Capítulo 11: No puede ser

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Nada se le escapa a Laura, siempre había tenido una gran intuición. De pequeña le resultaba muy fácil jugar a las adivinanzas y al escondite, hasta tal punto que los niños no querían jugar más con ella. Eso hizo que se acostumbrara a estar sola. Era lo que le tocaba, se decía. Pasaron los años y aún seguía estando sola. Además, cuando cumplió l'ós dieciséis años, se dio cuenta que algo no estaba bien con ella, le atraían las mujeres. Se daba asco pero a la vez no podía evitarlo, no se lo dijo a nadie ni mucho menos a sus padres. A los diecisiete empezó a quererse un poco más, y tubo su primera relación con una chica de su barrio, Sandra. No estaba enamorada de ella pero se sentía atraída de alguna forma y tenía curiosidad sobre como afrontar lo que a partir de ese momento se convertiría en su nuevo estilo de vida. Se lo pasaban bien, pero Laura nunca terminó de desarrollar sentimientos hacia ella más allá de la atracción. En consecuencia, la relación terminó pocos meses después, como se esperaba. Pero eso a Laura no le importó mucho, siguió sola como había estado toda su vida.

Un año después, conoció a Irina y se enamoró perdidamentede ella. Al principio pensó que era un flechazo tonto como había tenido alguna que otra vez, pero no fue así. El tiempo hizo que un día se hicieran amigas, pero tan solo llegaron a eso. Laura no se atrevía a decirle lo que sentía, no quería que su amistad terminara. Además, la respuesta ya la tenía bien clara cuando se enteró sobre su embarazo. Ya era algo imposible, así que en vez de estropear algo tan valioso como lo que tenían, escogió callárselo para siempre y estar así siempre a su lado, aunque no fuera de la forma en que más lo deseaba.

Por otro lado, Laura llevaba unos días observando a Rouse, su intuición le decía que algo andaba mal con ella. Llegó a la conclusión que se había peleado nuevamente con sus padres, los cuales nunca aparecían. Eso lo sabía porque se lo contó la propia Rouse, puesto que, debido a su relación de amistad con Irina se hicieron amigas de alguna forma también. A Laura no le terminaba de gustar Rouse, pero eso no le importaba mucho, si era amiga de Irina sería amiga suya. Aun así, no le convecía que fuera por eso que Rouse estaba tan extraña, a veces cuando hablaba con ella sentía que se contradecía, sobre todo cuando hablaba de Irina. Por todo ello, cuando se dio cuenta que la cosa no iba por sus padres, sino por la persona de la que ella estaba enamorada, no dudó ni un segundo hacer lo que fuera por saber lo que estaba ocurriendo. Una forma exagerada de pensar, pero cuidarla y protegerla de este modo era la única forma de demostrar a Irina que la quería, o almenos eso pensaba ella.

Cuando las clases terminaron, decisió seguir a Rouse, necesitaba saber que estaba tramando. Y, después de media hora andando, por fin llegaron a lo que parecía ser un bar. Allí Rouse se detuvo delante de un hombre encapuchado, pero no le veía la cara. De pronto, empezaron a discutir muy fuerte. Laura sacó el móvil y empezó a grabarlo todo.

-Tú me lo has podido conseguir, no me mientas. Un segurata de discotecas como tú tiene que estar siempre al corriente sobre estas cosas -dijo Rouse con mucha seguridad.


-No pienso dártelo. ¿Qué quieres hacer con esto?, es peligroso. Una cría como tu no debería jugar con cosas de adultos -le dijo sarcásticamente.

-Pues pobre de ti cuando se enter no solo tu mujer, sino la policia lo que le hiciste a esta pobre cría y menor de edad -dijo Rouse también de forma sarcástica.

El hombre se quedó callado, se mordió el labio y le dio a Rouse un sobre blanco bastante grande. ¿Para qué sería ese paquete?, su intución les decía que algo malo tramaba y era posible que fuer algo que perjudicara a Irina. Pero, ¿no se suponía que eran mejores amigas? ¿O se estaba equivocando completamente? Dejó de pensar para volver a concentrarse en seguir a Rouse sin que esta se diera cuenta. Pero Rouse no fue a ningún sitio más, sino directamente a su casa. Ahora sabía donde vivía y tuvo una idea.

Laura empezó a reunir pistas, evidencias que le demostraran que ese sospechoso sobre blanco tenía algo que ver con Irina. Cada vez que podía, la seguía y si pasaba algo extraño lo grababa con el móvil. En la escuela se hizo más cercana a ella, supuso que de algo le serviría, pero no fue así. Tenía la esperanza de que lo que se estaba imaginando era solo eso, imaginaciones suyas. Se empezó a obsesionar, a indagar a fondo lo que estaba sucediendo. Primero empezó con el pasado de Rouse, así que se coló por la noche en su antiguo instituto y robó su antiguo expediente. En el encontró cosas sorprendentes como varias detenciones: posesión de drogas, peleas en discotecas e incluso por prostitución. Aún así, lo extraño de ello no eran las múltiples detenciones, sino el repentino cambio de comportamiento. De pronto Rouse pasó a ser una alumna modelo a ser la oveja negra de la escuela. ¿Qué le había hecho cambiar tanto? ¿Un simple acto de rebeldía ante la inexistencia de sus padres? ¿O le había pasado algo que le hizo cambiar? Siguió investigando sobre su pasado, sentía que era la clave de todo y no se equivocó. Ahora entendía el comportamiento de Rouse durante los últimos años; las drogas, las peleas, la prostituación, su forma de ser y porque estaba tan extraña con Irina: Rouse y Marco fueron al mismo colegio en primaria y pasó algo bastante grave entre ellos dos. Ahora le faltaba la última parte del puzzle: ¿qué era lo que quería hacerle a Irina? Según lo que había encontrado en su expediente, Rouse nunca se había mezclado en buenos ambientes y eso le preocupaba. No sabía que hacer, si contárselo o no a Irina. Tenía miedo que no la creyera, debido a que sospechosamente perdió el expediente de Rouse y ya no tenía pruebas para demostrárselas a Irina. Así que decidió no hacer ese gran movimiento hasta tener claro que tramaba Rouse.

-¿Como estás Irina? Te veo mejor que ayer -le preguntó Laura a Irina justo cuando entró en su cuarto.

-Me siento algo mejor hoy, no se que me pasa últimamente, estoy como enferma.

-¿No es mejor que vayas al médico?

Irina odiaba esa pregunta, no quería ir al médico, le daba pánico que le diera más malas noticias como todos los médicos le habían dado hasta el momento. Se quedaron calladas durante unos segundo.

-¿Cómo está tu madre?

Laura volvió a preguntar algo que Irina no quería responder, pero aun así se obligó un poco a contestar. No era culpa de Laura, ella estaba preocupada, se decía Irina.

-Lleva unos días muy enferma, los médicos dicen que de momento está estable pero es mejor estar al tanto por cualquier cosa que pase -dijo tristemente irina

-Vaya, lo siento, ¿tú cómo estás?

Laura seguía insistiendo en preguntar cosas que Irina no quería contestar

-No quiero hablar más de mi. ¿Cómo te va a ti? ¿Todo bien el instituto? ¿Algún otro rumor sobre mi? Supongo que todo el mundo se ha enterado. Espero que no le haya repercutido a Marco.

Laura pasó toda la tarde hablando con Irina, a veces veía la oportunidad para contarle sobre Rouse, pero estaban pasando un rato agradable y no quería desperdiciarlo y, además, Irina necesitaba tranquilidad, llevaba unos días enferma. Pero no era solo eso por lo que había ido a casa de Irina.

Al día siguiente, pudo de alguna forma colarse en casa de Rouse cuando ella estaba de fiesta, entró delicadamente en su habitación y, al cabo de unos minutos, encontró la prueba definitiva.

-No puede ser.

No pudo evitar decirlo en voz alta, era mucho peor de lo que pensaba. Tenía que decírselo a Irina antes de que fuera demasiado tarde. Cogió sus cosas, que se le habían caido del suelo al darse cuenta de lo que verdad estaba tratando Rouse. Aprovechó también para hacer fotos y puso el diario personal en su bolso. Pero, apunto de correr como nunca hizo antes en su vida, alguien encendió la luz.

-Te pillé -dijo Rouse sonriendo.


IRINA (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora