Como Sombras

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-¡Y el lago está a tres metros del árbol más grande! -grita DunBroch mientras damos nuestros últimos pasos apresurados hacia el bosque.

Está desesperada, y no la injustifico, todo el camino nos estuvo diciendo los rasgos generales y que cualquier habitante de esta ciudad debería saber con tan sólo visitar el bosque una vez. Pero nosotros no se nos queda ni que es un bosque con muchos árboles. Y hacemos lo que podemos, enserio. Nos detenemos justo enfrente de aquel lugar.

-Entiendo, el árbol de manzanas está al lado izquierdo del árbol más grande, el cual, a unos metros, tiene un lago -analiza Ice.

-¡No, no, no, no! El árbol de manzanas está hasta el otro extremo del bosque del más grande, el que está a la izquierda es el de limones.

-Perdón, si no estudio ni para un examen, ¿cómo hacerlo para algo que sólo me servirá hoy?

-Tenemos que hacerlo -le regaño.

-¿Ah, sí? Dime, ¿a unos metros del árbol más grande qué hay? -contraataca.

¡Rayos! No puse atención a ninguna palabra que salió de los labios de la pelirroja.

-¿Pasto?

Suelta una risa, que, también, comparte con Rider.

-¿Cómo va a funcionar esto si ninguno pone atención? -se lamenta DunBroch, agachando parcialmente la cabeza, cerrando los ojos, poniendo su mano derecha en su frente y agitando la cabeza.

-Perdonanos, es que, ¿sabías que nuestro bosque es uno de los más grandes del mundo? Si mal no recuerdo, el tercero -informa La Reina de las Nieves.

Uau, ¿es enserio? ¿Además de hermosa, lista? ¿Cómo puede existir tal chica? Nunca había visto alguna así en mi vida. Pero, creo que use la expresión correcta: en mi vida. Ya que nunca salí de mi antigua pequeña ciudad, en ella no habían tantas chicas, hasta que luché con Supertron, y hace unos días que me mudé. Claro que en algún momento deseé salir de allí para conocer más gente. Ya estaba harto de la cotidianeidad. Todos conocían a todos como si fueramos los más grandes amigos y nos contaramos cada cosa. Pero, lo cierto, era que en un lugar tan pequeño es realmente imposible no notar qué hacen los demás.

-No podemos dejar a esas personas dentro a su suerte aún así, tenemos que salvarlos. -más que proponer, pido.

-Y estamos de acuerdo, pero, ¿cómo saber en qué lugar se encuentran? -no ve posibilidades Arendelle.

-Tengo una idea. Volaré sobre los árboles, los encontraré y los guiaré a ustedes hasta ellos, ¿ok?

-Creo que es la mejor idea que he escuchado hasta ahora. ¡Por favor, hazlo! -dramatiza Ice.

Miro a los demás, todos mueven la cabeza de arriba a abajo. No les queda de otra. Prefieren sacrificarme a mí que a sí mismos.

-No tardo. -muevo mis manos poco hacia delante y hacia atrás, como si así los pudiera inmovilizar el tiempo que yo quiera. Debo admitir que aquello me complacería enormemente.

Doy un salto, y vuelo, sumándome, sin querer, a una bandada de pájaros que se dirigen a un árbol atascado de hojas (y ahora de aves), a dormir. Entonces puedo calcular que probablemente sean entre las ocho y nueve de la noche, hora en que cotidianamente las aves toman su descanso de volar sin parar todo el día. Claro que pronto me separo de esa manada aérea para indagar entre todo árbol que me sea más crecano, en busca de los hombres encargados de "atrapar" a la bestia negra.

Me dejo caer sigilosamente en una rama algo larga, con gran cantidad de hojas y ramitas mucho más pequeñas, lo cual me beneficia bastante, será muy difícil notarme. Pero, no veo nada, no escucho nada, no hay movimiento alguno que no sea normal en un bosque. Así que me dirijo a otro árbol con condiciones en similitud. Nada. Voy a otro más. Miro, y es que no me es tan fácil ver, ya oscureció profundamente el cielo, si no fuera por la luminosidad de la luna, todo se vería completamente negro.

'The Big Eight' -SuperHéroes del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora