

-Lo sé, pero confió mas en ella- sonrió Chris

-Eso no es justo- me hice la ofendida -Yo soy más grande-

-Pero soy más responsable- dijo sacándome la lengua y riendo

-¿Qué más les digo?- pensó -Oh el servicio de lavandería viene día por medio a buscar y dejar la ropa, por lo general vienen a la noche-

-Bien- dijimos al unisonó

-Yo debo irme ahora mismo- murmuró mirando la hora y se fue para el hall

-Espera Chris- le llamé y me acerco a él los más rápido que pude con mis muletas

-¿Qué sucede?- se giró al verme

-¿Dónde tienes la calibre?- susurré para que la invitada en el comedor no escuchara -Chris debo saber dónde está, por cualquier cosa- le conteste debido a la mirada que me había a dedicado

Vacilando un poco asistió -Si tienes razón, está abajo del colchón de mi cama donde mira la ventana-

-Bien- asistí -Bueno ten un buen viaje-

-Cuídense- dijo abrazándome -Adiós Lauren- gritó

-Adiós mucha suerte- gritó la joven

Mi primo cerró la puerta dejándome una semana con la de ojos verde a solas. Me acerqué devuelta a la silla y comencé a comer con mucho antojo.