Narnia: El retorno de los reyes (A partir Del 16/11 entra en edición)

CAPITULO 4: SENTIR. (Segunda parte)

En las afueras de Beruna...

-Espero llegar pronto a Beruna para organizar todo lo de tu boda hija- rezo la madre de Regina Ashton, mientras observaba la mirada perdida de su hija quien observaba el paraje que se dejaba ver por la ventana del carruaje

-si madre...dijo la joven mirándola, su voz sonaba a que prefería no ser usada porque así se sentía, usada, después de contestarle decidió seguir mirando por la ventana, necesitaba aire y el viento golpeando suavemente su cara era perfecto.

-en que estas pensando parece que estuvieras en otro mundo- dijo su madre, mirándola con recelo y tratando de captar su atención.

La mirada de Lady Regina se volvió a su madre, era una mirada triste y desesperanzada

-lo siento madre, pero me siento muy cansada...- dijo Regina en voz baja

-te dije que viajar te haría mal, para tu... es decir... debiste esperar unos días en la casa de la montaña para... para que... - su madre en desespero decía muchas frases y no las completaba.

-hice una promesa madre- dijo Regina mientras el sol iluminaba su palidez mortal- no rompo las promesas

-pero estoy segura de que el Rey entendería si por lo menos le dijeras...- empezó otra vez su madre siendo interrumpida por Regina otra vez

-no mama y te prohíbo que se lo digas, no tengo intenciones de que su majestad se case por mi... por condescendencia- añadió la mujer

-perdóname que te lo diga hija pero él no se casa por...- empezó nuevamente su madre

- por favor mama, por si no lo habías notado en sus visitas, su majestad está enamorado de otra persona- dijo Regina pensando en cómo de pronto desearía ser como la mujer que el rey amaba, saludable y suponía, hermosa.

-Me sorprende que tenga ese secreto contigo, después de todo vas a ser su esposa- dijo la madre frunciendo los labios

- basta madre por favor, voy a regresar cumpliré mi promesa, daré herederos al rey para luego...- ahora la que se interrumpía era ella

Regina, ahora soy yo la que te dice que es suficiente- acentuó su madre

En el castillo...

Peter, comenzó a dar un lento paseo por la fortaleza telmarina, era amplia y brillantemente diseñada pero el siempre preferiría Cair Paravel... cuando miro hacia su derecha vio que una de las numerosas puertas estaba abierta camino hacia allí y entro a una sala en donde habían una serie de cuadros, cerró la puerta tras de sí y se sentó sobre una silla cercana a una ventana, respiro profundamente mientras se tomaba su cabeza entre sus manos y pensó... Había dejado a Caspian con su hermana después que él le diera muchos argumentos para que lo dejara al menos unos minutos a solas con ella, había accedido, había accedido en todo.

¿Por qué Lucy tendría que ser tan endemoniadamente acertada?

Se puso de pie y paseo por la gigantesca sala admirando los cuadros de ancestros telmarinos. Continuo mirando por alrededor de quince minutos, cuando en una de las paredes de el rincón vio un cuadro que estaba tapado con una seda, no tenía una capa de polvo como algunos de los otros cuadros, así que seguramente hacia poco tiempo que estaba ahí, lo tomo entre sus manos y con lentitud removió la seda que lo cubría... miro de abajo hacia arriba la pintura leyendo la inscripción del final

"Regina Ashton, Princesa, Dama, Amiga, y muy pronto esposa"

La mirada de Peter ascendió con lentitud, y se poso sobre el rostro que habían pintado, su respiración se hizo pesada y fría... la miro más tiempo... la mujer de la pintura... solo con verla... era una pintura tan real... tenía unos hermosos cabellos castaños, largos y rizados, la piel era blanca y sus ojos, sus ojos se parecían a los de Susan pero no eran iguales, no podía admirar de la manera que lo hacía ahora con la mujer de el cuadro, a los ojos de su hermana enferma.

Así que ella era Regina, su hermana había sido reemplazada por ella, por unos segundos pensó en que pasaría si el mismo hubiese estado en el lugar de Caspian...

Pero que era lo que estaba pensando.

Con la respiración aun más agitada que antes dejo el cuadro en el piso y salió de allí.