Capítulo 7: Adiós

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Estaba en el trabajo cuando, de repente, recibió una llamada. No eran buenas noticias. Cogió lo Más rápido que pudo sus cosas, mientras le decía a la secretaria de su jefe que se tomaba el día libre. Perdiendo un poco los nervios, tomó la elección de bajar a toda prisa las escaleras, aun estar en el décimo piso, porque el ascensor iba demasiado lento y él no tenía tiempo que perder. Sudando, arrancó como pudo su viejo coche y piso fuerte el acelerador, intentando no cargarse el motor. No le importaban las multas, su prioridad era llegar al hospital cuando antes posible. No quería tener que arrepentirse de nuevo por no hacer nada.

Unas horas antes...

Irina empezó a oír voces, pero no las entendía. '¿Dónde estoy?', se preguntaba a la vez que abría lentamente los ojos y empezó a distinguir personas conocidas. Estaba Marco, Rouse, su jefe e incluso había venido Laura. Cuando se percataron que se había despertado, corrieron a su lado con cara de alivio.

-Irina, ¿cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿Aun sigues mareada? ¿Por qué no nos pediste ayuda? -empezaron a preguntar todos a la vez.

Irina confusa, aun no se había dado cuenta que estaba en el hospital.

-¿Qué ha pasado? -preguntó con la mano en la cabeza, le dolía un poco.

-Por favor, entiendo que estéis preocupados pero salir de la habitación, pero dejad que hagamos nuestro trabajo -dijo la enfermera un poco cabreada de tanto ruido que hacían.

-Lo sentimos, ahora salimos de la habitación -respondió Marco un poco avergonzado-. Ahora nos vemos Irina -dijo mirándome con una sonrisa de alivio y seguidamente se fueron los cuatro de la habitación.

-Irina, estás en el hospital porque ayer te desmayaste en la tienda donde trabajas. Te hemos hecho unas pruebas, ahora el médico vendrá con los resultados y te hará una serie de preguntas para saber cómo te encuentras -dijo la enfermera en un tono que calmó a Irina y, una vez asimiló la situación, asintió.

De repente entró el médico con cara de 'tengo malas noticias'. Lo notó perfectamente porque ya había visto muchas veces esa cara cuando los médicos le daban los resultados del tratamiento de su madre, pero está era la primera vez que la hacían para ella. Era un sentimiento terrorífico.

-Irina, soy el doctor Martín. ¿Cómo estás?

-Me duele un poco la cabeza... -tragó saliva, era la primera vez que sentía tanto miedo.

-Bueno, eso normal, te desmayaste hace nada debido a la deshidratación, eso afecta al cerebro y provoca jaqueca, parecido a una resaca, ¿verdad? -dijo con tono sarcástico que a Irina, en realidad, no le hizo gracia.

-Doctor, ve al grano por favor, usted y yo sabemos que pasa algo más.

De repente el doctor, puso la cara muy seria. Irina le empezó a temblar el cuerpo.

-Tienes razón, no son buenas noticias. Pero no es tu vida la que peligra -respondió fríamente.

-¿Qué quiere decir? - preguntó Irina con el tono de voz subido, no entendía nada.

Empezó a pensar que las malas noticias eran sobre su madre, que le había pasado algo mientras estaba inconsciente.

-Entiendo, no lo sabe aún -le dijo el médico como si nada cuando a ella le estaba a punto de estallar la cabeza.

-¿El qué doctor? Dímelo, ¿es mi madre? -pregubtaba Irina al médico, estaba empezando a desesperarse.

-Irina, cálmate y escúchame -decía el médico, aunque haciendo el afecto contrario-. Estás embarazada de más de tres meses y... hay complicaciones.

Irina se calmó de repente, se quedó en blanco. Se puso las manos en la cabeza, le dolía aun mas. Era un alivio saber que no se trataba de su madre, pero no se esperaba para nada esa notícia. No sabía como reaccionar.

-¿Qué le pasa, doctor? ¿Qué tiene? -preguntó Irina, aún con las mano en la cabeza.

-Supongo que, como no lo sabías, continuaste tomando alcohol. Pero la complicació se ha originado, sobre todo, por lo mal que has tratado tu cuerpo durante el último mes. El bebé no ha podido nutrirse como debería y está creciendo más lento de lo que debería -dijo, haciendo entonces otra pausa-. ¿Quieres tenerlo?

-¡No lo sé! Déjeme sola un momento -dijo con las lágrimas a punto de caer.

El doctor no dijo nada y se dirigió a la puerta, odiaba dar malas noticias a la gente joven.

-¡Eapere! Llame a Marco, el chico alto y moreno. Creo que está en el pasillo, lleva una camiseta azul, por favor, es el padre.

El médico asintió con la cabeza y salió de la habitación para poder avisar al chico.

Irina no entendía porque todo le salía tan mal últimamente. Tener un niño ahora, estando la situació tan complicada, era demasiado. ¿Debería abortar?, se preguntaba. Pero, entonces, entró Marco por la puerta. Estuvieron horas hablando.

Suena el teléfono de Irina.

-Hola, buenas tardes. Es usted Irina Pérez?

-Si...

-Le llamamos desde el hospital, lamentamos decirle esto por teléfono, pero no la hemos encontrado en casa y al saber el estado de su madre, usted es la única persona que le podemos comunicar sobre la situación.

-¿Qué pasa? Me está asustando.

-Es sobre su hermano, ha tenido un accidente.

IRINA (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora